Proclaman el 11 de agosto como “Día de Fernando Valenzuela” en Los Ángeles

Fiesta en el ayuntamiento de la ciudad en honor al legendario lanzador mexicano

Fernando Valenzuela recibe reconocimiento de la ciudad de Los Ángeles.

Fernando Valenzuela recibe reconocimiento de la ciudad de Los Ángeles. Crédito: JORGE LUIS MACÍAS | Impremedia

Los Dodgers retiraron el histórico número del “Toro de Etchohuaquila”, Sonora, una leyenda del béisbol de las Grandes Ligas, pero por la mañana, autoridades de la ciudad de Los Ángeles celebraron jubilosos que el 11 de agosto sea reconocido como el “Día de Fernando Valenzuela.

El creador de “Fernandomanía” que enloqueció a los fanáticos del béisbol en la década de 1980 se repitió en el salón John Ferraro de la alcaldía, donde decenas de fanáticos lo vitorearon.

Se anticipa que la figura y el nombre del “Toro de Etchohuaquila”, Sonora se incluya en el hemiciclo de grandes estrellas de los Dodgers.

La tumultuosa proclamación fue hecha por la concejal Eunisses Hernández (Distrito 1), quien dos veces cometió el error de cambiar el apellido de Valenzuela por “Venezuela”.

“Los angelinos en toda la ciudad estarán celebrando a Fernando y a su increíble legado”, expresó la concejal Hernández. “Sé que muchos fanáticos están aquí para celebrar a una leyenda”.

Valenzuela, de 62 años, estuvo acompañado de su esposa Linda, sus dos hijos y dos hijas, y siete nietos, además de su inseparable amigo, el periodista ecuatoriano Jaime Jarrin y Stan Kasten, presidente y director ejecutivo de los Dodgers.

Frente al podio, Valenzuela se dirigió brevemente en inglés, para declarar que en Los Ángeles se siente como en casa.

“Gracias por esta invitación. No tengo muchas palabras que decir. Jugué 11 años aquí, y después continué trabajando en otro departamento [como comentarista]”, dijo. “Gracias al equipo por darme la oportunidad de estar en esta bella ciudad”.

Festejo de los fanáticos
Vincent Edward Rodríguez, de 63 años, estuvo en primera fila en la sala del Ayuntamiento con su camiseta de Dodgers y una caja de cereal Corn Flakes de 1984 que tiene estampado el rostro y la firma de Fernando Valenzuela.

“Cuando se dio la Fernandomanía, él vino a mi escuela, Belmont High School”, dijo el fanático. “También recuerdo que fue Bobby Castillo quien le enseñó a lanzar el famoso tirabuzón con el que dominó a los bateadores”.

Valenzuela también visitó en 2015 “El Centro del Pueblo” donde trabajaba su admirador, para repartir juguetes en Navidad.

Raymond Ríos, un fanático de El Sereno dijo a La Opinión que conoció personalmente a Fernando Valenzuela, gracias a que Peter Sandoval, un amigo en común de Mike Brito, el cazatalentos de los Dodgers que firmó al expelotero mexicano.

“Me gustó que Valenzuela era mexicano y que vino a demostrar su valor, procedente de ligas de beisbol mexicanas”, dijo Ríos. “Era mucho orgullo ir a verlo lanzar”.

Una carrera que lo encumbra al cielo
Fernando Valenzuela Anguamea, nacido el 1 de noviembre de 1960, fue miembro de dos equipos campeones de la Serie Mundial, ganó el premio al Novato del año, en 1981, y los premios Cy Young. Fue seleccionado seis veces para el Juego de las Estrellas, e incluso ganó dos premios Silver Slugger (Bateador de Plata), en 1981 y 1983, durante sus once temporadas con el equipo Blanquiazul, desde 1980 a 1990.

“Ser parte del grupo que incluye tantas leyendas es un gran honor”, ​​dijo Valenzuela. “Pero también para los fanáticos: el apoyo que me han brindado como jugador y trabajando para los Dodgers, esto también es para ellos. Estoy feliz por todos los fanáticos y todas las personas que han seguido mi carrera. Estarán muy emocionados de saber que mi número 34 ha sido retirado”.

