Así funcionan las “escuelas del narco” del Cártel Jalisco Nueva Generación para reclutar a jóvenes
Para aumentar sus filas de sicarios, el CJNG engaña y secuestra a jóvenes que posteriormente traslada a campamentos, en donde los capacitan en el uso de armas
La mayoría de las personas llegan engañadas con ofertas de trabajo y terminan en las garras del narco. Crédito: Alfredo Estrella | AFP / Getty Images
Los cárteles de la droga en México cuentan con cientos o hasta miles de sicarios distribuidos por todo el país, algunas de las cuales son reclutadas por la fuerza, ya que mediante engaños o secuestros son obligadas a unirse a sus filas. Uno de los grupos criminales que opera con esa modalidad es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cual ha instaurado “escuelas del narco”.
Para los medios mexicanos esta situación resurgió con la desaparición de cinco amigos en Lagos de Moreno, Jalisco, pues una de las teorías es que fueron reclutados por la fuerza para unirse al crimen organizado, algo que ya ha sucedido y que las personas que lograron sobrevivir y escapar de ese infierno han narrado, por lo que se ha podido saber cómo operan estos reclutamientos forzosos.
Varios campamentos de entrenamiento se han detectado en zonas serranas de Jalisco, su desmantelamiento y las narraciones de las víctimas permiten saber lo que se vive allí. Infobae México realizó un reportaje en el que indica que la mayoría de las personas llegan engañadas con ofertas de trabajo, pues encuentran panfletos en los postes con vaga información, pero salarios superiores al promedio.
Es así como los jóvenes caen en el engaño, son citados en un mismo lugar, para después subirlos a una camioneta y llevarlos a los campamentos. Una vez en esos sitios los sicarios los sentencian: o se unen al cártel o sus familias serán asesinadas.
Los que aceptan comienzan su entrenamiento con armas, aunque en ocasiones también son obligados a pelear a muerte entre ellos, como habría ocurrido con los jóvenes de Lagos de Moreno, según un video difundido en redes sociales.
También se les obliga a construir sus alojamientos con ramas y madera, para evitar que los campamentos sean vistos desde el aire.
Según lo recabado en las investigaciones, alrededor de 50 sicarios se encargaban de vigilar al grupo de “reclutas”, los cuales eran de 40 personas en promedio. Cabe señalar que Jalisco no es el único estado mexicano donde se han desmantelado estos campamentos, pues también se han detectado lugares así en Michoacán, Tamaulipas y Sonora.
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