Dan cuatro años de cárcel a ‘pollero’ que provocó una persecución y la muerte de una persona

El joven de 23 años, residente del condado de Orange, llevaba a tres personas en el vehículo al cruzar a Estados Unidos

Foto de archivo de la Patrulla Fronteriza;

Foto de archivo de la Patrulla Fronteriza; Crédito: ALLISON DINNER | AFP / Getty Images

Era la tarde de un día de Navidad cuando el guía de un grupo de migrantes sin documentos, un joven latino de nacionalidad estadunidense, conducía cerca de la frontera y se guiaba mediante indicaciones que recibía en su celular.

Aunque eran poco más de las cinco de la tarde, el conductor condujo un rato y luego se estacionó en un estacionamiento de descanso donde se puede pasar la noche.

De repente, al auto entraron tres personas y el conductor, Kevin Antonio Quevedo Moncada, empezó a conducir rumbo a Los Ángeles de las inmediaciones de la frontera cerca de Otay Mesa en el condado de San Diego.

Habían elegido ese día a esa hora porque pensaron que las autoridades tendrían descuido luego de la cena de Nochebuena en un día helado. Pero Quevedo Moncada, un joven de 23 años de edad y residente del condado de Orange, no imaginó que desde el momento en que se aproximó a la frontera, estaba siendo vigilado por las autoridades estadounidenses.

Oficiales de la patrulla fronteriza estacionaron varios vehículos en un retén de inspección sobre el camino por el que avanzaba Quevedo Moncada, quien, al verlos, aceleró y condujo entre las patrullas de forma zigzagueante.

El joven logró evadir todos los autos, menos el último, que estaba a la salida del retén carretero, al que impactó en su huida sin importarle que un agente estaba junto a esa patrulla.

En ese momento inició una persecución de vehículos de la patrulla fronteriza, mientras continuaba por un camino sinuoso, húmedo  y sin alumbrado hasta que, al parecer por la velocidad, perdió el control del auto en que huía y lo estrelló contra un árbol.

Uno de los migrantes salió proyectado del auto, mientras Quevedo Moncada y las otras dos personas que iban con él quedaron atrapadas dentro del vehículo.

Cuando los paramédicos llegaron, declararon que la persona que salió del auto por el impacto había fallecido, era la noche de Navidad del 2021.

Los otros dos pasajeros que sobrevivieron fueron hospitalizados en estado crítico. Uno de ellos sufrió, entre otras lesiones, una mandíbula rota, un pulmón colapsado, ocho fracturas de costillas y lesiones en el bazo y los riñones, y tuvo que ser puesto en coma inducido médicamente antes de ser estabilizado.

En la reconstrucción del accidente, la Patrulla de Caminos de California (CHP) concluyó que el automóvil de Quevedo Moncada viajaba a velocidades de hasta 93 millas por hora en una curva con un límite de velocidad de 35 millas por hora cuando se estrelló.

La fiscalía federal en San Diego acusó a Quevedo Moncada de causar la muerte de una persona que él transportaba por intereses económicos, de ocasionar heridas a otras dos por el mismo motivo, y de atacar con arma mortal a un oficial, en referencia a usar su auto para envestir la patrulla que impactó al huir y que estuvo cerca de arrollar a un oficial.

La combinación de los cargos enfrentó al joven de 23 años con una potencial condena de cadena perpetua, de acuerdo con documentos que obtuvo La Opinión.

Cuando los dos migrantes que sobrevivieron al accidente se recuperaron, quedaron detenidos como testigos de los cargos que las autoridades formularon a Quevedo.

Sin embargo la corte federal en San Diego solo condenó a Quevedo Moncada a cuatro años y tres meses de prisión, después de aceptar los cargos, pero modificados.

La corte se basó en el testimonio de Quevedo Moncada y de uno de los sobrevivientes del accidente, Jesús Gael García Sánchez, para determinar que el joven del condado de Orange no actuó como traficante de personas, sino que alguien más le ofreció pagarle dos mil dólares por cada una de esas tres personas si las transportaba desde Otay Mesa.

También  determinó que el joven no intentó quitar la vida al oficial que estuvo en riesgo, sino que no había visto a ese agente cuando trataba de huir, y el daño se redujo a la patrulla golpeada en el retén carretero.

Ahora que le han dictado sentencia al conductor, los dos migrantes serán deportados a México.

Sin embargo, el fiscal federal en San Diego, Randy Grossman, declaró que el accidente no hubiera ocurrido si Quevedo Moncada no se hubiera prestado a hacer dinero para alguien a quien no le importaba si alguien moría.

“Este fue un delito agravado motivado por el lucro y cometido sin tener en cuenta la vida humana; los pasajeros fueron tratados como carga desechable con resultados previsiblemente trágicos”, dijo el fiscal en jefe en San Diego.

El jefe de la patrulla fronteriza en San Diego, Aaron Heitke, declaró por su parte que “para prevenir tragedias como esta, es prioritario que identifiquemos que los traficantes de personas solo se interesan en hacer dinero sin importarles que pueda haber fatalidades en su negocio”.

El jefe patrullero calificó de negocio inhumano el tráfico de migrantes.

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