Twitter: qué ocurrió durante los primeros 10 días de “caos” bajo el nuevo mandato de Elon Musk
La llegada de Elon Musk a la dirección de Twitter ha causado más tormentas que certezas, algo muy al estilo del multimillonario nacido en Sudáfrica.
Elon Musk tiene la reputación de ser un líder empresarial errático pero brillante, y en sus primeros 10 días al frente de Twitter, hemos visto más de lo primero que de lo segundo.
Durante mucho tiempo, los inversionistas de Silicon Valley han considerado que Twitter está mal administrado, pero que tiene mucho potencial.
Musk atrajo a sus amigos ricos a invertir con el argumento de que la red social, en manos de alguien que sabía lo que estaba haciendo, podría ser genial. La libertad de expresión abundaría y las ganancias seguirían.
Pero los primeros 10 días como jefe expusieron la falta de experiencia de Musk en la gestión de una empresa de redes sociales.
La verificación
Todo eran sonrisas cuando asumió el cargo y tuitió: “El pájaro está libre”.
Sin embargo, el paquete inicial de cambios anunciados por Musk parecía estar encontrado con sus declaraciones del verano.
Si bien había dicho que se consideraba un “absolutista de la libertad de expresión” y que a Donald Trump se le permitiría volver a la plataforma, ahora argumenta que se establecería un “consejo” lleno de voces “diversas” para decidir sobre controversias de moderación y suspensiones permanentes.
Musk anunció una política que se parecía mucho a la de Facebook, que tiene una “junta de supervisión” para estos temas.
También dijo que en el corto plazo no se alteraría la política de moderación. Pero sí anunció un gran cambio: en el sistema de verificación de Twitter.
La plataforma cobrará US$8 mensuales a los usuarios que deseen tener una cuenta verificada con la marca azul, aunque reportes iniciales decían que la tarifa sería de US$20, algo que fue recibido con quejas de algunas celebridades, incluido el escritor Stephen King.
Es posible que esta reducción de precios ya hubiera estado decidida, pero dio la impresión de que no se había pensado en los precios y que los usuarios famosos estaban dictando la política.
Cualquiera podría pagar para ser verificado y no solo recibiría una marca azul, sino que también tendría prioridad en las respuestas, menciones y búsquedas.
En otras palabras, las cuentas ahora podrían pagar por prestigio y ser amplificadas en la plataforma.
El anuncio de esta nueva característica de Twitter planteó instantáneamente preguntas sobre la autenticidad y la equidad. El contenido ahora flotaría por encima de los demás porque el usuario había pagado su suscripción mensual.
Pero Musk señala que su idea es una forma de abordar el problema de los bots de Twitter. La verificación masiva eliminaría las cuentas de spam. Pero esto también se trata de dinero: él cree que un modelo de suscripción para Twitter es una ruta para obtener ganancias.
Otros plantearon preguntas sobre lo que haría la apertura del proceso de verificación a la difusión de la desinformación.
Con la verificación abierta a cualquiera, ¿cómo podría Twitter confirmar que todos eran quienes decían ser?
Los despidos masivos
Con las elecciones de medio término de EE.UU. este martes, algunos mostraron preocupación de que las personas pudieran hacerse pasar por empleados electorales o periodistas y difundir desinformación entre los votantes.
Parecía obvio que se necesitarían muchos recursos humanos para verificar adecuadamente la avalancha esperada de nuevas cuentas con cualquiera de los 300 millones de usuarios activos diarios de Twitter siendo capaz de solicitarlo.
Según los reportes, durante su primera semana, Musk había pedido a los gerentes que elaboraran listas de empleados a despedir.
El jueves, menos de siete días después de que Musk comprara oficialmente la compañía, el personal recibió un correo electrónico diciendo que sus trabajos estaban en riesgo. Luego, aproximadamente la mitad de los 7.500 empleados de Twitter fueron despedidos.
Ese gran sacrificio en el personal levantó más de unas pocas cejas. ¿Por qué pagar US$44.000 millones por una empresa y luego despedir a la mitad del personal?
El momento también parecía extraño: ¿cómo se había elaborado tan rápido una evaluación de a quién despedir?
A los empleados se les dijo que recibirían un correo electrónico a las 16:00 GMT del viernes para la confirmación oficial, pero para muchos nunca llegó.
Simon Balmain, un administrador de comunidades en la red social y quien fue desconectado de su cuenta de Twitter, le dijo a la BBC que estaba en el “limbo”.