Dormir más puede prevenir la enfermedad del alzheimer: estudio
Un grupo de investigadores monitoreó directamente si la simulación de sonido mejoraba el sueño profundo y cómo influía en la frecuencia cardíaca y la presión arterial de las personas
El cerebro humano se recupera durante la etapa del sueño profundo y el resto del cuerpo parece regenerarse también. Recientemente, investigadores de la ETH Zurich y la Universidad de Zurich han demostrado que un mayor sueño profundo es especialmente beneficioso para el sistema cardiovascular.
Basan estos resultados en que la estimulación específica con tonos breves durante el sueño profundo hace que el corazón, en particular el ventrículo izquierdo, se contraiga y se relaje más vigorosamente.
Como resultado, bombea sangre al sistema circulatorio y la extrae de manera más eficiente. El ventrículo izquierdo suministra sangre arterial rica en oxígeno a la mayoría de los órganos, las extremidades y el cerebro.
Cuando el corazón se contrae, el ventrículo izquierdo se aprieta y se escurre como una esponja húmeda. Cuanto más inmediata y poderosa es esta acción de escurrimiento, más sangre entra en la circulación y menos queda en el corazón. Esto aumenta el flujo sanguíneo, lo que tiene un efecto positivo en el sistema cardiovascular.
Un equipo interdisciplinario de especialistas del corazón dirigido por Christian Schmied, consultor principal de cardiología del Hospital Universitario de Zúrich, utilizó la ecocardiografía (exámenes de ultrasonido cardíaco) para demostrar que el ventrículo izquierdo sufre una deformación más intensa después de la estimulación nocturna.
Esta es la primera vez que alguien demuestra que un aumento de las ondas cerebrales durante el sueño profundo (ondas lentas) mejora la función cardíaca. El estudio correspondiente se publicó recientemente en el European Heart Journal.
“Esperábamos que la estimulación con tonos durante el sueño profundo afectara el sistema cardiovascular. Pero el hecho de que este efecto fuera tan claramente medible después de solo una noche de estimulación nos sorprendió”, explica la líder del proyecto y experta en sueño Caroline Lustenberger, becaria SNSF Ambizione en el Laboratorio de Control Neural del Movimiento en ETH Zurich.
El especialista en corazón Schmied también está encantado: “Hemos visto claramente que tanto la fuerza de bombeo del corazón como su relajación eran mayores después de las noches con estimulación que durante las noches sin estimulación”. Ambos factores son una excelente medida de la función del sistema cardiovascular.
Estimulación del sueño a través del sonido
En el estudio participaron 18 hombres sanos de entre 30 y 57 años, que pasaron tres noches no consecutivas en el laboratorio del sueño. Durante dos noches, los investigadores estimularon a los sujetos con sonidos; una noche no lo hicieron.
Mientras los sujetos dormían, los científicos midieron continuamente su actividad cerebral, presión arterial y actividad cardíaca. Conectaron sus mediciones a un sistema informático que analizó los datos entrantes.
Tan pronto como las lecturas indicaron que el sujeto había caído en un sueño profundo, la computadora reprodujo una serie de tonos muy breves en ciertas frecuencias, llamado ruido rosa, que sonaban como estática.
La reseña de ScitechDaily explica que diez segundos de esos tonos fueron seguidos por 10 segundos de silencio, y luego se pudo repetir el mismo procedimiento. Un mecanismo de retroalimentación aseguró que el ruido se reprodujera en el momento adecuado y, dependiendo del patrón de ondas cerebrales, se detuviera nuevamente.
Esta configuración experimental permitió a los investigadores monitorear directamente si la simulación de sonido mejoraba el sueño profundo y si influía en la frecuencia cardíaca y la presión arterial de los sujetos.
“Durante la estimulación, vemos claramente un aumento de las ondas lentas, así como una respuesta del sistema cardiovascular que recuerda a la pulsación cardiovascular”, dice la autora principal Stephanie Huwiler, describiendo los efectos directos durante el sueño.
A la mañana siguiente, los cardiólogos examinaron la función cardíaca de los sujetos mediante ecocardiografía (ultrasonido).
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