Todo sobre la primera visita de Fidel Castro a Estados Unidos
Cuatro meses después de liderar una revolución exitosa en Cuba, Fidel Castro visitó Estados Unidos. La visita estuvo marcada por las tensiones entre Castro y el gobierno estadounidense.
El 1 de enero de 1959, las fuerzas revolucionarias de Castro derrocaron al dictador cubano Fulgencio Batista. Desde el comienzo del nuevo régimen en Cuba, los funcionarios estadounidenses se preocuparon por el barbudo revolucionario.
La retórica antiestadounidense de Castro, sus planes declarados de nacionalizar propiedades extranjeras en Cuba y su asociación con varios presuntos izquierdistas (incluido su segundo al mando, el Che Guevara) llevaron a los diplomáticos estadounidenses a vigilarlo con cautela.
Aunque preocupaba a los políticos, los periodistas estadounidenses lo adoraban: sus relatos de los días que pasó luchando en una guerra de guerrillas en Cuba, el uniforme y las botas de combate que prefería, y su poblada barba marcaban una figura llamativa. En abril de 1959, Castro aceptó una invitación de la Sociedad Estadounidense de Editores de Periódicos para visitar los Estados Unidos.
El viaje tuvo un comienzo desfavorable cuando quedó claro que el presidente Dwight D. Eisenhowerno tenía intención de reunirse con Castro. En cambio, Eisenhower fue al campo de golf para evitar cualquier encuentro casual con Castro.
Mientras, el presidente cubano dio una charla ante el Consejo de Asuntos Exteriores, un grupo de ciudadanos privados y exfuncionarios del gobierno con sede en Nueva York interesados en las relaciones internacionales de Estados Unidos. Castro fue conflictivo durante la sesión, indicando que Cuba no rogaría a Estados Unidos por ayuda económica. Enojado por algunas de las preguntas de la audiencia, Castro abandonó abruptamente la reunión.
Finalmente, antes de partir hacia Cuba, Castro se reunió con el vicepresidente Richard Nixon. En privado, Nixon esperaba que su charla empujara a Castro “en la dirección correcta” y lo alejara de cualquier política radical, pero salió de su discusión lleno de dudas sobre la posibilidad de reorientar el pensamiento de Castro.
Las relaciones entre Estados Unidos y Castro se deterioraron rápidamente después de la visita de abril. En menos de un año, el presidente Eisenhower ordenó a la CIA que comenzara a armar y entrenar a un grupo de exiliados cubanos para atacar a Cuba (el desastroso ataque, conocido como la invasión de Bahía de Cochinos, finalmente se llevó a cabo durante la administración Kennedy). La acalorada animosidad de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Cuba duraría más de 50 años.
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