Incrementan los ataques contra vendedores de tacos en Los Ángeles

La violencia y los atracos a mano armada son una preocupación en el sur de Los Ángeles

Miguel Martínez corta la carne al pastor en el interior del camión de Tacos Los Chemas, donde ya tienen instaladas cámaras de seguridad para evitar robos.

Miguel Martínez corta la carne al pastor en el interior del camión de Tacos Los Chemas, donde ya tienen instaladas cámaras de seguridad para evitar robos. Crédito: JORGE LUIS MACÍAS | Impremedia

Como si fuera una epidemia, las agresiones, robos y asaltos a mano armada en contra de los vendedores de tacos se han incrementado de manera exponencial, principalmente en el sur de Los Ángeles y un activista ha creado una organización sin fines de lucro para respaldarlos y, a través de sus amistades, una compañía de seguridad privada les ofrecerá protección gratuita.

Por segunda ocasión, el negocio de Oscar Lozano “Tacos Oscarin” fue visitado por los amantes de lo ajeno.

La noche del 14 de junio, dos ladrones, descritos como hispanos exigieron dinero y al huir dispararon. Nadie resultó herido.

“Llegaron y me apuntaron con la pistola. ¿Qué más podía hacer yo?”, dijo Oscar.

Los asaltantes usaban pasamontañas y solamente robaron $50.

“Todo sucedió muy rápido”, contó Oscar. “No voy a perder la vida por algo de dinero”.

Si bien, en la División Sureste del Departamento de Policía de Los Ángeles, el número de robos reportados en 2021 fue de 252; 323 en 2022 y 258 en lo que va de 2023, la cantidad de asaltos agravados se elevó de 694 en 2021 a 814 en 2022. En lo que va de este año se han cometido 684, incluyendo los atracos a vendedores ambulantes.

Según la ley de California, el asalto se define como un intento ilegal de tocar o herir a otra persona. Cuando el asalto se realiza con la intención de cometer daños corporales graves, se hace con un arma mortal o se hace sin tener en cuenta la vida de la víctima, puede considerarse asalto agravado.

“Cada que mis hijos se van a la venta, yo les echo su bendición y los encomiendo a Dios”, declaró Pilar Lozano, la madre de Oscar. “Uno sabe que han salido de la casa, pro nunca sabe si van a regresar”.

El primer robo a Oscar y a su compañera de trabajo, Marbella Martínez, ocurrió en el mismo lugar ubicado en la cuadra 400 de la avenida Manchester, entre San Pedro y el bulevar Avalon.

En el primer asalto, los delincuentes afroamericanos le quitaron una cadena de oro y dinero en efectivo.
“Yo le digo que ya no cargue ni un dólar en efectivo, y que todos los pagos los pida por Zelle”, añadió la señora Pilar Lozano, quien informó que en el lugar de venta han estado por casi seis años y antes no había sucedido ningún incidente de violencia.

Frank Preciado, sargento del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) manifestó a La Opinión que los vendedores de tacos o vendedores ambulantes deben de denunciar cada hecho delictivo del que sean víctimas.

“Este problema es grande porque los vendedores trabajan con dinero en efectivo y no con tarjeta, así que los delincuentes o sospechosos lo saben y les parece fácil robarles porque no tienen cámaras de video”, dijo Preciado.

Pero, si un ladrón es atrapado por haber cometido robo con arma, el delito se convierte siempre en una felonía y una persona, de ser hallada culpable, puede ser sentenciada hasta con tres años de prisión estatal y una multa de $10,000, máxima si alguien resulta herido.

Preciado indicó que el trabajo del LAPD será desplegar más oficiales en las áreas de mayor concentración de robos para proteger a la gente.

“Es horrible lo que está ocurriendo a estas personas que trabajan honradamente”, añadió. “Ellos solamente quieren sostener su vida”.

Taquero a punto de morir
No muy lejos de donde asaltaron a Oscar Lozano, el mexicano José González, de 25 años recuerda cómo fue que, salvó la vida, después que dos delincuentes afroamericanos amagaron con una pistola a un compañero de trabajo y a él, uno de ellos lo golpeó en la cabeza con la cacha del arma.

