La vacante en la Corte Suprema

La salida le permite a Biden también cumplir con una promesa electoral

El juez Stephen Breyer.

El juez Stephen Breyer. Crédito: Win McNamee | Getty Images

El presidente Joe Biden tiene la oportunidad de nombrar un juez a la Suprema Corte de Justicia para al menos detener el avance conservador en el Alto Tribunal, designando el reemplazo del magistrado Stephen Breyer.

El anuncio del retiro del juez de 83 años tranquilizó las ansiedades demócratas de que Breyer siguiera los pasos de la jueza Ruth Bader Ginsburg que rechazó en su momento retirarse a tiempo para ser reemplazada por alguien de su misma filosofía. Su lugar fue finalmente ocupado por una jueza totalmente opuesta a sus ideas como Amy Coney Barret.

La salida le permite a Biden también cumplir con la promesa electoral de designar una jueza afroamericana al Tribunal. Lo ideal hubiera sido primero hablar de que designará a la mejor persona, a la más preparada para el cargo. Creemos que habría habido finalistas afroamericanas para cumplir con su promesa.

Esos quizás habría evitado las críticas de que usa la acción afirmativa para la magistratura. De todos modos, la acusación iba a venir del partido que convirtió precisamente la acción afirmativa en una práctica para elegir jueces a la Corte Suprema de Justicia.

El juez afroamericano Clarence Thomas, el más antiguo y más respetado por los conservadores, es un producto del programa de Acción Afirmativa de la Universidad de Yale. Solo estuvo 16 meses en el estrado cuando fue designado en 1991 para el Alto Tribunal. En 1979 fue asesor legislativo y luego funcionario del expresidente Ronald Reagan. Reemplazo al gigante de los derechos civiles Thurgood Marshall.

Thomas se benefició de ser el único republicano afroamericano recién llegado a un puesto alto. El expresidente George H.W. Bush nominó a un inexperto para reemplazar a un destacado abogado y jurista solo por su raza.

Como si fuera poco, Thomas quien se benefició de la Acción Afirmativa a lo largo de su vida, hoy es su peor enemigo.
El caso de Amy Coney Barret es similar en la medida que se reemplaza a una luchadora por los derechos de la mujer por una jueza líder de un grupo católico tan conservador que está por fuera de la Iglesia. Había que reemplazar a una mujer por otra.

La acción afirmativa es para asegurar que estén reflejados los diferentes puntos de vista de una comunidad. Por eso es más que la raza o el género. No es así para los republicanos.

La salida de Breyer y una buena designación, abre en buenahora el camino para avivar el entusiasmo alicaído entre los demócratas.

Esperamos que la designada por Biden tenga el respaldo de los senadores demócratas Joe Machin y Kyrsten Sinema para permitir que la vicepresidente Kamala Harris pueda romper el empate en un Senado dividido. No es momento para querer sobresalir.

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