Madrastra que mató de hambre y torturó a niño hispano de 11 años fue sentenciada a cadena perpetua en California
Lindsay Piper, de 40 años, fue sentenciada a cadena perpetua con posibilidad de fianza después de 15 años, por torturar y matar de hambre al niño de 11 años, Román López, cuyo cuerpo fue encontrado en un contenedor de basura en California
Lindsay y Jordan Piper fueron arrestados por los actos de tortura comertidos contra Román. Crédito: Placerville Police Department | Cortesía
Una malvada madrastra que mató de hambre y torturó a un niño hispano de 11 años hasta la muerte fue confrontada por sus afligidos parientes en la corte cuando fue encarcelada de por vida con posibilidad de salir bajo fianza a los 15 años.
El cuerpo de Román López fue tirado en un contenedor de almacenamiento después de sufrir meses de abuso, incluido estar encerrado en una caja y que le mezclaran el agua con veneno.
Lindsay Piper, de 40 años, fue sentenciada el viernes después de declararse sin oposición a un cargo de asesinato en segundo grado en Placerville, California.
La jueza Vicki Ashworth dijo que “no merecía ser la madrastra (de Román), francamente” y “la corte no puede pensar en una persona más malvada que esa”.
La jueza agregó: “Es realmente espantoso y horrible saber por lo que pasó este niño pequeño a manos de Piper”.
La madrastra se negó a mirar a la abuela paterna de Román, Jackie Farah, mientras compartía recuerdos de su corta vida.
Jackie le dijo a la corte que Román pasó sus primeros siete años con ella antes de irse a vivir con su padre Jordan Piper y su madrastra Lindsay.
Ahora se siente culpable de que, sin saberlo, “lo entregó al diablo”, dijo Jackie.
Ella agregó: “Lo siento mucho por toda su familia. El mal tiene que rendir cuentas”.
La madre de Román, Rochelle López, murió en abril pasado, unos 15 meses después que su hijo, y está enterrada junto a él, informó CBS13.
La hermana de Rochelle, Lennox, habló en su nombre en la sentencia y recordó a Román como un “niño de 11 años amable, compasivo y considerado cuya vida terminó demasiado pronto”.
Y le preguntó a la corte: “¿Qué clase de humano tortura a un niño?”.
La jueza también escuchó a dos de los propios hijos adolescentes de Lindsay, quienes horriblemente dijeron que no solo sufrieron abusos en sus manos, sino que también se unieron a la tortura de su hermanastro Román.
Un niño dijo: “Nunca encontré la fuerza para decir la verdad. Tal vez si lo hubiera hecho, él estaría vivo”.
Dijo que su mamá les dijo a sus hijos que mintieran sobre el abuso que sufrían y los sacó de la escuela para evitar preguntas de maestros y trabajadores sociales.
“Lindsay pasó años diciendo mentiras”, dijo el niño lloroso sobre su madre. “Espero que nunca salgas”.
Su hermano ahogó sus propios sollozos cuando le dijo a su madre: “Me enfermas”.
“No solo por Román, los siete niños de los que abusaste”, agregó.
Piper sin emociones se negó a mirar en la dirección de sus hijos mientras exponían las formas en que torturó a los siete niños de la casa.
Román fue amarrado con una mano en el aire, y en otras ocasiones estaba encerrado en una caja o armario sin comida.
El juez dijo que Román pesaba solo 42 libras cuando murió, lo mismo que cuando tenía cinco años.
Su muerte conmocionó a la comunidad unida de Placerville.
Cuando se informó la desaparición de Román en enero de 2020, los vecinos pasaron la noche tocando puertas en un frenético esfuerzo de búsqueda.
Al día siguiente, se les rompió el corazón al saber que la policía había encontrado su cuerpo en un contenedor de almacenamiento en el sótano de la casa de la familia Piper.
Estaba severamente desnutrido y deshidratado, encontró una autopsia.
Más de un año después, Lindsay y Jordan Piper fueron arrestados por cargos de abuso infantil, envenenamiento y tortura.
Los cargos de asesinato en segundo grado se agregaron en octubre luego de la evidencia de otros niños que vivían en el hogar.
Ambos negaron haber actuado mal, pero en mayo Lindsay no refutó el cargo de asesinato. Los otros cargos fueron desestimados como parte del trato.
Fue sentenciada a cadena perpetua y será elegible para libertad condicional en 15 años. Jordan Piper, de 37 años, está bajo custodia en espera de juicio por cargos separados de explotación sexual de un niño.
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