Reina Isabel II: 8 hábitos que explican las razones de su longevidad

Llevar una dieta saludable y mantenerse activa física y mentalmente era característico de la monarca británica quien falleció a sus 96 años

Reina Isabel II

Hasta sus últimos días todavía recibía documentos gubernamentales de países de todo el mundo. Crédito: Shaun Jeffers | Shutterstock

La reina Isabel II murió este jueves en su residencia de Balmoral a los 96 años, después de un reinado de 70 años y muchos se preguntan cuál es el secreto de su longevidad.

Tras llegar al trono en 1952, la reina Isabel protagonizó el reinado más extenso de la historia británica, marcado por su fuerte sentido del deber y su determinación por dedicar su vida al trono y a su pueblo.

Hay algunos aspectos de la vida de la respetada monarca, que le permitían verse en un estado envidiable a pesar de su edad. Entre ellos los que destacamos a continuación

Buenos genes

La madre de la reina vivió 101 años y es probable que le haya transmitido estos genes. Según Sarah Harper, del Instituto Oxford de Envejecimiento de la Población, la mitad de las posibilidades de tener una vida longeva nos vienen dictadas desde el nacimiento.

“Si tus padres y abuelos llegaron a los 80 y los 90 años tienes más opciones de haber heredado buenos genes”, le contó Harper a la BBC.

El padre de la reina, Jorge VI, murió a los 57 años, pero su abuelo paterno, Jorge V, murió a los 70. Ambos fallecieron por enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

Su abuela paterna vivió hasta los 85, y su abuelo y abuela maternos hasta los 89 y los 75, respectivamente.

Dieta saludable

La obesidad reduce la esperanza de vida entre tres y 10 años y es un factor de riesgo para enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.

En el caso de la reina, “la norma era nada de almidón: ni patatas, ni arroz, ni pasta para cenar”, dijo Darren McGrady, quien fue chef personal de la monarca.

Además, el cocinero contó que Isabel II se preocupaba por su figura y prefería platos sencillos, como pollo con ensalada.

No fumaba ni bebía en exceso

La reina nunca fumó ni sintió la tentación de hacerlo, además, era “muy raro verla tomando más de una unidad (de alcohol)”, explicó su ex secretario de prensa, Dickie Arbiter.

Ejercicio y dormir bien

La reina montaba a caballo una o dos veces por semana y caminaba durante el día. Si no tenía tiempo para sacar a pasear a los perros por la mañana, lo hacía por la tarde, explicó Arbiter.

Además, según el colaborador, Lilibet dormía unas siete horas cada noche y se despertaba diariamente a las 7:30 de la mañana.

Evitaba exponerse al sol

Era muy habitual y característico de la reina Isabel II, verla siempre ataviada con un elegante sombrero. Además, no solo huía de los rayos del sol, sino que también era difícil ver a la reina británica usando maquillaje, ya que consideraba que estropea la piel.

Actividad mental

Eran infinitas las muestras de lucidez de Isabel II. Hasta sus últimos días todavía recibía documentos gubernamentales de países de todo el mundo. Leía y escribía su correspondencia, se preparaba para audiencias y conversaba con todo tipo de gente, según Arbiter.

También fue capaz de actualizarse en el mundo digital y estar conectada, sobre todo en los tiempos de pandemia.

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