Familiares de personas desaparecidas transformaron una fosa clandestina en Guanajuato en un “patio sagrado”

Miles de personas buscan a sus seres queridos, quienes forman parte de los más de 100,000 desaparecidos que se contabilizan en México. Sus esfuerzos por encontrarlos los han llevado a formar colectivos y excavar la tierra con sus propios medios. Cientos de fosas clandestinas han sido localizadas en esa lucha, una de ellas, ubicada en el municipio de Salvatierra, Guanajuato, la cual se convirtió en un “patio sagrado”.

Hace dos años fue descubierta, y de ella se extrajeron 80 cuerpos, de los cuales aún 20 están sin identificar. Pero los buscadores decidieron darle un rostro a ese lugar donde fueron depositados de manera ilegal los restos de las personas, por ello realizaron una ceremonia solemne.

Familiares de personas desaparecidas cargaron entre la maleza, las piedras, la hierba y los grandes tubos de concreto, así como costales de aserrín, una mesa, un tendedero, listones, bocinas, un árbol, cruces y globos. Tras participar en el Foro “Vida por vida, Construyendo paz en honor a la memoria”, acudieron a la celebración eucarística que el padre Fray Fernando Escobedo encabezó.

“Este acto que estamos haciendo en Salvatierra se va a convertir en algo más grande, como la hortaliza, va a seguir creciendo hasta transformarse en un árbol gigante y va a seguir creciendo y se va a transformar en un patio sagrado como dice el pueblo Rarámuri. Un patio sagrado, en donde todas y todos tendremos un lugar para descansar, recordar, donde podremos también guardar la memoria de esas y esos 80 colibríes”, afirmó el sacerdote.

Listones con los nombres de los desaparecidos y la fecha de la última vez que los vieron, fueron depositados en una canasta, después se colgaron en un tendedero arriba de un tapete de aserrín en donde iluminaron figuras de colores.

Significado de los objetos

Las colectivas que participaron en la ceremonia informaron que cada objeto que conformará el “patio sagrado” tienen un significado especial. Los listones representan la memoria de las personas desaparecidas que aún nos faltan y las personas que han sido localizadas sin vida.

Se plantó un árbol como significado de vida que, con el amor y cuidado, permanecerán vivos los recuerdos de las 80 víctimas; también representa la esperanza de los que se siguen buscando. Se colocaron dos cruces de madera como tributo de las familias para el testimonio de bendición y santificación en el lugar en que tantas vidas se dejaron.

Para el final fueron reservados los globos blancos en símbolo de los ángeles y los colibríes, las almas de quienes fueron encontrados en el sitio, “los invitamos a que soltemos esas almas, es momento de dejar ir las almas de nuestros seres queridos” señalaron para luego, en un momento altamente emotivo, se dejaron ir los globos que no se separaron, se elevaron juntos hasta el cielo.

“¡Vuelen alto donde nadie los lastime!”, dijeron los presentes en medio de lágrimas de dolor.

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