Cómo el ejercicio puede aumentar tu capacidad cerebral aunque no duermas bien

El ejercicio de intensidad moderada mejora significativamente el rendimiento cognitivo, incluso en condiciones de falta de sueño y bajos niveles de oxígeno

Cómo el ejercicio puede aumentar tu capacidad cerebral aunque no duermas bien

El ejercicio de intensidad moderada puede mejorar significativamente el rendimiento cognitivo (PC). Crédito: KieferPix | Shutterstock

En una investigación revolucionaria liderada por la Universidad de Portsmouth se ha descubierto que el ejercicio de intensidad moderada puede mejorar significativamente el rendimiento cognitivo (PC) incluso en condiciones extremas de falta de sueño y bajos niveles de oxígeno. Este hallazgo desafía las nociones convencionales sobre los efectos del sueño y la oxigenación en nuestras capacidades mentales.

El estudio, publicado en Physiology and Behavior, involucró a 24 participantes en total, divididos en dos experimentos. El primero analizó los efectos de la privación parcial del sueño, mientras que el segundo examinó la combinación de la privación total del sueño y la hipoxia en la parálisis cerebral.

Los resultaron sospredieron a los expertos, ya que una sesión de ciclismo de 20 minutos mejoró consistentemente el rendimiento cognitivo, independientemente del estado del sueño o los niveles de oxígeno.

El Dr. Joe Costello, de la Escuela de Ciencias del Deporte, la Salud y el Ejercicio de la Universidad de Portsmouth, comentó sobre la importancia del estudio: “Este es el primer estudio que sugiere que el ejercicio mejora la parálisis cerebral después de la privación total y parcial del sueño y cuando se combina con hipoxia. Los hallazgos amplían significativamente lo que sabemos sobre la relación entre el ejercicio y estos factores estresantes, y ayudan a reforzar el mensaje de que el movimiento es una medicina para el cuerpo y el cerebro”.

El primer experimento desafió a los participantes al limitar su sueño a solo cinco horas por noche durante tres días. Aunque mostraron un rendimiento cognitivo inconsistente en reposo, experimentaron mejoras notables después de la sesión de ejercicio.

El segundo experimento llevó a los participantes a pasar una noche entera sin dormir en un entorno con bajos niveles de oxígeno. A pesar de estas condiciones extremas, el ejercicio continuó mejorando el rendimiento cognitivo.

El Dr. Thomas Williams, coautor principal del Grupo de Investigación de Ambientes Extremos de la Universidad, explicó la elección de examinar una combinación de factores estresantes: “La falta de sueño a menudo se experimenta en combinación con otros factores estresantes. Por ejemplo, las personas que viajan a gran altitud también pueden experimentar una alteración en su patrón de sueño”.

Aumento del flujo sanguíneo

El estudio sugiere que el aumento del flujo sanguíneo cerebral y la oxigenación podrían estar detrás de la mejora del rendimiento cognitivo durante el ejercicio, incluso en condiciones de bajos niveles de oxígeno. La hipótesis desafía la creencia de que el rendimiento cognitivo depende únicamente del área de la corteza prefrontal del cerebro, señalando la complejidad de los mecanismos neurobiológicos involucrados.

A pesar de estos resultados alentadores, los investigadores reconocen que el estudio se centró en personas jóvenes y sanas, y planean realizar investigaciones adicionales con una muestra más diversa.

Este descubrimiento podría tener implicaciones significativas no solo para atletas y entusiastas del ejercicio, sino también para aquellos que enfrentan desafíos de sueño o niveles bajos de oxígeno en situaciones cotidianas, como padres de niños pequeños y trabajadores por turnos.

El equipo multidisciplinario detrás de este estudio incluyó colaboradores de la Universidad de Chichester, la Universidad de Surrey, la Universidad de Teesside, la Universidad de Electrocomunicaciones de Tokio en Japón y la Universidad Estatal de Sao Paulo en Brasil.

Con estos hallazgos, se abre un nuevo capítulo en la comprensión de cómo el ejercicio puede contrarrestar los efectos perjudiciales de factores estresantes comunes en nuestro rendimiento cognitivo. Además de reforzar la creencia de que solo un poco de actividad física diaria repercute en nuestro bienestar general.

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