Cómo es el submarino en el que James Cameron logró visitar el punto más profundo del océano
El submarino de James Cameron logró superar ampliamente la profundidad a la que el sumergible Titan sufrió una implosión mientras visitaba los restos del Titanic
El Deepsea Challenger fue un sumergible diseñado y construido especialmente para explorar las profundidades del océano. Fue creado para la histórica inmersión realizada por el director de cine James Cameron en 2012, con el objetivo de llegar al punto más profundo de los océanos: la Fosa de las Marianas.
El diseño del Deepsea Challenger fue desarrollado por un equipo de ingenieros e investigadores liderados por Cameron y el ingeniero Ron Allum. El sumergible tenía una longitud de aproximadamente 22 pies y estaba fabricado principalmente de materiales compuestos de alta resistencia, como el acero inoxidable y la fibra de carbono, para soportar las tremendas presiones a las que estaría sometido en las profundidades abisales.
El sumergible presentaba una forma esbelta y angulosa, con un compartimento de tripulación ubicado en la parte superior. Este compartimento estaba diseñado para acomodar a una sola persona, en este caso, James Cameron. Contaba con ventanas especiales de vidrio de alta resistencia, capaces de soportar la presión extrema en las profundidades.
Para descender a las profundidades de la Fosa de las Marianas, el Deepsea Challenger utilizaba un sistema de lastre compuesto por esferas de espuma de vidrio y acero. Estas esferas podían llenarse o vaciarse de líquido para controlar la flotabilidad y permitir al sumergible descender o ascender de manera controlada.
El sumergible estaba equipado con una amplia variedad de instrumentos científicos y tecnológicos para llevar a cabo investigaciones y exploraciones en las profundidades del océano. Tenía cámaras de alta definición para capturar imágenes y videos, así como luces potentes para iluminar el entorno oscuro. También contaba con brazos robóticos y dispositivos de muestreo para recolectar muestras de agua y sedimentos.
Durante la inmersión histórica en 2012, James Cameron logró descender hasta una profundidad de aproximadamente 35,787 pies en la Fosa de las Marianas. Pasó varias horas explorando y documentando el entorno, y pudo capturar imágenes impresionantes de la vida marina en las profundidades abisales.
Sumergible Titan
El éxito de la inmersión del Deepsea Challenger en contraste con el trágico incidente del sumergible Titan resalta la complejidad y los desafíos asociados con la exploración de las profundidades abisales del océano. Mientras que el Deepsea Challenger logró descender a más de 32,800 pies de profundidad en la Fosa de las Marianas, estableciendo un récord histórico, el sumergible Titan sufrió una implosión a poco más de 9,842 metros de profundidad, menos de un tercio de la profundidad alcanzada por Cameron.
El sumergible Titan, construido por una empresa diferente, enfrentó dificultades significativas debido a las tremendas presiones a las que fue sometido durante la inmersión. Las presiones en las profundidades abisales son extremas y pueden superar las 1,000 veces la presión atmosférica al nivel del mar. Estas condiciones extremas plantean desafíos técnicos considerables en términos de diseño y resistencia de los materiales utilizados.
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