Aficionados latinos lamentan la eliminación de EEUU

Culpan a la defensa y a la inexperiencia por el adiós al Mundial en Qatar al perder 3-1 con Holanda

Los aficionados latinos sufrieron durante el partido de EEUU contra Países Bajos.

Los aficionados latinos sufrieron durante el partido de EEUU contra Países Bajos. Crédito: FOTOS: JORGE LUIS MACÍAS | Impremedia

La alegría momentánea de Diego Curcios se fue por la borda. La selección de futbol de Estados Unidos se acercó 2-1 ante Holanda, y las ilusiones del “Equipo de Todos” se fue por la borda cinco minutos después con el tercer gol de la “Naranja Mecánica”, obra del delantero del Inter de Milán, Denzel Dumfries.

Por tercera vez consecutiva, La selección de las barras y las estrellas fue eliminada en octavos de final (Sudáfrica 2010, Brasil 2014, y Qatar 2022). En 2018 no se clasificó.

“Es la misma historia”, dijo Curcios. “En cada Copa Mundial la defensa falla”.

El empleado mexicoamericano de un hospital en Maywood lamentó, además, que Estados Unidos no tiene un “9” implacable que haga goles como el mexicano Javier “Chicharito” Hernández.

“Tres errores…tres goles”, resumió su amigo Steven Cárdenas, un miembro del cuerpo de bomberos de City of Commerce.

Estos dos amigos y decenas de fanáticos del futbol se congregaron muy temprano en la taberna Dos Ríos Green, en la ciudad de Pico Rivera para ver el partido en tres pantallas de televisión.

La invicta Holanda tuvo la pegada y los goles. Los de Louis Van Gaal no dominaron el partido, pero fueron contundentes.

La mayoría de los asistentes al juego eran mexicoamericanos quienes, tras haber sufrido el sinsabor de la eliminación del Tri, cifraron sus esperanzas en Estados Unidos, el país donde nacieron.

“Se fueron 2-0 arriba. No están jugando agresivos. Así vamos a perder”, vaticinó con certeza Eddie Castillo, al terminar el medio tiempo. Memphis Depay y Cody Gakpo fueron los autores de las anotaciones de la ventaja neerlandesa.

Y, mientras disfrutaba de su tercera cerveza y después, dos tragos de tequila, este hombre de negocios se había resignado a que todo estaba perdido. Su rostro reflejaba tristeza.

“Esperaba más de Estados Unidos; ya se fueron a casa casi todos los equipos de América Latina”, manifestó el hombre de negocios e hijo de padres mexicanos de Zacatecas, y en cuya familia casi todos jugaban beisbol, excepto él.

“A mí me encantaba el Indoor Soccer y jugaba en un equipo en South Gate”, reveló.

En una mesa del bar se encontraban José y Mónica Martínez, una ayudante de escolar de niños con necesidades especiales compartía su alegría sus amigos René y Danielle Rizo.

“Hace 8 años compre mi camiseta del equipo de Estados Unidos”, dijo la residente de Pico Rivera. “Le voy a México primero y después a Estados Unidos”.

Mientras tanto, Danielle, una mujer anglosajona que estaba presente no entendía el alcance del significado del futbol en el ánimo de los aficionados latinos.

“¡Ella solo viene por el alcohol!”, manifestó René Rizo, quien confesó ser un fanático del futbol solamente cada cuatro años.

De hecho, ellos compraron varias gelatinas preparadas con vodka que les ofreció Sherry Jáuregui.
Igualmente, Andrew Bañuelos y Jonathan De Armand se “armaron” con unas 18 gelatinas con alcohol, mismas que consumieron poco a poco, mientras transcurría el partido. Esa cantidad equivale, como mínimo a unas siete cervezas.

“Realmente no sé mucho del soccer”, se sinceró Bañuelos, uno de los dos gerentes del Pico Rivera Golf Club, junto con Rudy Valle, quien convocó a los hinchas del futbol a través de Instagram.
“¡I believe that we can win! ¡I believe that we can win! ¡USA! ¡USA! “. (“¡Creo que podemos ganar! ¡Creo que podemos ganar! ¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!”) fue el estruendoso grito de aliento para la selección dirigida por Greg Berhalter cuando Haji Amir Wright, jugador del Antalyaspor turco anotó el gol del descuento 2-1, en el minuto 76.

“Les hacía falta confianza. No estaban siendo agresivos”, dijo De Armand.

Y, apenas de reojo disfrutaba el cotejo el guatemalteco Enrique Orozco, quien no se daba abasto solo para preparar los tacos y burritos de salchicha, tocino y chorizo que pidieron los clientes.

Cuestionado sobre el partido entre Estados Unidos y Países Bajos, respondió: “Me dio gusto que a México lo eliminaron. ¡Jajaja!”.

Pero a quienes no les hizo gracia la eliminación del seleccionado estadounidense fue a Martin Cota, de Whittier, y a Ralph Robles, de Montebello, ambos enfermeros de un hospital Kaiser Permanente. Ambos estaban tristes.

“Terrible la defensa, pero no lloraré”, dijo Robles. “Pero pudieron haberlo hecho mejor”.

“No puede ganar si no tienes defensa”, añadió Cota. “Parecía que no había comunicación entre los jugadores, y al final creo que a estos jóvenes les faltó experiencia”.

Y, frente a la barra de la taberna, Diego Curcios compartía las incidencias del juego con su amigo Steven. Ya habían dejado de morderse las uñas y tirarse del pelo.

Estaban tranquilos. Curcios se había tomado solamente una cerveza.

“Antes de venir, quedamos de acuerdo en que yo manejaría”, dijo Steven. “Perdimos el partido, pero la vida tiene que seguir”.

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