El riesgo que acecha en nuestros hogares

Los riesgos a la salud de las estufas de gas caen aún más sobre las familias de color, incluyendo las latinas, ya que estas tienden a sufrir del asma y de otras enfermedades respiratorias a tasas más altas que la población en general

Desde cocinar hasta el aseo pueden contaminar nuestro hogar.

Desde cocinar hasta el aseo pueden contaminar nuestro hogar. Crédito: Magnascan | Pixabay

Casi la mitad de los hogares en este país, el 40 por ciento, tienen estufas con quemadores de gas natural. Hasta cierto punto, cocinar con gas es algo que mucha gente considera casi una tradición.

Pero hace ya mucho tiempo que los investigadores y científicos van sonando la alarma de los contaminantes nocivos que emiten estas estufas, muy a menudo a niveles que se considerarían mortales si se encontraran en el aire fuera de nuestras casas. El que se concentran dentro de nuestras casas, es motivo de aún más preocupación.

Los riesgos a la salud de las estufas de gas caen aún más sobre las familias de color, incluyendo las latinas, ya que estas tienden a sufrir del asma y de otras enfermedades respiratorias a tasas más altas que la población en general. Mantener un contaminante que puede agravar esas enfermedades en nuestras propias casas no es recomendable. Pero la realidad es que Las personas que padecen de estas condiciones también están entre las más expuestas a los contaminantes que emiten las estufas de gas, estén o no prendidas.

Los peligros de las estufas de gas natural no son nada nuevo. Se han documentado al menos desde 1976, y estudios más recientes, incluido uno en California de 2022, encontraron 21 diferentes contaminantes emitidos en fugas de gas natural sin quemar en los hogares, y esas fugas, según otro estudio de fugas de metano, ocurren contínuamente en la mayoría de las estufas, aún cuando están apagadas.

Es cierto que los Latinos preferimos la tradición para preparar la comida, y eso muchas veces incluye el quemador de gas. El objetivo es brindar a las familias Latinas buenas alternativas para guardar esa tradición sin arriesgar la salud de sus familias. Muchas veces, esto significa seguir consejos sensatos, como:

  • Abrir una ventana o usar la campana de ventilación mientras uno cocina, para evitar la acumulación de gases
  • Usar otras alternativas en la cocina, como una hornilla eléctrica, un horno de microondas, un horno tostador, o una tetera eléctrica.
  • Si hay que usar la estufa de gas, utilizar las hornillas de atrás

En otras situaciones, se puede considerar cambiar a estufas eléctricas modernas, con la ayuda de reembolsos del gobierno federal. Es cierto que esta opción tiene un costo, pero el costo a la salud de nuestras familias es más alto, e implica más que dinero. La Ley de Reducción de la Inflación incluye un programa federal que permite que los estados den reembolsos de hasta $840 a familias de bajos recursos que compran estufas eléctricas nuevas. Las reglas, y el comienzo del programa, dependen de los gobiernos estatales, pero vale la pena estar al tanto. Al fin y al cabo, es un asunto de la salud de nuestros seres queridos. 

El Dr. Lorenzo González es presidente nacional del Comité de Internos y Residentes (CIR-SEIU), el sindicato médico más grande que representa a médicos y becarios en formación en el país. Recientemente se graduó de la beca inaugural de Justicia Médica en Abogacía de AMA + Satcher Leadership Institute y completó su capacitación como jefe de residentes de la Residencia de Medicina Familiar de Harbor UCLA.

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