Con Norma Piña, en México habrá justicia para todo aquel que pueda comprarla
Con la liberación de criminales, incluyendo de cuello blanco, el poder judicial, impartidor de la justicia, termina impartiendo inseguridad y peligro
Bajo la supervisión de Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia (SCJN) en México, magistrados en cuatro ocasiones han ordenado liberar al fiscal de Morelos que trató de proteger al perpetrador de un feminicidio, esto sucede a unos meses de que Piña recibiera el premio de Derechos Humanos 2023 por parte de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ, por sus siglas en inglés) por supuestamente avanzar en la justicia el tema de las mujeres.
Desafortunadamente, el fiscal fue liberado en el quito intento.
El mismo día, pero a horas de diferencia, otro juez en México estaba liberando al abogado Juan Collado, acusado de cargos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. El letrado que ha representado a numerosos políticos poderosos también señalados por corrupción, llevará el caso desde la comodidad de su hogar.
Uno de los casos más señalados y que provocó titulares e inconformidades por la ciudadanía por varios días, fue la liberación de las cuentas bancarias de la esposa Genaro García Luna, el mismo día que el encargado de la Secretaría de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón era encontrado culpable por conspiración de narcotráfico en un tribunal de Nueva York. Este caso es emblemático por lo que representa el acusado y por el momento en que se realiza el descongelamiento de las millonarias cuentas.
Otro de los casos que enfureció a la ciudadanía fue el hecho de que un tribunal ordenara el descongelamiento de cuentas bancarias de Luis Cárdenas Palomino, director general de seguridad privada mientras que García Luna era el titular de la Secretaría de Seguridad Pública durante la administración de Felipe Calderón. Él hasta ahora detenido fue acusado de tortura durante el caso de Israel Vallarta.
Pero uno de los casos más recientes fue el de Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, quien debe al fisco la cantidad de 25,000 millones de pesos, pero que no quiere pagar; no obstante, como ya agoto todas sus opciones legales, por último, recurrió al ministro Luis María Aguilar, quien ha congelado el caso, aparentemente, para proteger a Salinas y dejar que pase el tiempo sin mayor repercusión.
Desafortunadamente estos casos son solo la punta del iceberg de la cascada de liberaciones a lo largo y ancho de la nación que tribunales y jueces han dejado en libertad por excusas como el error de un número en una dirección, una hora que no coincide por minutos, entre otros datos absurdos con los que, en muchas ocasiones, los jueces justifican su accionar.
El martes 19 de septiembre en la conferencia Mañanera de la presidencia de la República, en su sección de Cero Impunidad, del 5 al 18 de septiembre, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana detalla cómo varios jueces y tribunales dejan en libertad a individuos acusados de narcotráfico, explotación sexual, delincuencia organizada, abuso sexual y feminicidios, entre muchos otros cargos.
Entre los casos presentados por las autoridades esta semana, les compartimos cinco situaciones donde los jueces favorecen a presuntos delincuentes.
Julio Veredin Sena Velázquez, juez séptimo del distrito de amparo en la Ciudad de México, el 7 de septiembre otorgó una suspensión previsional para evitar la extradición a Estados Unidos de Vicente N. (alias el Viceroy), acusado de 46 cargos, entre ellos lavado de dinero, importación y posesión de cocaína con la intención de distribuirla.
Aníbal Castro Borbón, juez del distrito especializado en el sistema penal acusatorio en Sonora, dejó en libertad a Isidro N., quien ante la presencia de elementos del ejército mexicano se introdujo ilegalmente en una propiedad privada y agredió con una arma de fuego a los elementos castrenses, pero a criterio del juez, y debido a que el morador del inmueble donde se introdujo Isidro N, ratifico los hechos de manera tardía por temor a represalias, el juez considero razón suficiente para declarar nulas todas las pruebas y otorgar la absolución del individuo.
Anastacio Romo Vargas y los magistrados Jesús Díaz Guerrero, Marcela Elizabeth García Cante y Jorge Sebastián Martínez García, en Tlaxcala, dejaron en libertad condicionada a cuatro presuntos secuestradores, involucrados en secuestros de un adulto y un menor de edad. Los jueces les otorgaron a los presuntos secuestradores el privilegio de llevar el caso en libertad, imponiéndoles una garantía económica y el uso de localizadores electrónicos, poniendo en riesgo a las víctimas y testigos que declararon en su contra.
Gerardo Genaro Alarcón López, juez del distrito especializado en el Reclusorio Norte de Ciudad de México, en el caso de Emilio N y agro-nitrogenados de Pemex, el juez ordenó la suspensión del procedimiento que se lleva a cabo de procedimiento por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita al incluirlo en el acuerdo de reparación del daño a Pemex por parte de Alfonso N, además que este último no ha cumplido en el pago a la paraestatal.
Esta lista muy bien podría seguir hasta crear un libro ya que son incontables los casos donde el departamento público que supuestamente debe de proveer justicia a la nación, lo que está haciendo es poner en libertad a un gran número de delincuentes, incluyendo de cuello blanco, y poniendo en peligro a la sociedad que debería de servir; además, está creando un paraíso de impunidad con el que manda un claro mensaje a los criminales: habrá justicia para todo aquél que pueda comprarla.
En la columna no incluimos, que la ministra Piña a contratado en su equipo a por lo menos dos empleados que trabajaron con el exsecretario de seguridad García Luna, quien está preso en Estados Unidos.
Gracias por leer hasta el fiinal
Agustín Durán es editor de la sección de locales del diario La Opinión.