Cliente de Taco Bell dispara en ventanilla de drive-thru por recibir un “mal servicio”

Una mujer de 19 años disparo a la ventana del drive-thru de un Taco Bell en Illinois luego de realizar un pedido. El Departamento de Policía de Belleville comunicó que, según los informes, la clienta en el drive-thru no estaba contenta con el servicio en el negocio y tuvo una discusión con un empleado en la ventana.

El domingo por la noche, la clienta del drive-thru de Taco Bell en Carlyle Avenue mostró una pistola y realizó un disparo a través de la ventanilla. Luego condujo alrededor del negocio disparando varias veces más. El personal se agachó para cubrirse, y uno de los trabajadores resultó con lesiones por vidrios que volaron. No se informó de otros heridos.

Las autoridades rastrearon el automóvil de Amy Gale, la mujer que realizó los disparos, hasta una casa de East Belle Avenue, donde fue arrestada. En la casa se encontraron pruebas relacionadas con el tiroteo.

Gale fue detenida y se fijó una fianza de un millón de dólares. Fue acusada de un cargo de agresión agravada con arma de fuego y tres cargos de descarga agravada de arma de fuego.

Empleados de diversos restaurantes de comida rápida han estado compartiendo que su experiencia en el trabajo se ha convertido en una pesadilla, no solo por jornadas de trabajo extenuante dada la falta de personal, también debido a que el trato con los clientes se ha vuelto cada vez más difícil.

Un trabajador que laboró los últimos 20 años para Taco Bell decidió renunciar a su empleo ya que según dijo a Insider, los clientes se han vuelto más exigentes, irracionales, enojados y abusivos desde que comenzó la pandemia.

El hombre que prefirió mantenerse en el anonimato, pero cuyos servicios como gerente de turno senior en Taco Bell fueron verificados, señaló que la gente piensa que está perfectamente bien ser intolerante.

El ex gerente de Taco Bell que regularmente laboraba 60 horas a la semana, tuvo su primer ataque de pánico después de 27 años trabajando en restaurantes.

Otra ex gerente también compartió que los empleados fueron empujados a sus “puntos de ruptura” y se esperaba que trabajaran de 50 a 70 horas a la semana. Además, los empleados sufrieron malos tratos de los clientes quienes les arrojaron comida y llamaron cosas degradantes y deshumanizantes por algo tan simple como un orden en mal estado.

“¡Sea amable con los trabajadores de la comida rápida! Son personas, con familias, emociones y vidas fuera de donde trabajan, no robots”, pidió la ex gerente llamada Sidney Plogsted.

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