El número “34” de Valenzuela ocupará su lugar entre los que se mostraban anteriormente en el nivel del club del jardín izquierdo: Pee Wee Reese (#1), Tommy Lasorda (#2), Duke Snider (#4), Gil Hodges (#14), Jim Gilliam (#19), Don Sutton (#20), Walter Alston (#24), Sandy Koufax (#32), Roy Campanella (#39), Jackie Robinson (#42), Don Drysdale (#53) y de los locutores del Salón de la Fama, Vin Scully y Jaime Jarrín.
“Estoy increíblemente feliz de que el número 34 de los Dodgers de Los Ángeles se retire para siempre”, dijo Stan Kasten, presidente y director ejecutivo de los Dodgers. “La única pregunta que me hacen continuamente, más que nada, era sobre retirar el número de Fernando Valenzuela”.

“El llamado en toda la ciudad, por parte de nuestros fanáticos para honrarlo ha sido realmente notable. Lo que logró durante su carrera como jugador, no solo en el campo sino también en la comunidad, es extraordinario. Realmente encendió la imaginación de los fanáticos del béisbol en todas partes. Es difícil imaginar que un jugador tenga un mayor impacto en una base de aficionados como la que ha tenido Fernando”.

Se van sin el autógrafo

Tras la proclamación del Dia de Fernando Valenzuela, y después de más de tres horas de espera, un grupo de fanáticos esperó sin éxito conseguir un autógrafo del notable exbeisbolista mexicano.

“Nos ha sido más fácil lograr la firma de un grandioso pelotero como Sandy Koufax y de Vince Scully, que de Valenzuela”, comentó David Mota, un fanático de los Dodgers.
“Lo intentamos, pero no se pudo”, lamentó el guatemalteco Eric Ascencio, originario de Zacapa, Guatemala, “Buscar las firmas de los peloteros es un pasatiempo para mí, aunque pueden pensar que queremos el autógrafo para venderlo”.

Y, aunque decepcionada por no haber podido saludar siquiera a su ídolo, la guatemalteca Thelma Coreas, destacó que “Fernando Valenzuela es, y siempre será un ejemplo de superación para todos los angelinos, en el modo de su determinación para triunfar en la vida”.

Sus paisanos llegan a la fiesta
Valenzuela fue firmado por los Dodgers el 6 de julio de 1979. Tuvo el mejor período de su carrera de 1981 a 1986., cuando fue nombrado All-Star de la Liga Nacional (NL) en seis temporadas y ganó 21 juegos en las Grandes Ligas en 1986, aunque Mike Scott de los Astros de Houston lo venció por poco. en la votación del premio Cy Young.

Fue también fue uno de los mejores lanzadores de bateo de su época. Tuvo diez jonrones en su carrera y ocasionalmente fue utilizado por el mánager de los Dodgers de Los Ángeles, Tommy Lasorda, como bateador emergente.

Sin embargo, durante el resto de la carrera de los Dodgers de Valenzuela, sus esfuerzos de lanzamiento se volvieron menos efectivos, en gran parte debido a problemas persistentes en el hombro.

Estuvo en el equipo campeón de la Serie Mundial de 1988 de los Dodgers, pero no jugó esa postemporada debido a su dolor en el hombro.

El 29 de junio de 1990, Valenzuela lanzó su único juego sin hits en la MLB, lanzando en el Dodger Stadium contra los St. Louis Cardinals, una victoria por 6-0.

“Yo vine especialmente desde Cananea, Sonora para ver cuando retiren el número 34 de Fernando Valenzuela”, dijo a La Opinión, Clemente Acuña, quien fue un paracorto de los Angeles de Puebla, en 1978, y quien coincidió con el homenajeado lanzador zurdo en los Tuzos de Guanajuato, de la Liga Central de Beisbol de México.

“Yo también tenía 19 años y era pobre, veo que él no ha perdido la humildad”, comentó, después de saludarse mutuamente en las escalinatas del Ayuntamiento de Los Ángeles y se dieron un abrazo. “El iba a comer frijoles a mi casa, pero también le gustaban los tamales de elote”.

María Isabel Molina Gutiérrez, una enfermera retirada y su esposo, el doctor Juan Villa Rodríguez, llegaron desde Empalme, Sonora, para ser testigos del momento cumbre de la proclamación del “Dia de Fernando Valenzuela” en la ciudad de Los Ángeles.

“Sentimos un enorme orgullo por nuestro paisano, y es un privilegio ser parte de la celebración en su honor”, dijo la señora Molina Gutiérrez.

“Estamos alegres, felices y orgullosos de estar cerca del mejor beisbolista en la historia de México”, añadió el señor Villa Rodríguez.

“¡Si tienes un sombrero, tíralo al cielo!”
La notable carrera de Valenzuela lo colocó entre los líderes de todos los tiempos de los Dodgers de Los Ángeles en victorias (141, 6°), ponches (1,759, 5°), entradas (2348.2, 4°), aperturas (320, 4°), juegos completos (107, 4°) y blanqueadas (29, 5º).

