Refinería Olmeca, ¿a un paso de la independencia energética?

Mejor conocida como Dos Bocas, la obra emblemática del sexenio está en cuenta regresiva para empezar a producir gasolina

Refinería Olmeca, ¿a un paso de la independencia energética?

México suspendió la construcción de refinerías en México: desde el inicio de labores de Salina Cruz, en 1974. Crédito: Hector Vivas | Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO- Con una cámara de video y miles de ojos encima, Cuauhtémoc Morales, un trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex), abrió sutilmente la válvula del ducto de crudo para empezar a cargar la refinería Olmeca, una de las obras estrellas del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Así pasaron los primeros 11,148 barriles desde la primera Terminal Marítima de Dos Bocas hacia el centro de procesamiento con la ilusión de que el próximo 1 de septiembre sea una realidad la reactivación de la producción de gasolina en el país que en los años previos había cedido a la importación.

 “En una primera etapa se producirán cerca de 80 mil barriles este año” puntualizó el mandatario después de que las primeras gotas de crudo entraron a la nueva refinería el pasado 29 de junio.

“Yo pienso que para inicios del año próximo ya va a estar procesando 340 mil barriles de crudo”.

Mejor conocida como Dos Bocas, la refinería ubicada en el municipio de Valparaíso, en el estado de Tabasco, ha esperado por cuatro años para ver la luz en busca de la independencia energética. 

Durante más de 40 años, México suspendió la construcción de refinerías en México: desde el inicio de labores de Salina Cruz, en 1974. 

El argumento principal fue que salía más barato comprarla en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, que procesar el petróleo crudo en México. En campaña hacia la presidencia en 2018, AMLO acusó a funcionarios de millonarias ganancias en estar transacciones y prometió devolver el refinamiento al control nacional. 

Metas

Después de que el trabajador Morales abrió la válvula para que ingresaran los primeros litros de crudo, la secretaria de Energía, Rocío Nahle apareció en un video para explicar el paso a paso de la forma en que destilarán el crudo y así dejar de importar “de una vez por todas” la gasolina.

La meta de esta independencia es 2024, cuando entre en operación total el Sistema Nacional de Refinación que incluye, además de dos bocas, otras seis refinerían que ya estaban operando, pero con deficiencias.

La de Salamanca, por ejemplo, fue intervenida para darle mantenimiento del tren de proceso para producir al 75% de su capacidad; la de Tula, tenía abandonada la planta de H-Oil; la de Cadereyta requería mantenimiento profundo a los equipos dinámicos.

La de Madero, estuvo más de un año fuera de operación; la de Minatitlán requería un cambio de catalizador y la de Salina Cruz, tenía problemas para recibir el crudoo y la de Deer Park, en Texas, apenas pasó a manos mexicanas.

En Dos Bocas Nahle el proceso de refinamiento arrancó con la muestra de Nahle sobre cómo se requieren 72 horas para estabilizar el circuito de retorno del crudo y luego meter el diésel que llega por barco a una monoboya donde empezieza el proceso de calentamiento desde los 60 grados centígrados. 

Llegar a este punto fue un proceso que se alargó en tiempo y presupuesto y se volvió un blanco frecuente de las críticas de oposición y de analistas económicos.

Soraya Pérez, ex presidenta de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, explicó que la obra se volvió un “barril sin fondo” cuyos costos se elevaron a 17 mil millones de dólares, ¡el doble de lo planeado! y con mucha opacidad.

“Encontrar información sobre el avance físico y presupuestal de la obra de Dos Bocas es una verdadera odisea pues las actas del Consejo de Administración que se publican en la página web de Pemex están completamente testadas, es decir, reservan prácticamente toda la información relevante; y lo mismo pasa con cada uno de los informes que generan los comités”.

Largo camino

La refinería Olmeca (llamada así en homenaje a la principal etnia local) fue presentada por primera vez a finales de 2018 como parte del paquete de obras de infraestructura del gobierno federal. 

La inversión que se calculó al comienzo de la construcción fue de 8,000 millones de dólares, pero, tres años después, la Secretaría de Energía dio a conocer un incremento en el costo a 9,800 millones de dólares. 

En mayo pasado, Bloomberg calculó que la obra, de acuerdo a los contratos, tendría un costo total de 14,000 millones de dólares. Fuentes externas, a través de mecanismos de transparencia, calculan que el gasto ya asciende a los 17,000 millones de dólares.

El presidente ha justificado el incremento del presupuesto como un proceso normal en ese tipo de obras y destacó que el proyecto, sin embargo, “tiene un tiempo récord” de construcción.

La postergación del arranque de operaciones ha sido una constante en la refinería. La “Primera Etapa Constructiva” fue inaugurada por el presidente Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio de 2022 y desde entonces no había noticias sobre las fechas de la producción de gasolina que busca el cambio de paradigma energético.

Se prevé que Dos Bocas impactará en el grado de industrialización del país con la producción de 340,000 barriles de crudo diarios, una cifra con la cual cesaría la importación cuando esté operando en su máxima capacidad.

No ha sido un trabajo sencillo: participaron más de 25,000 trabajadores de todas partes del país y colapsaron muchas veces los servicios de Valparaíso, donde los pobladores comenzaron a llamarles “Las Zanahorias” por sus uniformes del color de la verdura.

La obra se dividió en seis paquetes de trabajo, en los cuales, se construyeron 17 de plantas de proceso químico, entre ellas la combinada, una coquizadora y las hidrotratadoras de gasóleos, diésel y naftas. 

También está conformada por 90 tanques de almacenamiento, de los cuales, 56 son verticales para acopiar líquidos y hay 34 esferas para gas, con una capacidad de almacenamiento de 15 millones de barriles y sistemas de cogeneración de energía.

En adelante, 91,459 equipos deberán trabajar en forma coordinada para llegar en el último tirón de los procesos a 350 grados centígrados y luego pasar al enfriamiento hasta que se empieza a destilar el crudo y llevarlo hasta las gasolinerías.

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