Poco a poco regresa la calma a la ciudad de Tijuana
Elementos del Ejército, la Guardia Nacional y la Marina recorren las calles para traer confianza y tranquilidad a la población
El estado de Baja California y la ciudad de Tijuana regresaban este domingo lentamente a la calma luego de un viernes de actos terroristas y un sábado de calles desiertas.
“Todos los elementos de seguridad se encuentran desplegados en las calles de Baja California”, dijo la gobernadora Marina del Pilar Ávila, “municipales, estatales, Guardia Nacional, Secretaría de la Defensa, la Marina”.
El Ejército reforzó el sábado con 300 tropas especiales la vigilancia en Tijuana y la Guardia Nacional envió 50 efectivos adicionales.
La gobernadora expresó que todas las fuerzas se encuentran “en recorridos permanentes, y en constantes operativos”.
En uno de esos procedimientos de seguridad, tropas en vehículos abiertos han escoltado sábado y domingo a unidades del transporte público, luego de que los minibuses llamados taxis de ruta fueron uno de los blancos del crimen organizado en la ola de violencia que inició en forma coordinada el viernes a las 6 de la tarde en distintas ciudades.
Grupos delictivos prendieron fuego en unas horas a 26 vehículos en Baja California, 17 de ellos en Tijuana y en su mayoría unidades de transporte colectivo público.
Erwin, un migrante hondureño actualmente en un albergue en la periferia de Tijuana, dijo telefónicamente a La Opinión que el viernes cerca de las 7 de la noche hombres armados con fusiles de asalto detuvieron un minibús de la ruta Divina Providencia en que viajaba con otros migrantes, obligaron a bajar a todos los pasajeros y enseguida incendiaron la unidad.
“No le dispararon a nadie, nos ordenaron a gritos pero sí nos espantamos mucho. Yo pensé, mira, huir de allá [su tierra] por la violencia y terminar acá por la violencia, pero gracias a Dios afortunadamente no nos pasó nada”, indicó.
El secretario de Seguridad de Baja California, general Gilberto Landeros, explicó que las fuerzas estatales “lo que están haciendo es apoyar principalmente en las zonas turísticas en Rosarito, la Ruta del Vino, en Valle de las Palmas y los lugares en que se concentra el mayor número de gente”.
El centro de mando de seguridad también reportó que las carreteras en el estado están aseguradas por el Éjército, la Guardia Nacional y la Marina.
En el ánimo de los turistas podría pesar sin embargo que el consulado general de Estados Unidos en Tijuana ordenó el viernes por la tarde a sus empleados permanecer en sus hogares hasta nueva orden. Para el domingo la orden seguía en pie.
En algunas de las principales avenidas de Tijuana se veía fácilmente la presencia de militares y policías armados.
La policía municipal también desarrolla operativos conjuntos y por su cuenta.
El sábado al ocaso del día, una patrulla reportó que había visto un vehículo reportado como robado. Momentos después cuando el conductor fue detenido, había por lo menos una decena de patrullas en el lugar.
Hasta este domingo, las autoridades y fuerzas militares han detenido a ocho sospechosos involucrados con la serie de quemas de vehículos en Tijuana.
La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, exhortó a los residentes de la ciudad a salir a las calles y a no dejarse intimidar, especialmente con el apoyo de militares y policías tanto en zonas turísticas y el centro de la ciudad como en vecindarios de la periferia.
Sin embargo, la alcaldesa fue el blanco de críticas y de memes porque en un discurso en video de unos minutos dijo que “al crimen organizado le decimos que cobren la factura a quienes les deben, no a los ciudadanos”. Muchas personas consideraron que se refería al “cobro de piso”, o extorsión a comerciantes y residentes.
El sábado los tijuanenses residentes expresaban admiración de que sitios como los centros comerciales y avenidas generalmente con mucho tráfico vehicular estuvieran vacíos.
El domingo la ciudad empezó a regresar a la normalidad pero todavía con muy poca gente en las calles.
En la catedral, el arzobispo Francisco Moreno Barrón dijo poco antes de iniciar la misa dominical que “es natural que la gente, ante su dolor, ante el miedo, reacciones con esta desconfianza”.
“Sin embargo creo que nosotros también tenemos que confiar en las autoridades, porque si perdemos nuestra confianza en ellas, entonces sí estamos totalmente indefensos”, dijo el religioso.
“Tenemos que confiar y que ese voto de confianza en las autoridades, les comprometa más con la sociedad”, agregó.
El arzobispo subrayó que “la vida tiene que continuar; no podemos recluirnos, escondernos frente a la violencia. Desde luego, tenemos que evitarla, ser cuidadosos, pero un padre de familia tiene que seguir trabajando por sus hijos, los jóvenes tienen que seguir sus estudios, las empresas tienen que seguir trabajando”.