La Opinión condena el racismo de líderes latinos del Concejo de LA

Hay que iniciar hoy mismo un proceso de introspección, acercamiento y reconciliación. Aunque lleve tiempo y sea doloroso. No por conveniencia política sino porque es lo justo.

Nury Martínez, ex  presidenta del Concejo de LA  (TW-Nury Martínez)

Nury Martínez, ex presidenta del Concejo de LA (TW-Nury Martínez) Crédito: Impremedia

La renuncia de Nury Martínez a la presidencia del concejo municipal de Los Ángeles y el mea culpa de los concejales Kevin de León y Gil Cedillo ante la gravedad de sus palabras insultantes en una conversación grabada de octubre pasado es apenas una de las consecuencias lógicas de sus acciones.

No solo insultaron a sus rivales políticos con términos racistas y despectivos imperdonables.

Insultaron a todas las comunidades que viven en Los Ángeles, incluyendo a los latinos que los eligieron..

Igualmente responsable es el presidente de la Federación Obrera del condado de Los Ángeles Ron Herrera, también participante en la charla. 

Sus palabras no representan los valores de nuestra comunidad, pero justo en momentos en que aumentan los crímenes de odio y de racismo, el hecho muestra que hay mucho que hacer en materia de tolerancia al interior de esta. 

Tememos que las palabras de Martínez y sus colegas perjudiquen décadas de colaboración entre afroamericanos y latinos, comunidades unidas por un historial de discriminación y por las dificultades que han tenido que afrontar. 

Deberían saber también que al ofender al concejal Mike Bonin y a su familia ofendieron a todos. 

Y tememos que se crea que todos los políticos latinos son falsos Esa creencia no es cierta.

Lo demostraron otros concejales y líderes latinos como Mónica Rodríguez, Eunisses Hernández, Alex Padilla y Tony Cárdenas entre muchos más que condenaron este acto vil y reprobable.  

Una lección de este desgraciado incidente es que no solo por ser latinos merecen nuestro apoyo electoral. Y que los prejuicios también pueden alcanzar a quienes por décadas descollaron por su labor comunitaria como Cedillo y De León. 

Para remediar la situación, la clase política latina en nuestra ciudad tiene que renovar sus vínculos con la gente. Y debemos ser conscientes de ese racismo casual difundido en nuestra propia comunidad, que parece inofensivo pero que no lo es y que debe ser firmemente condenado. 

Los términos de esa conversación no tienen lugar en nuestra política ni en las vidas de nosotros en una sociedad diversa.

En efecto, hay que iniciar hoy mismo un proceso de introspección, acercamiento y reconciliación. Aunque lleve tiempo y sea doloroso. No por conveniencia política sino porque es lo justo.

En esta nota

Gil Cedillo Kevin de León Nury Martínez
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain