Representante de Asuntos Exteriores asegura que España puede suministrar el gas de Europa
Josep Borrell señaló que España ofrece sus infraestructuras de gas para poder exportarlo cada mes al resto de Europa en vez de tener que reducir el consumo como lo tienen contemplado
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aboga por que la Unión Europea se prepare ante un posible corte del gas ruso, con ahorro en el consumo y considera que España está en “muy buena” posición para ayudar a suministrar esa energía de otros proveedores.
“No podemos de repente decir ‘¡anda, nos han cortado el gas!’. Hay que tomar medidas y esas medidas son de ahorro, pero hay medidas para aumentar la oferta y España está en una posición muy buena para ayudar a que Europa tenga más gas que no sea gas ruso”, dijo Borrell en una entrevista telefónica con EFE.
El también vicepresidente de la Comisión Europea respondió así al ser cuestionado por la oposición de España y otros países del club comunitario a la propuesta de recortar el 15 % del consumo de gas hasta la próxima primavera que presentó la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen y que debatirán los países en el Consejo extraordinario de Energía en Bruselas.
Borrell destacó que el 37 % de las capacidades de licuefacción de gas natural y el 40 % de almacenamiento de este gas en la UE están en España, que hace mucho empezó a importar desde Argelia frente a otros países que “confiaron única y exclusivamente con el ruso”.
Esa capacidad que tiene España “hay que ponerla al servicio de toda Europa para importar más gas natural licuificado con grandes metaneros y distribuir una parte por las escasas interconexiones existentes y otra con barcos más pequeños a otras instalaciones de Italia o Francia”, apuntó.
España ofreció sus infraestructuras de gas para poder exportar gas a 6,7 teravatios hora (TWh) al mes al resto de la UE en vez de tener que reducir el consumo de gas, según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica.
Pese a que algunos países son más dependientes del gas ruso que otros como Alemania, “los demás tienen que contribuir a equilibrar el conjunto del sistema”, estimó el alto representante, quien apoyó la posibilidad de ayudar de diversas formas.
“España puede contribuir. No tiene sentido ahorrar, si el ahorro no se puede transmitir a los demás. El ahorro se hace para que haya más para los demás eso depende también de las interconexiones disponibles”, afirmó Borrell.
Los países de la UE plantearon que se tengan en cuentan las circunstancias de cada Estado miembro a la hora de aplicar el recorte del 15 % del consumo de gas.
Para su aprobación, la propuesta necesita recabar una mayoría cualificada, el apoyo de 15 países que representen al menos al 65 % de la población de los Veintisiete. El procedimiento elegido motivado por la urgencia impide a los países vetar la propuesta.
Sin ninguna medida coercitiva y sin ningún plan simplemente porque cada país ha hecho lo posible para limitar sus importaciones de gas ruso, diversificando sus proveedores, Europa ha reducido 20 puntos porcentuales su consumo desde que Rusia comenzó su guerra contra Ucrania.
Simplemente bajar un grado la temperatura en toda Europa son seis puntos porcentuales menos de consumo de gas, explicó, y también apuntó como posible medida reducir la velocidad en las autopistas.
Europa en su conjunto, “no las personas que sufren pobreza energética tiene una capacidad de ahorro muy grande de autolimitación en el consumo energético”, insistió el político español, al estimar que ciertos niveles de confort en la calefacción no son propios en tiempos de guerra.
Advirtió que este es el tercer choque asimétrico al que se enfrenta la UE, tras la crisis del euro y la pandemia, pero “ejercer solidaridad” entre los socios comunitarios, de forma “coordinada y eficaz y evitar ir corriendo a Moscú como ha hecho Hungría. La solución no pasa por hacerle carantoñas a (el presidente ruso, Vladímir) Putin”.
Para Borrell la actitud del Gobierno húngaro le dejó “una sensación muy poco positiva” porque, se preguntó, “¿cómo vamos a pedirles a los países africanos o al sudeste asiático que tengan una actitud dura contra Rusia? si nosotros mismos no la tenemos”.
Instó a la UE a ser resistente: “Putin está esperando que la subida de los precios genere una actitud en las sociedades occidentales de cansancio y no nos lo podemos permitir. No podemos. No podemos dejar a Ucrania abandonada a su suerte”.
Por último, Borrell celebró el acuerdo alcanzado entre Rusia y Ucrania, auspiciado por la ONU con mediación de Turquía para exportar por vía marítima millones de toneladas de cereal ucraniano que “si no se hubiera conseguido, hubiera sido una tragedia”.
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