Fijan fianza del hombre que mató a cinco hondureños en Texas en $7.5 millones
El fiscal de distrito Todd Dillon explicó que la fianza se fijó en $1.5 millones por cada uno de los cinco cargos de asesinato imputados a Francisco Oropesa, autor del tiroteo donde murieron cinco hondureños
Un juez ordenó el miércoles que Francisco Oropesa, acusado de matar a cinco de sus vecinos de nacionalidad hondureña en su casa de Texas, fuera detenido con una fianza de $7.5 millones.
El fiscal de distrito Todd Dillon explicó que la fianza se fijó en $1.5 millones por cada uno de los cinco cargos de asesinato imputados a Oropesa.
La Fiscalía del Condado San Jacinto dijo que buscará endurecer los delitos que se le imputan a Oropesa con el fin de que éste se enfrente a la pena de muerte en caso de ser hallado culpable del tiroteo en Cleveland.
Las víctimas fueron baleadas de muerte a “casi un estilo ejecución”.
“Queremos sustentar que lo que él cometió fue un homicidio agravado”, indicó el fiscal Roberto Freyer del Condado San Jacinto.
Más temprano ese día, el jefe adjunto del alguacil del condado de San Jacinto, Tim Kean, anunció que varias personas habían sido arrestadas por el caso. La pareja de Oropesa, Divimara Lamar Nava, de 52 años, estaba entre ellos, según muestran los registros.
Lamar Nava no está casada con Oropesa, sin embargo, los informes oficiales revelan que los dos vivían bajo el mismo techo.
La mujer se encuentra bajo custodia en la cárcel del condado de Montgomery acusada por el cargo de obstaculizar la detención de un delincuente conocido, según los registros. Estaba detenida en lugar de una fianza de $250,000.
El alguacil del condado de Montgomery, Rand Henderson, dijo que Lamar Nava negó anteriormente tener conocimiento del paradero de Oropesa, pero que las autoridades creen que lo escondió en la casa cerca de Conroe donde fue arrestado el martes.
El hecho ocurrió después de que sus vecinos le pidieran a Oropesa que dejara de lanzar disparos al aire y este les respondiera que haría lo que el quisiera en su casa, más tarde los visitó con su AR-15 y les disparó a quemarropa.
Las víctimas de la masacre han sido identificadas por funcionarios consulares de Honduras como Daniel Enrique Lazo-Guzmán, de 8 años, su madre Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, Diana Velázquez Alvarado, de 21 años, Julisa (Obdulia) Molina Rivera, de 31 años, y José Jonathan Cáceres, de 18 años.
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