La guerra por el control de Sonora delató a Rafael Caro Quintero
En 2020, el capo sinaloense dejó claras sus intenciones por medio de los cuerpos descuartizados de dos hombres, cuyos restos aparecieron en el municipio de Caborca junto a un mensaje
Caborca se convirtió en una auténtica zona de guerra, siendo comunes los asesinatos, tiroteos, secuestros, desapariciones forzadas, cobro de derecho de piso y toques de queda. Crédito: Archivo/Pedro Pardo | AFP / Getty Images
Rafael Caro Quintero, uno de los narcotraficantes más poderosos de México durante la década de los 70 y 80, cuando formó parte del Cártel de Guadalajara, retomó su vida criminal luego de su liberación en 2013.
Y aunque el llamado “Narco de narcos” conocía a muchos de los capos sinaloenses que dominaban la mayor parte del territorio nacional, lo cierto es que una serie de diferencias con Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, lo llevaron a formar su propia organización criminal.
De esta manera, Caro Quintero dio origen al Cártel de Caborca y generó gran parte de la violencia que se registró en ese municipio y en todo el estado de Sonora.
Aunque en un principio inició una guerra con los hijos de Guzmán Loera por el control de esa entidad, su plan era dominar en todo el Triángulo Dorado, es decir, la región montañosa que comprenden los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango.
Así, en 2020 dejó claras sus intenciones por medio de los cuerpos descuartizados de dos hombres, cuyos restos aparecieron en el municipio de Caborca junto al mensaje: “Somos gente de Caro Quintero, esta plaza nos pertenecía”.
Con esta terrible escena, el “Narco de narcos” reveló que estaba dispuesto a luchar por la plaza que, según él, le pertenecía por derecho de antigüedad, pero también delató su ubicación y dejó ver que incursionó nuevamente en el narcotráfico.
A partir de esa fecha, Caborca se convirtió en una auténtica zona de guerra, siendo comunes los hallazgos de cadáveres en hieleras, personas asesinadas y abandonadas en tráileres, tiroteos, secuestros, desapariciones forzadas, cobro de derecho de piso y toques de queda, entre otras cosas.
Asimismo, era frecuente ver automóviles último modelo y de lujo en una comunidad de agricultores y ganaderos, lo que demostraba que el dinero del crimen organizado ya había penetrado en la región.
Es por ello que su captura era necesaria para frenar la ola de violencia en esa zona, tal como lo declaró el especialista en seguridad Eduardo Guerrero, durante una entrevista para la cadena Televisa.
“Realmente es una detención que va a provocar una pausa en la violencia que está generando la organización, sobre todo de Sonora. Sin duda va ser un gran respiro, porque si vemos cómo ha aumentado la violencia en Sonora recientemente, pues era realmente alarmante, entonces son buenas noticias en general”, destacó.
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