El viacrucis de mexicanos residentes y ciudadanos de EE.UU. para cobrar cheques de ayuda
Mexicanos residentes y ciudadanos de EE.UU., que decidieron vivir el resto de sus días en México, atraviesan por problemas para poder cobrar en bancos sus pensiones y cheques de estímulos otorgados por el gobierno estadounidense
MEXICO.- Si casi un millón de estadounidenses escogieron a México para pasar sus mejores años de vida, ¿por qué no iba a hacerlo el morelense Camerino Sánchez después de 30 años de trabajo en empresas cárnicas de Illinois, de día y de noche, entre el frío y el calor extremos?
En cuanto se jubiló y con la residencia americana en mano, empacó sus cosas y regresó a su país. No quiso regresar a su Cuautla, su ciudad natal ubicada a 90 kilómetros al sur de la capital del país, porque la inseguridad era el pan de todos los días; la Ciudad de México, por otro lado, le atraía mucho como gran metrópoli.
Con muchas expectativas aterrizó finalmente en la primavera de hace cuatro años. No fue una decisión precipitada. Todo lo contrario, sacó números a detalle y comparó: ¿cuánto gastaría en vivir en Estados Unidos? ¿Cuánto en México? ¿Dónde rendiría más su cheque de jubilación?
La conclusión fue arrasadora: mejor ganar en pesos y gastar en dólares.
No se equivocó. El mercado para la comida, que es lo básico para vivir, le rinde mucho más que la despensa del supermarket y le restaba dinero para ahorrar, para medicamentos, paseos con su esposa y para ir a Cuautla cuando le entraba la nostalgia.
Todo parecía perfecto y de alguna manera así sigue, excepto porque llegó la pandemia y él se enfermó de COVID-19.
“El dinero de mi pensión en Estados Unidos sigue llegando normal, sin tiempos a mi cuenta de banco mexicano, el problema es que empezamos a tener muchos más gastos y la ayuda del gobierno de allá no la puedo cobrar”.
Para frenar los estragos del coronavirus, la administración de Joe Biden, a través del Servicio de Impuestos Internos (IRS) emitió tres Pagos de Impacto Económico durante la pandemia de coronavirus para las personas elegibles.
Fueron seleccionados para los pagos de impacto económico los ciudadanos estadounidenses o extranjeros residentes que no fueran reclamados como dependientes de algún contribuyente y tuvieran un número de Seguro Social válido para el trabajo.
El primer cheque fue de $1,200 dólares en abril de 2020; el segundo fue de $600 entre diciembre y enero de 2021 y el tercero fue de $1,400 en el mes de marzo siguiente.
Estos pagos se enviaron por depósito directo a una cuenta bancaria o por correo postal como cheque impreso o tarjeta de débito.
Camerino Sánchez, de 73 años, había cerrado sus cuentas de banco en EE.UU. y por eso la ayuda se le envió en cheques. Estaba feliz porque significarían un dinero extra en caso de una emergencia, una enfermedad complicada o cualquier imprevisto, tal y como ocurrió.
Había librado el covid hasta hace unas semanas. Empezó con gripa y temperatura y luego tuvo diarreas imparables. Durante 20 días sobrevivió con tanques de oxígeno internado en un hospital y eso lo descapitalizó.
“Todos los tratamientos los he pagado por mi cuenta porque no tengo seguro social en México”, detalla. “Todos los días pensaba en la falta que me hace cambiar esos cheques”.
La búsqueda
Cuando Camerino Sánchez recibió el primer cheque de estimulo fue inmediatamente a la sucursal de Bancomer más cercana a su casa, en la colonia Lindavista. En ese banco recibía puntualmente su pensión de EE.UU. y no dudó ni un segundo de que ahí podrían ayudarle con el cobro del apoyo del gobierno estadounidense.
El ejecutivo del banco dijo en el primer encuentro con Camerino Sánchez que sí podría pagarlo y le pidió unos días para corrobar la información. Cuando el jubilado regreso la respuesta final fue opuesta. “No tenemos ningún convenio con el gobierno de EEUU. y no podremos pagarle”.
El banquero sugirió que fuera a otros bancos o a casas de cambio. El exmigrante, lo intentó en todos los bancos, en Banamex, Banorte, Santander, HSBC, Scotiabank y nada. También en diversas casas de cambio y la respuesta era la misma: imposible.
En algún momento pensó que en el Banco del Bienestar, por ser un banco del Estado mexicano, sería más fácil, pero fue lo mismo. O peor, porque no cumple la promesa ayuda para los migrantes y sus familias.
Observa Camerino Sánchez: “Los políticos dicen que van a ayudar y puro cuento. Desde Fox (Vicente Fox, presidente de México desde 2000 al 2006) dicen que somos los héroes que sostenemos el país con remesas pero son pura habladuría”.
En enero de 2006, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que buscará un mecanismo para que migrantes envíen las remesas a través del Banco del Bienestar (antes Bansefi) sin cobrarles comisión pero este banco ni siquiera tiene un sistema de banca electrónica.
Entre los sin sabores por el cobro de cheque, Camerino Sánchez acompañado por la Comunidad en Retorno. Dolores Unzueta, fundadora de esta organización civil, comenta a este diario que hay otra persona que vive en Mexicali que tuvo el mismo problema, pero como está cerca de la frontera pudo cambiarlo en EE.UU.
Camerino Sánchez no tiene familia en Estados Unidos. Tampoco quiere viajar porque los médicos le advirtieron que un segundo contagio de covid no podría resistirlo debido a su edad y comorbilidades. A pesar de estar vacunado con Pfizer, se enfermó y aún tiene secuelas. “No voy a salir de casa”, puntualiza.
No existen estadísticas oficiales sobre los mexicanos que regresan por su propia voluntad. Ni de la edad de éstos, pero se especula en estudios académicos, como la Universidad de Guadalajara, que en las zonas de alta migración al menos el 50% de los migrantes que tienen documentos regresan a vivir al país, sea a sus comunidades de origen o a las ciudades más cercanas.
“La falta de recursos para cobrar el cheque debe estar afectando a muchos”, calculó Unzueta.
La activista social considera que el gobierno mexicano debería intervenir para resolver esta situación que significa millones de dólares. “La Secretaría de Relaciones Exteriores podría intervenir”.
El año pasado Comunidad en Retorno quiso hablar del tema con algún funcionario de Comisión Nacional de Usuarios del Servicio Financiero pero les cancelaron la entrevista y no les dieron otra fecha.
Mientras tanto, Camerino Sánchez está a contrarreloj. Llamó al IRS de Estados Unidos y le dijeron que tiene solamente un año para cobrarlos y, posiblemente ya se le hayan vencido algunos.
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