Qué es SWIFT: el ‘arma’ que eliminaría a Rusia del sistema bancario internacional

Una de las medidas que los líderes mundiales discuten es si sacar a Rusia del sistema bancario global. Para hacerlo es necesario cancelar su participación en la plataforma SWIFT, una medida que es considerada una “opción nuclear” en términos de sanciones económicas internacionales.

Pero qué es SWIFT y por qué sería riesgoso para los mercados internacionales, en caso de que las potencias occidentales decidieran retirar a Rusia como consecuencia de la invasión militar que lleva a cabo en Ucrania.

La opción ha sido puesta sobre la mesa en las negociaciones de Occidente sobre Rusia. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que “sigue siendo una opción”. Por su parte el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, presiona para sacar al sistema financiero ruso de SWIFT, pero Europa duda por las consecuencias que tendría para sus mercados.

Qué es SWIFT, la plataforma financiera mundial

Imagine que cada vez que usa su cuenta bancaria para hacer una transferencia, por ejemplo, para comprar un producto en un local de Alemania, se genera una transacción que pasa por un sistema electrónico para avisar a su banco que ha pagado unos dólares por un producto internacional.

Ahora multiplique esa transacción por miles de millones de dólares, trasládelo a compras multimillonarias de materias primas, gas, petróleo, cientos de millones de productos que pasan por miles de bancos alrededor del mundo. Eso le dará una idea de lo que SWIFT es y cómo funciona.

SWIFT es la contracción de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales. Una plataforma mundial que fue creada en 1973 utilizada actualmente por más de 11,000 instituciones bancarias alrededor del planeta.

Su función es la de gestionar de una mejor forma los pagos transfronterizos. A través de SWIFT, los bancos se envían mensajes y órdenes de pago a través de una plataforma segura.

Por qué Rusia temería su retirada de SWIFT

Retirar a Rusia del sistema SWIFT, como una medida de sanción por su invasión militar en Ucrania, básicamente desconectaría al país del sistema financiero internacional.

Eso haría “casi imposible que los bancos rusos realizaran transacciones de envío de dinero dentro y fuera del país. Para la investigadora del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, María Shagina, la consecuencia sería un golpe para las empresas rusas, pero también para sus clientes en el extranjero, principalmente para las exportaciones de gas y petróleo, denominadas en dólares, según un reporte hecho por CNN.

“Desencadenaría la volatilidad de las divisas y provocaría una salida masiva de capitales”, aseguró la investigadora en un artículo publicado en 2021 para el Carnegie Moscow Center, retomado por la cadena internacional de noticias.

Los políticos rusos saben que esta medida tendría consecuencias muy negativas para la economía de su país. En 2014, el exministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin, estimó que la retirada de Rusia del SWIFT generaría una contracción de 5% de su economía.

“Si desconectan a Rusia del SWIFT, no recibiremos divisas, pero los compradores, los países europeos, en primer lugar, no recibirán nuestras mercancías: petróleo, gas, metales y otros componentes importantes“, dijo en la semana el vicepresidente de la Cámara Alta del Parlamento Ruso, Nikolai Zhuravlev, en una declaración retomada por el medio estatal TASS.

Existen experiencias que el mundo conoce sobre las consecuencias de sacar a un país del sistema SWIFT.

En 2012, la Unión Europea determinó sacar a Irán de SWIFT, como sanción por su programa nuclear. La república islámica perdió casi el 30% de su comercio internacional y casi la mitad de sus ingresos por exportaciones de petróleo, de acuerdo con un reporte de CNN.

Una eventual retirada de Rusia del sistema SWIFT podría tener soluciones como el fortalecimiento de su sistema financiero de pagos, SPFS, el desarrollo de una criptomoneda nacional rusa o un mayor acercamiento con China, explicaron especialistas en un reporte publicado por The New York Times.

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