Nutricionista de Harvard revela 6 reglas para mantener un cerebro alerta y feliz
Se trata de seis principios clave de nutrición para mejorar la salud mental, abogando por una dieta rica en alimentos no procesados, variados en colores y rica en micronutrientes y grasas saludables. Estas directrices buscan cultivar un equilibrio que contribuya a un cerebro más tranquilo y una mayor estabilidad emocional
En medio de la creciente confusión mental y ansiedad que muchos enfrentan en la vida cotidiana, la conexión entre la nutrición y la salud mental se vuelve cada vez más evidente. Un destacado nutricionista y psiquiatra de Harvard, con décadas de investigación a sus espaldas, comparte seis reglas fundamentales para cultivar un cerebro más tranquilo, fuerte y feliz a través de la alimentación consciente.
1. Come entero para estar completo
El enfoque en ingredientes no procesados o mínimamente procesados es esencial para mantener la salud mental. Las verduras, bayas, cereales sin procesar y legumbres ofrecen no solo nutrientes esenciales, sino también fibra, crucial para la salud intestinal y el florecimiento de bacterias benéficas. Optar por carbohidratos complejos, presentes en verduras, ayuda a regular el azúcar en sangre, un factor clave para controlar la ansiedad.
2. Consume una variedad de colores
La paleta de colores en su plato es más que solo estética. Desde el verde oscuro del brócoli hasta el amarillo brillante de las zanahorias, una dieta diversificada proporciona nutrientes esenciales para el cerebro. Además de frutas y verduras, hierbas y especias como azafrán, romero, cúrcuma, pimienta negra y albahaca aportan propiedades para combatir la ansiedad a través de sustancias bioactivas.
3. Magnificar los micronutrientes
Vitaminas del complejo B, C, D y E, junto con minerales como calcio, magnesio, hierro y zinc, son micronutrientes cruciales para reducir la ansiedad. La combinación estratégica de alimentos, como chocolate negro con naranja, maximiza la absorción de hierro gracias a la vitamina C. Estos micronutrientes, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, contribuyen a la salud cerebral a largo plazo y regulan sustancias químicas del estado de ánimo.
4. Prioriza las grasas saludables
Dado que el cerebro está compuesto en un 60% por grasa, la ingesta constante de grasas saludables es fundamental para su bienestar. Aceites de oliva y aguacate, ricos en propiedades antiinflamatorias, promueven la salud intestinal y metabólica.
Evitar aceites con ácidos grasos poliinsaturados omega-6 nocivos, mientras se incorporan omega-3 saludables presentes en mariscos, nueces y semillas, es esencial para reducir la ansiedad y proteger contra la neuroinflamación.
5. Evita los alimentos que aumentan el nivel de azúcar en sangre
El índice glucémico (IG) es clave para entender cómo los alimentos afectan los niveles de glucosa en sangre. Carbohidratos con IG alto, como harina de trigo refinada y arroz blanco, pueden desencadenar picos de azúcar seguidos de caídas, contribuyendo a la ansiedad. Limitar los azúcares añadidos y favorecer los naturales provenientes de frutas y verduras ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre.
6. Encuentra coherencia y equilibrio
La creación de un plan nutricional personalizado debe ser coherente con los gustos y preferencias individuales. Escuchar al cuerpo es esencial: si ciertos alimentos generan malestar emocional o físico, eliminarlos puede mejorar significativamente el bienestar. La alimentación debe ser un acto consciente, adaptado a las necesidades únicas de cada persona.
En resumen, la relación entre la nutrición y la salud mental es innegable. Adoptar estas reglas nutricionales puede marcar la diferencia en la gestión de la ansiedad, promoviendo un cerebro más tranquilo y una mente más feliz. La clave reside en ver la alimentación como una herramienta poderosa para nutrir no solo el cuerpo, sino también el bienestar mental.
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