Quetzal celebra sus 30 años de ‘artivismo’ con un concierto gratis en LA Plaza

La banda chicana sigue combinando sus actividades artísticas con su labor social

Quetzal Flores (segundo de izq. a der.) fundó la banda que lleva su nombre hace 30 años. Crédito: Cortesía

17 Ago 2023, 10:00 AM EDT

El primer amor de Quetzal Flores fue la música metalera. Su hermana tenía un novio que tocaba en una banda de ese género y así fue como conoció a grupos que lo inspiraron no solo con su música, sino con las letras de sus canciones.

“Era algo que resonaba con mi experiencia como hijo de papás trabajadores”, dijo. “Como alguien que vivía en un barrio […] Entonces empecé a tocar la guitarra”.

Luego apareció en su vida Lorenzo “Lencho” Martínez, el músico que, con sus enseñanzas y generosidad, le cambió la vida para siempre.

“Me dijo, ‘está bien que te guste la música rock, flaco, pero tienes que aprender ‘tu’ música'”, contó. “‘[Le dije], pos órale, a ver, enséñame’, y me dio la jarana”.

Lencho le dio el instrumento, una pequeña guitarra de ocho cuerdas con la que se toca el son jarocho en Veracruz, México, y le dijo, ‘esta es una jarana, y así se toca'”.

Eso sucedió en 1995, dos años después de que Quetzal fundara el grupo —originalmente de rock— en un pequeño café propiedad de un chicano en Little Tokyo. Este 2023 celebra 30 años de existencia, y como parte de las celebraciones, el artista, junto con su esposa, Martha González, cantante y músico del grupo, así como con el resto de los integrantes, ofrecerán un concierto gratuito este sábado en la LA Plaza de Cultura y Artes.

En todos estos años, Quetzal ha combinado sus actividades artísticas con su labor social. No podía ser de otra manera considerando que el artista es hijo de dos organizadores que, desde que residían en el norte de California, han luchado por los derechos de los menos favorecidos.

Una vez establecidos en el Este de Los Angeles, en los años setenta, siguieron abogando por distintas causas. Por ejemplo, la madre de Quetzal fue por varios años terapista de Homeboy Industries, un programa que ayuda a expandilleros a rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad.

Cuando Quetzal comenzó a hacer su carrera en música, sus padres y tíos le dijeron que no soltara sus raíces de rebeldía y de radicalismo.

“Tienes que tener eso dentro de tu música”, le dijeron.

Treinta años después Quetzal y su banda han sido fieles a ese ideal.

“Tengo buenos maestros, he sido muy afortunado de conocer músicos de todo el mundo que tienen esa particularidad”, dijo. “Y tuve la fortuna de crecer con papás que sabían organizar”.

Así fue como el músico se involucró en el Movimiento jaranero, un grupo de músicos que tenían como intención rescatar el fandango, una práctica de música y danza veracruzana que estaba en peligro de desaparecer. En 2002 viajó junto con otros “artivistas” chicanos a Veracruz para iniciar el que se convertiría en un sólido intercambio cultural y de recursos que al mismo resultó en el transplante del movimiento al Este de Los Angeles.

“Somos chicanos y a veces los mexicanos nos ven como huérfanos de cultura o deficientes de cultura”, dijo. “Pero no es así; tenemos nuestra propia cultura y una trayectoria”.

Actualmente, Quetzal está preparando un video del su último disco, “Puentes sonoros”, y un cancionero que recopilará las letras de todas sus canciones.