Hormigas pueden ser entrenadas para detectar el “olor del cáncer”
Esta nueva investigación determinó que además de los perros, estos insectos pueden entrenarse rápidamente para detectar estas anomalías a través de su sentido del olfato
Un nuevo estudio encontró que las hormigas pueden ser entrenadas para detectar cáncer en la orina. Y aunque estas carecen de narices, utilizan receptores olfativos en sus antenas para ayudarse a encontrar comida u olfatear posibles parejas.
La investigación publicada el 25 de enero en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, explica que los científicos entrenaron a casi tres docenas de hormigas sedosas para usar estos receptores olfativos agudos y encontrar tumores.
En un laboratorio, los expertos injertaron rebanadas de tumores de cáncer de mama de muestras humanas en ratones y enseñaron a los 35 insectos a “asociar la orina de los roedores portadores de tumores con azúcar”, según The Washington Post.
Luego de estar sobre una placa de Petri, los animales pasaron un 20 % más de tiempo junto a las muestras de orina que contenían tumores cancerosos en comparación con la orina sana.
El autor principal del estudio y etólogo de la Sorbonne Paris North University en Francia, Baptiste Piqueret, dijo a The Washington Post que las hormigas “solo quieren comer azúcar”.
Detectar anomalías a través del olfato
Debido que las células tumorales contienen compuestos orgánicos volátiles (COV) que los investigadores pueden usar como biomarcadores del cáncer, los animales como los perros, y ahora las hormigas, pueden entrenarse rápidamente para detectar estas anomalías a través de su sentido del olfato.
Sin embargo, los investigadores creen que las hormigas “pueden tener ventaja sobre los perros y otros animales que requieren [más] tiempo para entrenar”.
La gran ventaja de este nuevo descubrimiento es que cuanto antes se detecte el cáncer, antes podrá comenzar el tratamiento. Los investigadores tienen la esperanza de que las hormigas detectoras de cáncer tengan el potencial “para actuar como biodetectores de cáncer eficientes y económicos”, escribieron en su estudio.
Piqueret explica que “los resultados son muy prometedores”. Sin embargo, advirtió que “es importante saber que estamos lejos de usarlos como una forma diaria de detectar el cáncer”.
Las hormigas son animales que viven en un mundo de olores y dependen de este sentido, de hecho, algunas especies son completamente ciegas. Otros dependen tanto del olor que los que pierden el rastro de un rastro de feromonas marchan en círculos, hasta morir de agotamiento.
Extendiendo antenas, los insectos detectan y despliegan señales químicas para encontrar comida, enjambrar presas, detectar compañeros de colonia, proteger a sus crías.
Esta comunicación química ayuda a las hormigas a construir sociedades complejas de reinas y obreras que operan tan sincronizadas con el olor que los científicos llaman a algunas colonias “superorganismos”.
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