Haitianos no encuentran albergue en Tijuana
En dos semanas llegaron 1,500 migrantes, incluyendo mujeres y niños
Francoise tuvo suerte de encontrar un espacio disponible en un albergue para migrantes en Tijuana. Los primeros días que pasó en la ciudad, la semana pasada, había tenido que dormir sobre una acerca donde para aminorar el frío colocó cajas de cartón.
“El gobierno me trajo a El Hongo (unas 25 millas al este de Tijuana, cerca de Tecate) y ahí me dieron un permiso humanitario”, explicó. Pero el poblado de El Hongo al pie de cierra de La Rumorosa le resultó demasiado frío.
Había salido de Haití a vivir un tiempo en Brasil, pero “allá no hay trabajo en nada; es difícil sobrevivir como inmigrante en Brasil”. Así que, como muchos paisanos suyos, decidió recorrer una docena de países desde Brasil para llagar a México.
“Estuve meses en Tapachula. No nos dejaban salir, pero ahora el gobierno nos sacó en autobuses y nos da permisos para estar en el país”, dijo Francoise.
El pastor Gustavo Banda, director del albergue Templo Caballeros de Jesús, donde se encuentra La Pequeña Haití, dijo a la Opinión que Francoise es solo uno de más de mil migrantes haitianos que llegaron a Tijuana la semana pasada.
“Al parecer viene una nueva oleada de migrantes haitianos, y esta vez vienen con documentos” como el permiso humanitario, y cada uno con su Clave Única de Registro de Población (CURP), dijo el pastor.
Otro director de albergue migrante, Raúl López de Volviendo a la Patria, dijo a la Opinión que con esos documentos pueden conseguir los demás que necesitan, su Registro Federal de Causantes para pagar impuestos y su afiliación al Seguro Social, para obtener beneficios.
“No vienen como la ola de haitianos que llegó en el 2016” cuando aproximadamente 22,000 migrantes de Haití llegaron a Tijuana, “ahora vienen más protegidos con sus documentos”, dijo López Hernández.
Pero ahora el problema puede ser que hasta este fin de semana han llegado a Tijuana alrededor de 1,500 migrantes en dos semanas y con las oleadas de migrantes centroamericanos y los mexicanos que huyen de la guerra entre carteles de Michoacán y Guerrero, los albergues en Tijuana ahora están saturados.
Y todos los que han llegado, son solo el inicio de una ola que se espera que sea de varios miles de personas.
“Vienen muchos, yo diría que como 50,000. No todos a Tijuana pero vienen a la frontera” de México con Estados Unidos, dijo Francoise, quien ha platicado con haitianos que han salido de Brasil, Chile y Venezuela, parte de una diáspora que se originó con un terremoto que devastó Haití en el 2010.
Pero la avanzada que ha llegado hasta ahora ya enfrenta el problema de la escasez de albergues o refugios.
“Nosotros tuvimos que decirle a unos cien haitianos que lamentablemente ya no tenemos lugar”, dijo el pastor Banda. Su refugio tiene ahora más de 1,000 personas, casi todas de familias con menores de edad.
Delia Herrada, directora del albergue Jesucristo Vive, que da refugio únicamente a migrantes haitianos, explicó que “estamos llenos; quizás podría incluir a un par más de hombres solos, pero lo que más me preocupa es que ya no tenemos cupo para familias, se quedan en la calle con niños pequeños”, dijo.
En el albergue Juventud 2000, el director José María García informó que aunque el albergue estaba lleno, despejó un área para albergar a unas 20 personas, solo familias haitianas. “Con los que vengan después, la verdad no sé qué vamos a hacer los albergues”, exclamó.
En el albergue Ágape, con unos 300 migrantes, el director, pastor Albert Rivera, dijo este domingo que la situación de la ola de migrantes haitianos podría empeorar.
“Nos están ahora llegando hondureños, que estuvieron esperando sus permisos de visitantes en Tapachula más de un año. En las últimas dos semanas fueron inmigrantes haitianos; ahora están comenzando a llegar de Honduras”, explicó el pastor.
El gobierno municipal de Tijuana acondicionó un auditorio en un centro deportivo, donde ha alojado a cerca de 70 migrantes haitianos, pero muchos otros deambulan por el centro de la ciudad o zonas donde hay albergues en espera de cupo disponible.
El director de la Casa del Migrante, el padre Patrick Murphy, advirtió desde hace una semana que la ola inicial de migrantes haitianos está desprotegida sin lugar para refugiarse.
“Nosotros estamos llenos y fuera de la Casa del Migrante aguardan unos 30 migrantes haitianos que esperan refugio y no podemos hacer nada”, dijo el sacerdote. Opinó que es momento que el gobierno ayude en otorgar refugio.