El “fanfarroneo” como estrategia de los cárteles mexicanos
Videos donde se exhiben sicarios con uniformes, tanques con los emblemas de los cárteles, lujos y hasta pistas clandestinas con un común denominador: armamento al por mayor.
MÉXICO- Aunque el hombre está de espaldas, sus rasgos se alcanzan a ver con el movimiento de la filmación. Ronda los 20 años. Tiene el cuerpo espigado y esbelto, el cabello corto al estilo militar; vestimenta moderna con una chamarra rosa y pantalones de mezclilla ajustados; entre las manos, dos armas que deberían ser de uso exclusivo del Ejército.
Pero las tiene él, un civil presunto miembro de un cártel: una AK47 y un lanzagranadas que muestra sin reservas ni temor en la fronteriza ciudad de Tamaulipas.
Sobre sus hombros, hacia la espalda, $80,000 dólares a cuestas para presumir, a la vista de todos, tal y como se captó en un video que circula en las últimas semanas en las redes sociales en una práctica cada vez más frecuente de exhibe la impunidad y la fanfarronería con que los miembros de las bandas criminales muestran su etiqueta.
Algunos de ellos son captados in fraganti, aunque también es frecuente que las organizaciones criminales hagan sus propias producciones para exhibir su poderío. Videos donde se exhiben sicarios con uniformes, tanques con los emblemas de los cárteles, lujos y hasta pistas clandestinas con un común denominador: armamento al por mayor.
El contrabando de armas desde Estados Unidos a México —que podría superar las 200,000 anuales, según cálculos extra oficiales— ha dado a los criminales un estatus de superioridad en las regiones del lado sur del Río Bravo, donde se ha tomado ciudades y poblaciones para su control a punta de asesinatos, intimidaciones y fanfarronerías para la intimidación.
“Las exhibiciones de este tipo generalmente retratan las debilidades de los estados”, advierte el analista en temas de seguridad, Oscar Balderas. “El gobierno nos debe una explicación de porque esos hombres, aunque sean tan pocos pueden controlar una comunidad: en Michoacán, por ejemplo, seis hombres se han llegado a tomar municipios completos”.
De acuerdo con análisis de consultoras en materia de seguridad, en México existen 175 organizaciones criminales con presencia en 1.59 millones de kilómetros cuadrados, lo que representa el 81% del territorio; en marzo pasado, el secretario de EE. UU., Antony Blinken, aseveró ante el Senado que en Méxicohay zonas totalmente bajo el control criminal.
Everywhere
En los empobrecidos caminos de terracería del estado de Chiapas, desconocidos armados se abren paso sin recato. Según el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, lo hacen al “hospicio de las autoridades” que no intervienen, sino que los dejan hacer sus actividades en el estado.
Frayba, como se le conoce a la organización que es una de activas y respetadas de la región, detalló en un comunicado de prensa que tan solo la semana pasada más de 3,000 personas fueron desplazadas de sus comunidades por estos grupos que muestran el poder ilegal a sus anchas para reclutar a jóvenes y armarlos como sicarios.
La presunción de fuerza por parte de las organizaciones criminales no es algo nuevo, pero, en los últimos años, se ha vuelto una estrategia de comunicación que, como tal, está dirigida a diversos públicos y es variada.
Algunas veces buscan llamar la atención a nivel nacional, a veces a nivel estatal o municipal. En ocasiones quieren intimidar a los rivales; otras, someter a la población o mandar mensaje a los diversos órdenes de gobierno.
El Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha dado constantes muestras de su propaganda. En julio de 2021, dos días después de que pobladores de Aguililla se enfrentaran al Ejército, los sicarios decidieron mostrar su arsenal y vehículos blindados desde el mismo municipio de Michoacán.
La agencia nacional de fotografía Cuartoscuro publicó una serie de fotografías con supuestos integrantes del CJNG portando chalecos antibalas, armas de grueso calibre y a bordo de unidades blindadas; además, presumiendo drones, cargados con explosivos C-4 después de tomar el municipio de Aguililla.
En julio de 2020, usuarios de redes sociales ya habían mostrado escenas de un enfrentamiento entre civiles armados del cártel del Golfo con oponentes del cártel del Noreste, una escisión de Los Zetas, donde se aprecia el lanzamiento de varios cohetes teledirigidos, comúnmente propulsados por lanzacohetes RPG o modelo Javelin.
En mayo de ese mismo año, la Guardia Nacional aseguró un arsenal que incluía armas antiaéreas como fusiles Barrett calibre .50 y un lanzamisiles Javelin; sin embargo, fue hasta el 29 de mayo que se reportó a un civil portar a plena luz del día un arma de este tipo.
Este año, el exhibicionismo armado se ha replicado en lugares donde no se tenía antecedentes, como en algunas regiones de Chiapas; el municipio de Milpa Alta, en plena Ciudad de México; en Tasquillo, Hidalgo y Tamazunchale, San Luis Potosí, sin que haya detenidos hasta la fecha a pesar de haber sido filmados patrullando calles como si fueran ellos la autoridad.
Otras maneras
Las redes sociales han sido otro centro de exposiciones. Particularmente Youtube ha servido a la población afectada para denunciar la presencia de los armados, pero éstos a su vez la utilizan como una plataforma de comunicación para presumir estilos de vida al margen de la ley y sus beneficios.
En las últimas semanas ha llamado la atención una misteriosa mujer que se presenta en redes sociales como Bryssa Zambada para compartir fotografías, videos y mensajes en los que se asume como sicaria del Grupo Flechas Operativa, una de las facciones del Cártel de Sinaloa al mando de Ismael “El Mayo” Zambada.
Bryssa Zambada utiliza sus redes sociales para compartir detalles de su lujosa vida, fotografías con armas largas de alto calibre, así como con equipo táctico que lleva impreso la leyenda “C.D.S Operativa MZ Zacatecas” o las propias iniciales del cofundador del Cártel de Sinaloa: “MZ”.
De acuerdo con el estudio de la Comisión Nacional de Seguridad que se realizó en 2013, Jóvenes y Narcocultura de la Comisión Nacional de Seguridad, el Estado mexicano había detectado desde entonces que la “narcocultura” había penetrado en la mentalidad de muchos adolescentes y el imaginario como símbolo de poder.
“La influencia ha llegado a tal grado que hay una aspiración por pertenecer a los cárteles por el hecho de generar respeto, obtener un auto de lujo, armas, dinero y droga y se exhacerba con las canciones y la presencia misma de las organizaciones criminales”.
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