Qué es el efecto nocebo, la causa del 76% de los eventos adversos de la vacuna del Covid
Científicos en Estados Unidos descubrieron que el "efecto nocebo" representó alrededor del 76 % de todas las reacciones adversas después de la primera dosis de la vacuna contra el Covid
Los expertos en salud a nivel mundial coinciden en que una de las grandes “armas” para combatir la pandemia del Covid es la vacunación, por ello es que instan a la población a que se vacunen para así protegerse a sí mismos y a los demás, asegurando que todas las vacunas aprobadas por las instancias oficiales son seguras y efectivas.
Sin embargo, hay un gran movimiento antivacunas que han provocado que miles de personas en el mundo entero se nieguen a inmunizarse contra el coronavirus, argumentando principalmente la rapidez con la que fueron elaboradas y sobre todo porque conocen casos de personas que han sufrido efectos secundarios irreversibles tras aplicárselas o bien, murieron de Covid pese a estar vacunados.
Es verdad que, lamentablemente, hubo quienes no pudieron superar la enfermedad pese a estar ya con dosis completas o refuerzos de vacunas o bien, por haber desarrollado algún problema de salud relacionado con algún efecto secundario a las vacunas; sin embargo, un estudio encontró la principal razón que provoca los eventos adversos atribuidos generalmente a la vacunas anticovid.
JAMA Network Open publicó recientemente un estudio realizado por científicos del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Estados Unidos, analizaron los datos de 12 ensayos clínicos de vacunas contra el Covid y descubrieron que el llamado “efecto nocebo” (que es lo contrario al conocido efecto placebo) representó alrededor del 76% de todas las reacciones adversas comunes después de la primera dosis y casi el 52% después de la segunda dosis.
Dicho hallazgo sugiere que una proporción considerable de los efectos secundarios leves de las vacunas (dolores de cabeza, fatiga a corto plazo y dolor en el brazo) no son producidos precisamente por componentes de la vacuna, sino más bien por otros factores que generan la respuesta nocebo, tales como la ansiedad, la expectativas, así como atribuir erróneamente varias dolencias a haber recibido el pinchazo.
El efecto placebo es un conocido fenómeno que mejora de la salud física o mental de una persona después de tomar un tratamiento sin beneficio terapéutico farmacológico; por ejemplo, una pastilla de azúcar o una jeringa llena de solución salina. Si bien los fundamentos biológicos, psicológicos y genéticos exactos del efecto placebo no se comprenden bien, algunas teorías apuntan a las expectativas como la causa principal, mientras que otras argumentan que los factores no conscientes integrados en la relación médico-paciente reducen automáticamente el volumen de los síntomas.
Pero en ocasiones, el efecto placebo también pueden causar daño: es el efecto nocebo, que ocurre cuando una persona experimenta efectos secundarios desagradables después de tomar un tratamiento sin efectos farmacológicos. Es decir, esa misma pastilla de azúcar que causa náuseas, o esa jeringa llena de solución salina que produce fatiga.
“Recopilar la evidencia sistemática con respecto a estas respuestas nocebo en los ensayos de vacunas es importante para la vacunación contra el Covid-19 en todo el mundo, especialmente porque se informa que la preocupación por los efectos secundarios es una razón para no vacunarse”, explicó Julia W. Haas, una de las autoras principales de dicho estudio.
En la investigación en la que se analizaron las respuestas a las vacunas, tanto en primera como en segunda dosis de más de 22,000 personas, se encontró que estos efectos nocebos se presentaron mucho más con la primera vacuna que con la segunda. Si bien no se puede confirmar la razón de esta disminución relativa de los efectos nocebo, los investigadores creen que la mayor tasa de eventos adversos en el grupo de la vacuna la primera vez puede haber llevado a los participantes a anticipar más la segunda vez.
“La evidencia sugiere que este tipo de información puede hacer que las personas atribuyan erróneamente las sensaciones diarias comunes como derivadas de la vacuna o que causen ansiedad y preocupación que hagan que las personas estén muy alertas a los sentimientos corporales sobre los eventos adversos”, agregó Haas.
Los investigadores creen que es necesario informar a la población respecto a los efectos adversos que podrían tener las vacunas pues finalmente, la medicina se basa en la confianza y también podría ayudar a reducir las preocupaciones sobre la vacunación.
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