“No se alteren”: Graban cruel entrenamiento a jóvenes cadetes de policía en México
Los reclutas fueron rociados con gas lacrimogeno en los ojos mientras algunos de ellos lloraban y gritaban del dolor
Tras darse a conocer el video se anunció la suspensión de la instructora responsable. Crédito: Twitter/@CompaRevolucion | Cortesía
Un video difundido en redes sociales generó polémica entre los internautas, debido a que muestra el polémico entrenamiento al que son sometidos los cadetes de una academia de policía en México.
Todo ocurrió en el estado de Sonora, en donde una instructora del Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) de esa entidad, roció gas lacrimógeno directamente a los ojos de los nuevos reclutas de la policía estatal.
El cruel método de capacitación quedó registrado por una cámara, y en las imágenes se puede apreciar a algunos de los cadetes llorando o gritando ante el dolor que les causó esta prueba.
“Respiren por la boca”, se le escucha decir a la instructora mientras rocía a los jóvenes con el gas. A su vez, otro hombre les dice fuertemente: “Relájense, no se alteren”.
Alrededor de una docena de reclutas fueron sometidos a esta dolorosa práctica y, aunque pedían ayuda, únicamente trataban de calmarlos sin brindarles atención médica.
“Ya no aguanto, no puedo respirar”, gritó uno de los jóvenes, a lo que la instructora respondió: “Sí puede respirar, ¡¿le falta un brazo?!”.
Tras darse a conocer el video, el director del Instituto Superior de Seguridad Pública del Estado de Sonora, Ellioth Romero Grijalva, calificó el entrenamiento como irresponsable debido a la manera directa en la que fue aplicado el gas lacrimógeno.
El funcionario agregó que la instructora, quien ya fue suspendida, no siguió la metodología adecuada y “expuso la integridad de los cadetes”, no solamente con la aplicación del gas, sino también con la grabación.
Por su parte, en redes sociales algunos usuarios declararon que la suspensión de la instructora es una justificación solamente porque se hizo público el video, algo que consideraron como descaro.
Sin embargo, otros indicaron que esta práctica tiene un por qué, ya que sirve para comportarse ante una situación que lo requiere, o para que empaticen con aquellos a los que les podrían llegar a tirar el gas en un futuro.
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