“Los dos tipos se bajaron de un auto y de repente agarraron del cuello a mi amigo; le pidieron dinero y empezaron a golpearlo”, recordó, José, empleado de Tacos Los Chemas. “Cuando a mí me dieron con la pistola en la cabeza, quedé ciego por unos momentos”.

Los maleantes exigieron que les entregara todo el dinero de la venta. Entre $700 y $1,000 aquella noche, aparte de los $80 que él traía en su bolsillo.

José dijo que se salvó de morir “por la gracia de Dios”.

En el presente, este joven nacido en San Julián, Jalisco, sigue trabajando normalmente en la preparación de tacos, burritos tortas y otros antojitos mexicanos.

“No hay nada de miedo; hay que venir a trabajar todos los días y solo hay que encomendarse a Dios”, subrayó.
Y, para estar más seguros en la “lonchera”, Saul Martínez, el dueño de Tacos Los Chemas ha instalado cámaras de seguridad por fuera y por dentro del camión.

Sin embargo, quienes no han tomado mejores medidas de seguridad son los taqueros Alberto Valdivia, de Michoacán o Luis Castro, de Colima, quienes manejan dinero en efectivo a la vista de todos los comensales.

“Yo siempre me cuido la espalda para saber quién viene detrás del puesto”, dijo Luis, quien se ha instalado sobre la calle 103, casi en la esquina con el bulevar Avalon, en el sur-centro ce Los Ángeles.
Al Labrada, jefe adjunto del LAPD, declaró a La Opinión que reportar cada incidente de robo servirá como un acto de disuasión para los criminales.

“Esto nos ayuda mucho porque no hay seguridad privada para los vendedores”, afirmó. “De esa manera tendremos mayores informes para investigar cada caso”

Protección gratuita
Desde 2017, Edin Alex Enamorado ha documentado personalmente un promedio de 150 ataques a vendedores ambulantes en Los Ángeles y ha ayudado a aproximadamente 2,000 de ellos, que, con su trabajo, se ganan la vida honradamente en las calles.

Para incrementar el respaldo hacia estos vendedores ambulantes, Edin ha formado una organización sin fines de lucro llamada UVA o Unión de Vendedores Ambulantes.
“Lo hicimos para ayudar a todos los que les han robado y amenazado, además de prevenir otros ataques”, dijo a La Opinión.

A través de UVA, los vendedores podrían ser menos vulnerables a los robos, aunque también, en equipo con su amigo Nando González, propietario de González Security Force, una compañía de seguridad privada y sus empleados se han comprometido a salvaguardar de forma gratuita la integridad de los vendedores.

“La gente necesita protección y hay gente de buen corazón que quiere colaborar”, dijo el activista nacido en Villanueva, Guatemala.

Desde hace seis años, de su propio bolsillo, Edin ha dotado de botes de gas pimienta a cientos de vendedores de paletas, elotes o de comida, para que se defiendan de alguna manera ante los ladrones. Cada frasco cuesta $11 en promedio, aunque a veces los compra por internet y le cuestan menos dinero.
La motivación de Edin para intentar proteger a los vendedores callejeros nació desde que su propio padre, un trabajador humilde, fue asaltado a punta de pistola.

También, le motivó a convertirse en activista el trato despectivo de agentes del alguacil hacia los vendedores ambulantes en la ciudad de Cudahy, donde ha vivido toda su vida.

“Los intimidaban con arrestarlos si no se retiraban del lugar donde se ponían a vender”, dijo. “El problema era que nunca los dejaban en paz”.
DESTACADO

  • Consejos prácticos para los taqueros:
  • Adquiera un equipo de cámara de vigilancia. Puede ayudar a identificar detalles de los sospechosos de robo y los autos en que huyen.
  • No traten de pelear con los sospechosos
  • Entreguen el dinero si lo tienen, a fin de evitar un mayor daño o hasta un balazo
  • Sin ningún temor, reporte cada acto violento a la policía.
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