Cuando los implantes de mama se convierten en una pesadilla que te puede costar la vida
Dos mexicanas cuentan todo lo que sufrieron con los implantes, y como mejoró su salud al removerlos
Mercedes Rebollar y Luly Martínez Sandoval tienen mucho en común, ambas decidieron ponerse implantes de mamas para sentirse mejor y fortalecer su autoestima. Años más tarde decidieron removerlos, desesperadas ante la avalancha de problemas de salud que se les vinieron encima y las mantenían condenadas a una vida miserable.
Mercedes se quitó los implantes este año. Luly hace seis meses aproximadamente.
Pero antes de hacerlo, Mercedes se sentía tan mal sin encontrar un alivio a todos sus padecimientos que llegó a pensar en el suicidio; Luly cree que si no se hubiera removido los implantes, hoy estaría muerta o condenada a vivir en una cama.
En entrevistas por separado, ambas mujeres revelan que su vida mejoró en el momento que despertaron de la anestesia tras la explantación de los implantes: sintieron que volvieron a nader.
En julio de 2019, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) solicitó a la compañía Allergan que retirara voluntariamente del mercado determinados implantes de seno, tras identificar que tenían una asociación con el desarrollo del linfoma anaplásico de células grandes, un tipo de cáncer del sistema inmunológico que se desarrolla principalmente en el líquido o tejido cicatricial que rodea al implante.
Se presenta sobre todo en pacientes con implantes texturizados que en aquellos con superficies lisas.
La organización Breast Implant Cancer Advocates, reveló que algunas pacientes con implantes han reportado problemas de salud como lupus, artritis reumatoide, problemas reproductivos, dolores en las articulaciones, dolores musculares, confusión, fatiga crónica, entre otros.
LA FDA estimó que cientos de miles de mujeres tienen implantes mamarios fabricados por Allergan tanto de silicona como de agua salina; y a mediados de 2019, dio a conocer que en el mundo habían muerto 33 pacientes a causa de este tipo de cáncer.
La historia de Mercedes
En octubre de 2013, la mexicana Mercedes Rebollar viajó de Miami, donde vive, a la ciudad de Cancún para ponerse implantes mamarios de silicona de la marca Allergan.
“Quería ponerme un rellenito. Sentirme mejor. Entonces tenía 48 años”, dice.
Y efectivamente ya recuperada de la cirugía, con los implantes, cualquier ropa que se pusiera, la hacía lucir mejor.
Su felicidad no duró mucho ya que en abril de 2015, le pegó una parálisis facial. “Fue un golpe muy doloroso, del cual me recuperé, pero me quedé con secuelas. Hasta la fecha la comida se me atora. Me tuvieron que suturar un ojo y cuando me rió, siento que me duele”.
Después de la parálisis facial, le vinieron dolores musculares y articulares. Por otra parte, las enzimas hepáticas se le fueron hasta el techo, y le empezaron a pegar migrañas, una vez a la semana. “Me duraban hasta 4 días”.
Por si no fuera ya demasiado, le detectaron artritis reumatoide, el pelo se le caía, tenía la mente confundida y no podía dormir.
Más tarde le encontraron el síndrome del Intestino Irritado y sentía dolor constante en el estómago. Eso sin contar con que padecía de una diarrea constante. “Yo no podía salir sin asegurarme que donde iba a ir, hubiera baños”.
Ante este cuadro de severos males que sufría para los cuales ningún médico le daba solución, Mercedes se puso a investigar qué podía hacer que su salud cada vez empeorara sin un diagnóstico preciso.
Así fue cómo se enteró que la FDA había ordenado retirar del mercado los implantes de silicona de la marca Allergan porque podían ser causa de cáncer y otra serie de males muy parecidos a los que ella sufría.
También supo del Síndrome de Asia (en inglés Autoimmune Syndrome Induced by Adjuvants), una reacción inflamatoria atribuida a una sustancia extraña al organismo, asociadas a los implantes mamarios de siliconas.
“Me sentía tan mal que llegué a pensar en el suicidio. Y cuando decidí quitármelos, me entró miedo porque decía si me los quito, y no se me quita todo lo que tengo”.
Pero al reconocer que era una bomba a punto de explotar porque nada de lo que daban funcionaba, a principios de octubre, Mercedes viajó a Cancún para que le removieran los implantes, ya que el seguro no cubre ese procedimiento en Estados Unidos, por considerarlo cosmético.
“Además tengo a mi hermana en Cancún, y ella me podía cuidar durante la recuperación”.
Recuerda que el doctor le contaría más tarde que al abrir, se encontraron con que los implantes estaban reventados y la silicona se le había desparramado por sus glándulas mamarias.
“Nadie lo sabía. Por eso hago énfasis en que con las mamografías no se dan cuenta si están reventados sino que se necesita una tomografía”.
Lo mejor vino cuando despertó de la anestesia, y tuvo la sensación de un globo que lo pican y se desinfla.
“Fue como si hubiera vuelto a nacer. El dolor del hígado se me había quitado”.
A un mes de haberse operado, Mercedes dice que la vida le ha cambiado, la piel de su cara es otra, y la expresión estresada que siempre tenía, ha desaparecido, así como la depresión y ansiedad con la que vivía.
Y está feliz porque la vida miserable que llevaba, ha desaparecido a raíz de que se removió los implantes.
