Familia necesita de tu ayuda para repatriar a inmigrante que muere atropellado en ‘hit and run’
La repatriación de cuerpos es el apoyo más solicitado en el Consulado de México en Los Ángeles
A Filiberto “Fili” Samaniego, un inmigrante de Durango, México, se le fue la vida en segundos, cuando al cruzar una calle de Winnetka, un barrio del Valle de San Fernando en Los Ángeles, un joven conductor de un carro lo atropelló y huyó del lugar.
Ahora sus amigos están pidiendo ayuda a la comunidad angelina para pagar por sus gastos funerarios y repatriar su cuerpo a México.
Para donativos visita el sitio de GoFundMe: https://gf.me/v/c/v89r/filiberto-jesus-samaniego-funeral-expenses
Carmen Chávez amiga de la familia de “Fili” como era conocido entre los amigos y parientes, dice que inició la campaña de recolección de fondos porque él no tiene familiares en Los Ángeles, ni quien le eche la mano, aparte de que la tragedia se presentó de manera inesperada.
“Fili” tenía 60 años cuando cruzaba la calle Winnetka esquina con la calle Leadwell, cerca de las 6:20 de la tarde del 17 de enero, cuando un vehículo lo impactó”.
Carmen explica que el conductor no paró ni se detuvo a auxiliar a Fili. “Fue lo que inglés se conoce como hit and run (atropellar y escapar)”.
Un detective de la policía les informaría más tarde que un segundo y tercer vehículo golpearon también a Fili, pero que quien le quitó la vida fue el primer conductor.
“También se nos informó que fue un joven quien lo atropelló; y por recomendación de sus padres, regresó minutos más tarde al lugar de los hechos para decirle a la policía que él había sido el causante, y se lo llevaron detenido.
“No hemos sabido más qué fue del muchacho. Solo que le pusieron cargos, pero no estaba bajo la influencia de las drogas y el alcohol y estaba cooperando con la policía. Nosotros quisiéramos saber qué fue lo que pasó, por qué atropelló y mató a Fili”.
Carmen dice que no supieron de la muerte de Fili hasta una semana después. Su papá era muy amigo de él; y a diario se comunicaban, pero empezó a notar que le llamaba por teléfono y no le regresaba la llamada.
“Trabajaba en la cocina de un restaurante, y sus compañeros de trabajo comenzaron a preocuparse porque no llegó a trabajar. Nunca faltaba. El gerente del edificio donde vivía, tampoco lo había visto llegar. Ahí fue donde todos nos empezamos a angustiar”.
Llamaron a la policía, a los hospitales y a la cárcel, pero nadie sabía nada.
“Al principio queríamos pensar que quizá andaba por ahí pasándola bien”.
La policía de Hollywood que es el área donde vivía Fili, se negaba a reportarlo como desaparecido hasta no comprobar que no se encontraba en su departamento, pero él no estaba ahí.
Al final, ya desesperados, Carmen cuenta que llamaron como último recurso a la Morgue de Los Ángeles, donde les informaron que Fili llevaba muerto desde el lunes 17 de enero. Cuando lo encontraron ya era 23 de enero.
Carmen dice que aunque la relación de Fili fue con sus padres, ella le tenía mucho aprecio.
“Fue una persona muy buena, muy amable, servicial, muy pacífico, preocupado por sus hermanos y sobrinos en México. Siempre fue muy generoso con ellos. Ahora que mi papá enfermó, estuvo apoyándolo, cuidándolo. Le tengo mucho agradecimiento por todo esto que hizo por mis padres”.
Dice que él a su vez los consideraba su familia, y eran paisanos de Durango.
Otro detalle de Fili es que era muy católico, un hombre de gran fe que coleccionaba rosarios.
“Cuando mi tía fue a recoger sus cosas, encontraron el rosario que siempre traía con él, alrededor del cuello. Iba a misa todos los domingos, estaba en un grupo de oración en una iglesia de Hollywood”.
Pero además era un súper fanático del equipo de futbol mexicano Las Chivas, y tenía una colección de al menos 37 playeras.
Carmen dice que fue muy triste darle la noticia a sus padres en México.
“Le hablamos a uno de los hermanos, que ya se encargó de notificarlos. De sus 13 hijos ya han fallecido 5, dos de ellos murieron en la infancia; y tristemente otro hijo también murió como Fili, atropellado aquí en Estados Unidos, solo que él fue embestido mientras iba en su bicicleta. Fili era el mayor de los hermanos”.
Al dolor de su muerte, se le añade la urgencia de recaudar fondos para sepultarlo y trasladarlo a México.
“La colecta la iniciamos porque la funeraria nos cobra $11,000 sin incluir el traslado del cuerpo a México. Nos dieron hasta el 10 de febrero para pagarles”, dice Carmen, triste y preocupada por darle una cristiana sepultura y despedida a Fili.
Cabe decir que Fili emigró a Los Ángeles hace 41 años, y su deseo siempre fue reencontrarse con sus seres queridos en su pueblo natal Guatimapé en el estado de Durango al noroeste de México.
Aumentan solicitudes para repatriación de cuerpos
El cónsul de protección del Consulado de México en Los Ángeles, Juan Carlos Rodríguez, afirma que a causa de la pandemia de covid-19, hubo un incremento en las solicitudes al programa de apoyo de repatriación de cuerpos.
“En el año 2021, apoyamos con el traslado de 192 restos, ya fuera el cuerpo completo o las cenizas”.
Los estados a los que más se han repatriado cuerpos son: Jalisco, Michoacán, la ciudad de México, el estado de México y Aguascalientes.
“Casi todos los traslados han sido de adultos mayores”.
Aclara que para introducir restos mortales a México, es necesario tramitar ciertos documentos en los consulados, un trámite del cual se encargan normalmente las casas funerarias.
“En el caso de cenizas, existe la posibilidad de que se le emita un permiso sanitario para importarlas legalmente a México. Cada aerolínea tiene diferentes requisitos en cuanto a llevarlas en la cabina o documentarlas”.
El cónsul mexicano observa que en el año 2020, enviaron 187 restos a México.
“Es un número elevado”.
Y precisa que observaron un incremento de un 35% en las llamadas telefónicas con solicitudes de información sobre los trámites para repatriar cuerpos o restos a México.
Hace notar que no todas las personas llaman porque necesitan apoyo económico para el traslado de los cuerpos, sino solo asistencia para los trámites de la repatriación.
Sin embargo, de los 379 cuerpos que han sido repatriados a México en los dos años de la pandemia, algunas personas sí recibieron apoyo económico.