Quién era “El Chueco”, líder criminal hallado muerto y responsable del asesinato de sacerdotes jesuitas
El cuerpo del líder criminal fue hallado en el municipio de Choix, Sinaloa, y presentaba un impacto de bala en la nuca
En junio de 2022 los habitantes de Cerocahui, Chihuahua, así como la comunidad jesuita se conmocionó por el asesinato de dos sacerdotes y un guía de turistas dentro de una iglesia. Las investigaciones arrojaron que el responsable de estos homicidios fue un líder criminal de la zona llamado José Noriel Portillo Gil, alías “El Chueco” y de inmediato se volvió un objetivo prioritario. Las autoridades no lo localizaron, pero su carrera criminal sí llegó a su fin, pues el capo fue asesinado.
Fue el miércoles 22 de marzo cuando se dio a conocer que en una brecha del municipio de Choix, Sinaloa, fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre cuyas características físicas correspondían a las de “El Chueco”. Una de sus hermanas lo identificó, pero la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua dijo que esperarían a los resultados genéticos para confirmar con certeza que se trataba de la misma persona.
Sin embargo, la mañana de este jueves 23 de marzo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó en su conferencia de prensa matutina que el líder criminal sí está muerto.
Un hombre sumamente violento
El hombre que murió a causa de un disparo en la nuca, vivió una vida en la que ejerció una violencia voraz, su hecho más conocido ocurrió el 20 de junio, después de que su equipo de béisbol perdiera. Fue tal su ira que asesinó a un jugador de los ganadores, Paul Oswaldo Berrelleza.
Pero ese hecho fue el detonador, después llegó a la iglesia de Cerocahui, mató a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Salazar Mora, así como al guía de turistas Pedro Heliodoro Palma.
Además era señalado por el asesinato del turista estadounidense Patrick Braxton-Andrew, en noviembre de 2018.
Fue líder de un grupo que fungía como brazo armado del Cártel de Sinaloa en Chihuahua, sembró terror en la Sierra Tarahumara, los habitantes sabían quién era él, no solo porque se movía en autos lujosos blindados, sino también por la violencia que ejercía.
Desde el asesinato de los religiosos, autoridades de los tres niveles de gobierno implementaron operativos para capturar al “Chueco”, quien además de ser considerado el responsable de los crímenes, era calificado como generador de violencia en la región.
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