Subway recibe una demanda que acusa a la cadena de restaurantes de explotar a los inmigrantes

Una nueva demanda acusa a Subway de explotar a los inmigrantes, victimizar a sus franquiciados e incluso llevar a algunos de ellos a la ruina financiera a través de agentes contratados que han utilizado tácticas de intimidación

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La demanda señala que una gran cantidad de empresarios se vieron atrapados en una red corporativa plagada de corrupción.  Crédito: Joe Raedle | Getty Images

La cadena de tiendas de sándwiches Subway se ha convertido en un semillero de explotación financiera para los inmigrantes extranjeros, victimizando a los que se han convertido en franquiciados e incluso llevando a algunos a la ruina, de acuerdo a una demanda.

Durante años, el gigante de la comida rápida ha reclutado a inmigrantes, en su mayoría asiáticos, para ampliar sus locales en todo el país. Mientras que los aspirantes a empresarios creían que estaban comprando el sueño americano, algunos se vieron atrapados en una red corporativa mal gestionada y plagada de corrupción, según una demanda presentada el mes pasado en un tribunal del estado de Nevada.

La demanda alega que algunos de los llamados “agentes de desarrollo de negocios” de Subway, que son grandes franquiciados a los que también se les otorgó el poder de gestión para supervisar cientos o incluso miles de locales en un territorio, han exigido de manera sistemática multas a los franquiciadosalegando la violación de normas minuciosas cobrando costosas tasas.

Uno de esos agentes es Chirayu Patel, un inmigrante de origen indio, que acosó a los franquiciados utilizando y contratando acosadores profesionales que obligaban a los dueños de las franquicias a comprar los ingredientes de sus sándwiches a proveedores preestablecidos a pesar de que encontraran mejores ofertas.

Y lo que es peor, los agentes contaban con acceso a los libros de los franquiciados, que les permitía determinar qué locales tenían problemas para ser elegidos, según la demanda.

El documento señala que la compañía presiona a quienes quieren comprar una franquicia para que abran más locales“utilizando los ahorros de toda su vida” que en su mayoría son empresarios inmigrantes indios y de otras minorías. 

Las acusaciones llegan en un momento en el que Subway se esfuerza por controlar mejor su cadena que tiene 56 años, que, según los críticos, el cofundador Fred DeLuca amplió hasta convertirla en una red nacional de feudos regionales dirigidos por agentes de desarrollo de negocios (BDA). 

En algunos de los casos, los BDA han utilizado tácticas de intimidación contra los franquiciados más pequeños que fueron reclutados activamente por Subway en el extranjero, según la demanda.

Según la demanda de Nevada, Subway cobra una media de $15,000 dólares en concepto de tasas para abrir un nuevo establecimiento, mucho menos que McDonald’s o Burger King, que cobran alrededor de $45,000 dólares en concepto de tasas de inicio de franquicia. 

Esa cuota menor atrae a un operador menos sofisticado, incluso cuando se trata de conocimientos sencillos de inglés y matemáticas, según la demanda. 

Alrededor del 50% de los locales de Subway son propiedad de inmigrantes, en comparación con el 30% de las franquicias en general, según las cifras de la Asociación Internacional de Franquicias citadas en la demanda.

De acuerdo a la demanda, Subway “impulsó su expansión animando a sus franquiciados inmigrantes a abrir locales a pocas cuadras de los ya existentes bajo la sutil amenaza de que si no lo hacían, Subway reclutaría a otro franquiciado para que abriera un local de la competencia en las inmediaciones”. 

Subway cuenta con unos 22,000 restaurantes en Estados Unidos, todos ellos propiedad de franquicias, y supera a los 14,000 de McDonald y a los 15,200 de Starbucks con el título de mayor cadena de comida rápida en el país. Sin embargo, el número de locales de Subway se ha reducido en más de un 10% en la última década, ya que la apertura de un restaurante cerca de un local que ya existe puede disminuir sus ventas.

La demanda señala que la cadena utilizó durante años un libro de normas de unas 350 páginas para evaluar a los franquiciados, y cada una de ellas contenía al menos 10 puntos de cumplimiento, lo que creaba más de 3,000 formas de que una tienda incumpliera las normas y sancionarlas. 

Entre los ejemplos de infracciones menores que la compañía realizaba se encuentran los escaparates manchados y los pepinos mal cortados, alegando que las consecuencias pueden ser nefastas. 

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Alrededor del 50% de los locales de Subway en Estados Unidos son propiedad de inmigrantes según las cifras de la Asociación Internacional de Franquicias. Fotografía de DANIEL LEAL/AFP via Getty Images.

Un franquiciado marcado como no conforme por un BDA puede ser obligado a pagar una tasa de regalías más alta a Subway cercana al 10.5 por ciento de las ventas brutas, frente al 8 por ciento, según la demanda.

La demanda también señala que los acuerdos de franquicia también obligan a los nuevos propietarios de los restaurantes a comprar los ingredientes de sus sándwiches a proveedores preestablecidos, aunque puedan encontrar mejores ofertas en otros lugares. 

Algunos de los cuales, al llegar a la bancarrota, eran adquiridos por Patel que se aprovechaba de la situación y les ofrecía la compra a precios menores incrementando sus franquicias en los estados de Nevada y California. 

Subway tiene más de 25,000 locales en todo el país de los cuales, cerca de 22,000 de sus sucursales son propiedad de franquiciados y están gestionados por ellos.

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