Padres de Valentina Orellana Peralta cuentan cómo falleció su hija y piden justicia

Con un dolor que los ahoga cuando hablan, Soledad Peralta y Juan Pablo Orellana, hicieron un recuento de los hechos previos y posteriores a la muerte de su hija Valentina Orellana Peralta dentro de la tienda Burlington Coat Factory en North Hollywood.

Valentina, de 14 años de edad, murió un día antes de Navidad, poco antes del mediodía cuando una bala perdida atravesó la pared de los vestidores donde ella y su madre se probaban unos vestidos, mientras agentes del departamento de la policía de Los Ángeles (LAPD) intentaban paralizar a un sospechoso que estaba agrediendo a clientes con una cadena de bicicleta.

Soledad contó que ella y su hija fueron de compras y camino a la tienda iban platicando acerca del futuro de la jovencita. Valentina tenía el sueño de convertirse en una ingeniera, pero primero en una ciudadana estadounidense. La joven y su madre estaban viviendo en Estados Unidos desde junio de este año.

“Había sacado buenas notas, amaba su escuela y deseaba ir a la universidad”, dijo Soledad en una conferencia de prensa el martes por la mañana frente a la sede de la policía de Los Ángeles (LAPD) en el centro de la ciudad.

Cuando ambas estaban en el vestidor midiéndose la ropa para la celebración de Navidad escucharon unos gritos.

“Nos sentamos en un asiento abrazadas y rezamos cuando algo impactó a mi hija Valentina y nos lanzó al piso”, dijo Soledad.

Ella vio que salía un polvo blanco del cuerpo de su hija y empezó a tener convulsiones. En ese momento Soledad no había notado que le habían disparado a Valentina pero en cuestión de segundos el cuerpo de su pequeña ya estaba flácido.  

“Traté de despertarla sacudiéndola, pero ella no se despertó”, expresó su madre.

Una vez que reaccionó en cuanto a lo sucedido, Soledad comenzó a pedir ayuda a gritos. Cuando la policía llegó la sacaron de los vestidores y dejaron el cuerpo de Valentina en el suelo.

“Murió en mis brazos. No pude hacer nada al ver a mi hija”, dijo Soledad sin poder contener las lágrimas. “Ver una hija o hijo morir en tus brazos es el dolor más grande que un ser humano puede imaginar”.

Reunión familiar que no sucedió

El padre de Valentina, Juan Pablo Peralta estaba en su natal Santiago de Chile y ya tenía planeado dejar su país para establecerse en Los Ángeles con su esposa e hija. Sin embargo, ese 23 de diciembre por la noche recibió una llamada de Soledad avisándole lo sucedido. Él no lo podía creer ya que apenas un día antes habían platicado, estaban haciendo planes para ir a un juego de los Lakers en enero y también a un recital una vez que él llegara en dos semanas.

Valentina también le contó a su padre que ya había salido de vacaciones de la preparatoria.  Estaba feliz porque aprobó todas sus materias de forma sobresaliente, sobre todo matemáticas y física que tanto le costaba. Inclusive de la escuela le mandaron cartas de felicitaciones por su gran rendimiento.

“Ella era una alumna abnegada, esforzada. Lo único que quería era estudiar robótica y se estaba preparando”, dijo el padre, añadiendo que Valentina era su única hija.  

Juan Pablo intentando contener las lágrimas, pero no pudo. “No puedo describir el sentimiento desgarrador que estoy pasando, sobre todo en estas fechas tan especiales donde mi hija me había pedido tantos regalos y no pude abrirlos con ella”.

Juan Pablo, al igual que Soledad, corroboró que el sueño de su hija era ser ciudadana americana. Anteriormente él le había propuesto regresar a Chile nuevamente y ella se negó.

“Me dijo, ‘no papá, este país es el más seguro del mundo, el país de las oportunidades’. Ahora mi hija está muerta”, indicó asegurando que está viviendo una pesadilla. “Ver cómo todo el mundo va a esperar el año nuevo y a nosotros se nos vino el mundo abajo. Nos destruyeron como familia, nos destruyeron como padres”.

El recuerdo de una niña feliz

En la conferencia no se habló de cuáles serían los pasos legales a tomar y solo se limitaron a hablar de cómo era en vida la pequeña. Contaron que su color favorito era el rosa y el lila y le gustaba patinar. De hecho, su regalo de navidad, una patineta, llegó por correo el 24 de diciembre, un día después de su muerte.

“Este regalo ella lo pidió… No sabíamos que este regalo lo había pedido para irse a su colegio en patineta. Está nuevo, sin abrir. Ahora se lo iré a dejar a su tumba para que patine con los ángeles”, dijo Juan Pablo.

Los padres de Valentina pidieron justicia para la menor y aseguraron que no descansarán hasta que se haga responsable a los culpables.

Todos, uno por uno va a caer y eso se lo prometí a mi hija”, dijo Juan Pablo. “Ahora me toca enterrar la caja de mi hija en donde ella decía que era el país de los sueños”.

El LAPD publicó una serie de videos que demuestran lo que sucedió dentro de la tienda, incluyendo el tiroteo. Sin embargo, no ha hecho público el nombre del agente que disparó y mató a Valentina; aunque subrayaron que se encuentra bajo licencia administrativa pagada.

En la conferencia de prensa del martes, activistas llevaban pancartas identificando al agente del LAPD como William Dorsey Jones y pidiendo que sea entregado a las autoridades.

Una segunda conferencia de prensa liderada por la organización California League of United Latin American Citizens (LULAC), el mismo martes por la tarde, pidió transparencia asegurando que el LAPD utiliza tácticas “imprudentes” para detener las amenazas. 

LULAC California pidió una reunión con agentes del LAPD para que demuestren cuál es el protocolo que se siguió en este caso.

La tienda Burlington dijo en un comunicado que se sienten devastados por el trágico incidente que ocurrió en la  tienda de North Hollywood.

“Nuestra principal prioridad es siempre la seguridad y el bienestar de nuestros clientes y asociados. Esta es una investigación en curso y estamos apoyando a las autoridades”, indicó la compañía en un comunicado.

Familiares de Valentina han creado una página de GoFundMe para recaudar fondos para su funeral.