Cómo la atención médica en las comunidades de trabajadores agrícolas se queda corta
Una campesina comparte su experiencia en el campo y los problemas de salud que esto le ha causado a ella y a sus hijos
Adela León ha trabajado por más de 19 años en los campos del Valle Central de California. A sus 43 años de edad ha notado que su salud se ha deteriorado por múltiples factores. Desde las largas jornadas, ya sea en medio de las altas temperaturas o las lluvias, hasta la falta de atención de salud necesaria.
“Agarramos muchas enfermedades porque nos malpasamos, porque no comemos a nuestras horas, o la comida se nos echa a perder cuando estamos trabajando y ya no nos la podemos comer así”, dijo León durante un panel virtual el sábado para hablar de la salud en la comunidad agrícola.
León tiene tres hijos de 18, 16 y 14 años, y contó que durante todos sus embarazos estuvo expuesta a los pesticidas porque trabajó hasta que le faltaban dos o tres semanas para dar a luz.
Un pesticida es cualquier sustancia elaborada para controlar, matar, repeler o atraer una plaga. Los pesticidas naturales se derivan estrictamente de fuentes en la naturaleza con poca o ninguna alteración química, y los pesticidas sintéticos son productos con alteraciones químicas que dañan la salud humana.
“Al mes de que nacían [mis hijos] yo me iba al campo a trabajar, como no había quien los cuidara. Yo no sabía de las ayudas, me los llevaba chiquitos y todo eso nos afectó mucho”, contó la mexicana del estado de Oaxaca.
Indicó que sus tres hijos tienen asma y problemas de aprendizaje. Los maestros le han dicho que posiblemente es porque los niños estuvieron expuestos a los pesticidas sintéticos.
Por su parte, León también ha enfrentado los problemas de artritis y diabetes. En dos ocasiones fue hospitalizada por estar a punto de tener un infarto al corazón y una tercera vez si tuvo que ser revivida con un desfibrilador.
“[Me iba del trabajo] directo al hospital porque el corazón estaba que se me salía. Del hospital salía a las 2 o 3 de la mañana y de ahí a las 5 de la mañana a trabajar. Todo eso ha contribuido a que mi salud se deteriorara un poco más”.
A principios del 2020 tuvo una operación para reparar los daños a su corazón el cual hasta el momento ha sido exitoso.
La United Farm Workers Foundation (UFW), reveló que de casi 15,000 trabajadores encuestados, el 78% no tienen seguro de salud.
Linda Martínez, organizadora con la UFW, dijo que hay un alto porcentaje de trabajadores que tienen problemas de salud por estar levantando cosechas muy pesadas. Algunos, cuando se enferman gravemente, van al doctor pero no siguen las indicaciones debido a que no tienen seguro médico.
“Como organizadora de UFW he podido dirigir a nuestros trabajadores agrícolas a citas de doctores con clínicas, pero a veces salen muy tarde del trabajo y no pueden ir”, dijo Martínez. “O sobrevivimos para pagar nuestros facturas o para pagar el doctor; esas son las historias de nuestros campesinos”.
Martínez agregó que el 80% de trabajadores agrícolas —incluyendo un 2% que trabaja en lecherías y el 12% en empacadoras— son indocumentados y más de la mitad no va al doctor porque no tenían la edad para calificar al Medi-Cal, el seguro médico del gobierno para personas de bajos recursos.
Información es poder
León agregó que una vez que comenzó a involucrarse con la UFW aprendió muchas cosas que no sabía. Desde los beneficios que ofrece el programa gubernamental WIC, que da comida y clases a madres y niños menores de 5 años, hasta lugares disponibles para cuidar a los niños a bajo costo o sin costo y las opciones de cuidado de salud para ella.
Recalcó que esa información la comparte con otros compañeros del campo. Han aprendido a conocer los problemas de los pesticidas, cómo protegerse y cómo llegar a los centros médicos para cuidar su salud.
El presupuesto estatal de California del 2022-2023 incluyó fondos para que el Medi-Cal sea expandido para los indocumentados de 26 a 49 años, el último grupo que faltaba para recibir seguro médico. Esto incluye a trabajadoras jóvenes como León quien ya lo solicitó y fue aprobada.
Desde ahora todas las personas de bajos recursos en California, sin importar su estatus migratorio, pueden solicitar el Medi-Cal.
León considera que esta es una buena opción ya que regularmente se piensa que ir al doctor es muy caro. Indicó que en la comunidad agrícola usualmente se toman una pastilla sin darse cuenta que a veces no se trata de eso. Ella ha perdido a compañeros del trabajo por no haber sido diagnosticados a tiempo.
“Es de ir a ver a un especialista que te mire y te diga que es lo que tienes”, dijo León. “A veces entre nosotros nos estamos dando pastillas en el campo y eso no está bien. Pero cuando uno quiere ayudar a una persona, eso es lo que está disponible…, nosotros nos recetamos el medicamento y a veces en lugar de aliviar algo sale peor porque nos complicamos la salud”.
El panel virtual “Desigualdad en la salud: Cómo la atención médica en las comunidades de trabajadores agrícolas se queda corta” fue realizado por la organización CCNMA Latino Journalists y The California Endowment.