Sicarios mataron a siete habitantes de una casa en Veracruz por vender droga sin permiso
Un joven desesperado por la pobreza comenzó a vender droga y adaptó una habitación para comercializar la mercancía, algo que le costó la vida a él y a su familia
Los cuerpos presentaban varias heridas por arma de fuego. Crédito: Ulises Ruíz | AFP / Getty Images
La falta de oportunidad y la pobreza son un factor clave para que las personas en México caigan en las manos del narcotráfico, algunas se unen a las filas del crimen organizado mientras otras deciden hacerlo por su cuenta, pagando un alto precio por ello.
Así ocurrió en el municipio de Perote, en el estado de Veracruz, donde siete personas fueron masacradas por sicarios en venganza de que uno de los habitantes de la casa vendía drogas sin permiso.
Cuitláhuac García Jiménez, gobernador de Veracruz, afirmó que las víctimas eran consumidores y vendedores de sustancias ilícitas. También dio a conocer que el lugar donde ocurrió la masacre era un punto de venta de drogas. Asimismo, el mandatario estatal dio a conocer que hubo dos detenciones de personas presuntamente relacionadas con los hechos.
Medios mexicanos como Aristegui Noticias informaron que los cadáveres de las siete personas presentaban heridas por arma de fuego. Elementos de la policía y la Fiscalía se trasladaron al lugar para realizar el levantamiento de los cuerpos e iniciar las investigaciones. También se activó Código Rojo para lograr las detenciones.
Además de los arrestos se logró un decomiso, el gobernador detalló que se localizaron básculas, bolsas con presunto cristal, una mochila con droga del mismo tipo y celulares que dijo el gobernador, “parecían” haber sido robados.
Información de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz asegura que fueron identificadas cuatro de las víctimas, Tomás “N” y Teresa “N” ambos de 58 años de edad; Francisco “N” y Tomás “N” de 28 años.
De acuerdo con medios locales, Tomás y Teresa eran esposos, tenían dificultades económicas y una familia humilde les ofreció un lugar para vivir en su propiedad. Aceptaron y se instalaron junto a su hijo, también llamado Tomás.
El joven estaba desesperado por la pobreza, por lo que comenzó a vender droga y adaptó un cuarto para comercializar la mercancía. El lugar rápidamente se conoció como un punto de venta de drogas, y las consecuencias de su decisión fue la muerte de él, de sus padres y de la familia que les dio asilo.
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