La historia de Luly
Luly Martínez es una fotógrafa y psicopedagoga, casada y madre de dos hijas de 24 y 19 años, quien hace 14 años, sintió que su autoestima se vino abajo.
“Buscaba la forma de sentirme mejor y me comparaba con otras personas”, dice.
Para ayudarla, le sugirieron los implantes de senos. Se los puso y quedó muy contenta. “Las disfruté muchísimo”.
Sin embargo, en los años siguientes, comenzó a padecer alergias de todo tipo; cutáneas, nasales y en algunas ocasiones migraña.
En Marzo del 2019, tuvo una reacción alérgica en toda la axila, parte de los dos senos y brazo que jamás asoció con los implantes..
Junto a los fuertes dolores de cabeza, el constante cansancio, una pérdida impresionante de pelo, notó que le costaba mucho concentrarse.
Ni dejando el gluten ni los azúcares y cambiando a una dieta de verduras y pescado, la inflamación que sufría le paraba.
En octubre de 2021, tras una revisión general, le detectaron un tumor en la tiroides, dos en la matriz, uno más en el pulmón e hipertiroidismo leve.
Su médico internista, el doctor Guillermo Ortega le preguntó si tenía algún tipo de implante o si había estado expuesta a radiación o químicos.
“Le dije que tenía implantes de senos de silicona y corrugados. Para ese momento yo no sabía que eran súper cancerígenos”.
Su doctor le hizo ver que ya había visto otros casos de mujeres con implantes a las que los implantes les generaron cáncer, lupus, y una serie de síntomas.
“Debido a que mi seguro no cubría la explantación y mastopexia de reconstrucción de senos, tuve que pagarle a un cirujano plástico por mí misma”.
En una cirugía de cuatro horas, le hicieron una explantación en bloque, que le removió el implante y la cápsula que lo rodeaba.
Luly dice que no sabe cómo explicar cómo se sintió después de la cirugía. “Fue impresionante, como si el cuerpo respirara. A partir de esa fecha he ido mejorando. Bajé de peso, se me quitaron los dolores de las articulaciones y ya no tengo alergias”.
A quienes quieran ponerse implantes, les piden que investiguen lo que la FDA dice sobre ellos y conozcan las consecuencias que pueden tener.
“Hagan una investigación académica amplia, y visiten los grupos de Facebook donde hay médicos que hablan de este problema”.
Pero antes de ponerlos, recomienda preguntarse cómo estamos emocionalmente y cuál es la razón por la que queremos tener implantes.
“Es preocupante pero hay lugares donde les dan de regalos a las niñas de 15 años, unos implantes de senos”.
Luly dice que su autoestima no mejoró por ponerse los implantes aún cuando se sentía bonita con ellos. “Mi autoestima mejoró cuando trabajé en ella y me puse a tomar terapia”.
Aclara que no está en contra de la cirugía plástica, pero sí recomienda que antes de meterse algo externo al cuerpo, lo investiguen muy bien y busquen a un buen médico, que les permita hacer todo tipo de preguntas.
“Mi experiencia es un granito de arena comparado con el otras. Hay personas que se han muerto porque no se las quieren quitar. Antes de la cirugía, me sentía tan mal que pensaba que me iba a morir, pero me salvó que tuve la fortuna de tener un médico que me habló de la enfermedad de los implantes”.
Implantes igual a inflamación
El doctor Mahfouz Michael, director general de la Clínica Médica San Miguel en Los Ángeles, dice que cualquier implante provoca inflamación en el cuerpo, lo cual afecta el sistema inmunológico, y de ahí viene la artritis, problemas con los riñones, en la piel y hasta depresión.
“El implante es una cosa extraña que el cuerpo tiende a rechazar, y eso se manifiesta con muchos problemas de salud”.
Dijo que el implante puede funcionar bien los dos o tres primeros años, pero luego empieza a dar problemas. “Y se reduce su tamaño, y se tienen que poner un mayor tamaño”.
La recomendación del doctor Michael, quien durante un tiempo fue asistente de cirujano, es que antes de ponerse un implante mamario, las mujeres consulten con sus médicos, vean los beneficios y desventajas, y lo analicen bien. “No tomen una decisión precipitada. Pienselo bien”.
Agrega que muchas mujeres se ponen los implantes de pecho porque se sienten deprimidas, pero el problema, dice, es que una vez que se los ponen, les viene otra depresión.
La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) aprueba implantes para aumentar el tamaño de los senos, la reconstrucción después de una cirugía, trauma a causa de cáncer de mama y para corregir defectos de desarrollo.
Pero advierte que los implantes presentan riesgos como
- Cirugías adicionales
- Linfoma anaplásico de células grandes asociado a implantes de seno (BIA-ALCL, por sus siglas en inglés) (en inglés), que es un cáncer del sistema inmunológico
- Síntomas sistémicos, comúnmente denominados como Enfermedad de los implantes de seno (BII, por sus siglas en inglés)
- Contractura capsular (tejido cicatricial que aprieta el implante)
- Dolor en los senos
- Ruptura (desgarros o agujeros en la cubierta) de los implantes rellenos con solución salina y con gel de silicona
- Desinflación (con cambio visible en el tamaño de los senos) de los implantes rellenos con solución salina
- Ruptura silenciosa (sin síntomas) de implantes rellenos con gel de silicona
- Infección