Sin embargo, el mejor recuerdo que se tiene de Valenzuela es por irrumpir en la gran carpa del béisbol con una blanqueada a los Astros de Houston, en el día inaugural de la temporada 1981. Esa salida inesperada en Chávez Ravine fue posible porque el abridor Jerry Reuss estaba lesionado y no se recuperó. Ahí comenzó una racha de ocho victorias consecutivas para Valenzuela, incluidas cinco blanqueadas y una racha de 35 entradas seguidas sin carreras.

Nadie imaginó que la lesión de un jugador provocaría una sensación internacional de júbilo para los fanáticos -particularmente mexicanos y mexicoamericanos- en el mismo lugar de donde habían sido removidos de sus hogares para la construcción del Dodger Stadium, dos décadas antes.

Esto inmediatamente dio lugar al fenómeno conocido como “Fernandomanía”, en el que los fanáticos acudían en masa a para ver sus actuaciones en el montículo, tanto en casa como fuera de casa.

El zurdo mexicano cambió la base de fanáticos de los Dodgers en este período de tiempo y en los siguientes años, y continuaría reclamando el Novato del Año de la Liga Nacional, el Premio Cy Young y un Campeonato Mundial en su primera temporada completa.

Fernando Valenzuela es el único jugador de las Grandes Ligas en ganar el Novato del Año y el Premio Cy Young en la misma temporada.

“El Toro” fue célebre por su lanzamiento poco ortodoxo, así como por su lanzamiento característico, el famoso tirabuzón, que le enseñó su amigo y compañero de equipo Bobby Castillo en 1979. En su exitosa carrera, ganaría 21 juegos en 1986, el máximo de su carrera, y lanzaría un juego sin hits contra los Cardenales de San Luis, el 29 de junio de 1990, en el que Vin Scully exclamó tras el out final: “¡Si tienes un sombrero, tíralo al cielo!”.

“Conectaba con la raza”

Valenzuela se retiró en 1997 después de 17 temporadas en las Grandes Ligas como el líder de todos los tiempos en victorias (173) y ponches (2,074) entre los jugadores de Grandes Ligas nacidos en México.

Después de su carrera como jugador, se reincorporó a la organización de los Dodgers como locutor en 2003 junto con Jarrín, quien conoció a su antiguo compañero de locución mientras fungía como traductor de Valenzuela durante el apogeo de “Fernandomanía” en 1981.

“Creó más fanáticos del béisbol y de los Dodgers que cualquier otro jugador”, dijo Jarrín, quien contó los juegos de los Dodgers entre 1959 y 2022. “Gracias a este joven, la gente se enamoró del béisbol. Especialmente dentro de la comunidad mexcana”. Valenzuela debutó con los Dodgers, cuando apenas tenía 19 años

“Fernando Valenzuela fue un excelente pitcher y yo lo seguía porque era latino”, manifestó a La Opinión, Henry Orona, de 64 anos y residente de Covina. “Mi padre, Gilberto Orona me llevaba a los juegos de los Dodgers y recuerdo que él era una persona muy amable y conectaba con toda la gente, la raza, las mujeres y los niños”.

En 2010, Valenzuela fue el tema de un “documental 30 por 30 de ESPN”, dirigido por el nativo mexicano y criado en Los Ángeles, Cruz Ángeles, quien dijo esto en la víspera del debut de la película: “Para mi generación, estoy hablando de la Generación X, los hijos de inmigrantes mexicanos que crecieron en el sur de California en la década de 1980, no es un mito, fue un héroe”. “Él fue el mexicano que lo hizo y estaba destrozando a toda la competencia. Todos los padres querían que sus hijos fueran el próximo Fernando Valenzuela, y todos los niños imitábamos su entrega, mirando al cielo, con las manos en alto. Era uno de nosotros y queríamos ser como él”.

Nativo de Etchohuaquila, Sonora, México, Valenzuela ha estado activo tanto en la comunidad de Los Ángeles como en la mexicana durante su carrera posterior al juego. Fue incluido en el Salón de la Fama del Museo del Béisbol de la Herencia Hispana el 23 de agosto de 2003, en una ceremonia previa al juego en el campo en el Dodger Stadium, y en 2013 fue consagrado en el Salón de la Fama del Béisbol del Caribe.

Recientemente, la Liga Mexicana de Béisbol retiró su número 34 en 2019. Valenzuela se ha desempeñado como jugador, entrenador y gerente general del Equipo de México en varias competencias internacionales, incluido el Clásico Mundial de Béisbol.

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