Expolicía de Ohio admitió haber secuestrado a trabajadoras sexuales mientras era oficial encubierto

El exoficial de la policía de Columbus, Andrew Mitchell, se declaró culpable de cargos federales de violar los derechos civiles y obstruir la justicia como parte de un acuerdo de culpabilidad.

Mitchell está acusado de secuestrar a varias trabajadoras sexuales con el pretexto de arrestarlas y obligarlas a tener relaciones a cambio de su libertad. También está acusado de presionar a otros para que ayuden a encubrir crímenes y de mentir a los investigadores federales.

En julio de 2017, los fiscales dijeron que recogió a una trabajadora sexual en Hilltop, cerca de las avenidas Sullivant y Whitethorne. Mientras estaba vestido de civil y en un automóvil sin identificación, la esposó a la puerta con el pretexto de verificar si había órdenes judiciales y luego la llevó a un estacionamiento. Él se la llevó contra su voluntad antes de dejarla en casa de su novio.

En septiembre de 2017, el acusado recogió a otra trabajadora sexual en circunstancias similares. Habló de actividad sexual y luego dijo que era oficial de policía. Esto ocurrió en Lindbergh Park, según revelan documentos judiciales divulgados por Fox 28.

Mitchell fue arrestado en 2019 en la Jefatura de Policía de la División de Columbus. Después de su arresto, el entonces jefe interino Thomas Quinlan anunció que la unidad antivicio de la ciudad se disolvería.

Durante la investigación sobre su mala conducta, hizo que otros limpiaran sus propiedades de alquiler en Denune Avenue para destruir pruebas y registros.

Los cargos del juicio federal de Mitchell incluyen tres cargos de privación de derechos bajo apariencia de ley, un cargo de manipulación de testigos, un cargo de obstrucción de la justicia y un cargo de declaración o representación falsa hecha ante un departamento o agencia de los Estados Unidos.

Previamente, Mitchell fue absuelto a principios de este año de los cargos de asesinato y homicidio involuntario derivados de la muerte de una mujer, identificada como Donna Castleberry, de 23 años, a la que disparó mientras trabajaba encubierto.

Dijo que actuó en defensa propia después de que ella lo apuñaló en la mano durante una investigación encubierta sobre prostitución. El jurado llegó a su veredicto después de deliberar durante unas cinco horas.

Tras declararse culpable, los fiscales recomendarán al juez una sentencia de siete a 11 años de prisión como parte del acuerdo.

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