Los (casi) invisibles asesinatos de lesbianas en México

MEXICO.- Seis meses después de que el estado fronterizo de Chihuahua alzara por primera vez a una mujer como gobernadora, María Eugenia Campos enfrenta hoy uno de los retos de género más complicados en el estado que durante décadas fue el terror de las mujeres por los feminicidios seriales.

Se trata del descuartizamiento de dos mujeres lesbianas, el pasado 16 de enero. El asesinato ha cimbrado a la sociedad local y nacional a tal punto que el Comité de la Diversidad Sexual en Chihuahua tuvo que solicitar que se clasificara como crimen de odio.

El caso sigue sin resolverse hasta el momento pero puso el foco en un tema del que poco se habla: la lesbofobia. 

De los ocho crímenes que ocurren cada mes por razones de diversidad sexual en México, el 8% es en contra de mujeres homosexuales a los que se suman otro tipo de discriminaciones documentadas por la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT.

A Nohemí Medina Martínez y Julissa Ramírez, la pareja asesinada en el Valle de Juárez, Chihuahua, una polvorosa región peleada por los cárteles para el cruce de droga, las mataron con saña, en pedacitos, sin importar su contexto social.

De acuerdo con información del perfil de sus redes sociales, las mujeres eran una pareja estable con cuatro años de relación y habían adoptado tres hijos que quedaron huérfanos. 

La adopción de niños en el Valle de Juárez es un acto de amor de mucho valor. Por la guerra de cárteles, la región ha dejado miles de niños sin padres y sin hogar: los criminales reducen a cenizas las casas de los rivales. 

“No puede quedar impune este asesinato”, exigió la Conapred a través de un comunicado de prensa dirigido a las autoridades; las autoridades locales prometieron que no habría impunidad, pero al cierre de este artículo la fiscalía sólo informó que detuvo a los presuntos asesinos, sin dar detalles.

Días después del asesinato, grupos feministas llevaron la protesta a la Ciudad de México, donde pintaron muros y ventanas de diversos edificios, hicieron una batucada, danzas y amenazaron con volver.

“Hacemos un llamado a todas las mujeres lesbianas y trans a reforzar nuestros discursos. Hacemos un llamado a fortalecer redes y mecanismos de seguridad, para que el miedo cambie de bando, para que sea un lugar de miedo para ellos, para los machistas, para los feminicidas, para los que odian a las mujeres”, leyó Sonia Larios, una de las manifestantes

Datos de diversos colectivos pro diversidad de genero coinciden en que la lesbofobia no es un concepto aceptado de manera oficial. 

El caso del asesinato de la activista guanajuatense Guadalupe Hernández Flores en 2018, es un ejemplo. A pesar de que era una activista conocida por los derechos de la comunidad LGBT y abiertamente homosexual, en la procuraduría no se clasificó como delito por razones de género.

OTROS GOLPES

Lol Kin Castañeda, feminista y psicóloga social por la Universidad Autónoma Metropolitana, advierte que el tema de la lesbofobia implica una doble discriminación, primero por ser mujer (misoginia) y luego por ser lesbiana, o sea, por no sentirse atraída hacia los hombres. En resumen: odio al género femenino.

“La lesbofobia y la misoginia son temas que tienen que ser desestructurados socialmente a partir del reconocimiento de derechos en equidad e igualdad y de la implementación de acciones afirmativas a través de políticas públicas que tengan como resultado la trasformación social necesaria para reconocer a la diversidad como un valor de nuestra sociedad”, detalló.

En México se aprobó desde noviembre de 2006 por unanimidad en la Cámara de Diputados instituir el 17 de mayo como día nacional de Lucha contra la Homofobia, pero el mismo acuerdo tuvo que tener un exhorto al Ejecutivo federal un año más tarde para que se publicara en el Diario Oficial de la Federación.

Se logró hasta el 2014, ¡ocho años después!

Pero los casos de crímenes de odio continúan. Lol Kin Castañeda, quien fue la primera mujer lesbiana en casarse oficialmente en la Ciudad de México, observa que no basta con decretar un día, sino que se frenen actitudes de disciminación de raíz, desde los comentarios despectivos, las burlas o la censura.

En febrero pasado, por ejemplo, una mujer policía censuró a dos lesbianas que se besaban en un parque. “Tengan más discreción”, solicitó.

El veto desató una protesta en redes que posteriormente se tradujo en un “besotón” una manifestación pública a la que asistieron decenas de personas del colectivo LGTB a besarse con sus parejas en el mismo parque de la censura. 

En otro caso del año pasado, en Puebla, un hotel negó sus instalaciones para una boda de mujeres. La denuncia en redes creció hasta que tuvo que intervenir la Conapred para solicitar atención. El Grupo Habita, propietario del lugar, finalmente pidió disculpas.

La pareja poblana se hizo famosa en 2017, cuando en 2011 una de ellas publicó la propuesta de matrimonio a su novia frente al Palacio de Bellas Artes. 

En 2020, la red Homosensual contabilizó siete casos que se hicieron virales en las redes sociales como protesta por lesbofobia. 

Entre las denuncias se sumaron quejas porque en algunas discotecas, bares y restaurantes han impedido el paso a algunas lesbianas; porque no les permiten ejercer su papel de madres; porque son blanco de golpes e insultos callejeros y hasta impedimentos para donar sangre.

Destacaron el caso de Karla Castillo Murillo quien, cansada de sufrir acoso y violencia, decidió hacer públicos los casos de lesbofobia a través de acosos y burlas por parte de los directivos en la Unidad Médica Familiar 80 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Morelia

Otra denuncia que saltó a la vida pública fue la de Anayansi Parra, casada con un hombre que la golpeaba. Tras separarse de él y reconocer su homosexualidad, una jueza de Guasave, Sinaloa, le negó la custodia de la menor debido a su orientación sexual, según denunció en entrevista.

“Pasé por las valoraciones psciológicas que establecieron que soy apta para cuidar de la niña y le dieron  la custodia  a él, a pesar de que tienen denuncias por violencia doméstica”, detalló. “Sólo les importó mi orientación sexual”.

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