Salvador Cienfuegos, el militar que pudo acabar en EE.UU. como García Luna y México lo impidió
La DEA detuvo al general tras ser investigado por sus vínculos con un grupo criminal, pero finalmente fue enviado a México y, de manera insólita, un mes después fue liberado
Cuando el mundo seguía viviendo los estragos que la pandemia de COVID-19 causó, una noticia llegó de Estados Unidos que hizo ver un poco de luz a decenas de mexicanos que habían sufrido vejaciones por parte del Ejército, y fue la detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fungió como titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Pero nada de eso pasó, pues las cosas dieron un giro inesperado y el hombre fue liberado.
De acuerdo con la información que Estados Unidos proporcionó al momento de la captura de Cienfuegos, ocurrida el 15 de octubre de 2020, la DEA lo investigaba por tener presuntos nexos con un grupo de la delincuencia organizada y por diversos delitos que cometió en colusión con él. El exfuncionario estaba en la mira por la intervención de llamadas y mensajes de Juan Francisco Patrón Sánchez, alias el “H-2”, pero un testimonio apuntó directamente hacia él.
Aunque la agencia antidrogas estadounidense ya lo tenía en la mira, era solo por sospechas, pues el narcotraficante y los sicarios miembros del cártel se referían a él como Zepeda o El Padrino. Fue otro funcionario detenido por narcotráfico en Estados Unidos quien lo señaló directamente: Edgar Veytia.
El mismo hombre que fue testigo por la fiscalía en el juicio de Genaro García Luna, relató que cuando fue fiscal de Nayarit el gobernador Roberto Sandoval hizo pactos con la delincuencia organizada, mismos que rompieron cuando la violencia escaló. En un operativo torturaron y asesinaron a un sicario que gritó: “soy gente de Cienfuegos”. Agregó que los marinos ejecutaron a varios sicarios “porque tenían demasiada información”.
Con la evidencia recabada por la DEA, se esperaba que llegara un gran juicio, como el visto con García Luna, pero eso no ocurrió. El general Cienfuegos fue regresado a su país, muchas personas lo celebraron y pensaron que con eso se resolverían casos como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero todo se quedó en esperanzas.
Reacción de México
El Gobierno de México encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador no vio con buenos ojos la detención de Salvador Cienfuegos y argumentó que no se le avisó con antelación sobre una investigación en su contra, por lo que comenzó a “mover sus piezas”.
De acuerdo con el diario El País, el canciller Marcelo Ebrard llamó al embajador estadounidense en México de ese momento, Christopher Landau, a su despacho, y le pidió ver con sus propios ojos el expediente contra el extitular de la Sedena. Le hicieron llegar 700 páginas de investigación.
Mediante algunas presiones como el expulsar a agentes de la DEA del territorio mexicano, se logró que Cienfuegos regresara a su país. El Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitó la desestimación de los cargos penales contra el general, ya que finalmente no tenían una investigación del todo sólida.
Un mes después de su detención arribó a México. La expectativa de lo que ocurriría aquí era grande, expertos opinaban que el general tenía que hablar sobre todas las arbitrariedades cometidas por el Ejército durante su gestión al frente de la Sedena, se creía que al hablar se resolverían algunos casos, pero la Fiscalía General de la República (FGR) determinó el no ejercicio de la acción penal contra Cienfuegos. Además, dijeron que las pruebas de la DEA contra él habían sido fabricadas.
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