El sanguinario líder de Los Zetas que comenzó como mensajero y lavando coches para el narco
Miguel Ángel Treviño Morales, alias "Z-40", fue uno de los narcotraficantes más sanguinarios de México, aunque su historia criminal comenzó desde abajo hasta convertirse en líder de Los Zetas
Un cártel cambió la historia del narco en México y marcó la vida de miles de personas que sufrieron el cruento paso de la agrupación criminal: Los Zetas. Pero detrás de aquellos sicarios que implementaron terribles prácticas que continúan vigentes hasta hoy, está un hombre que recientemente negó ser uno de los capos más sanguinarios que ha existido.
Se trata de Miguel Ángel Treviño Morales, mejor conocido como el “Z-40”, quien es señalado de ser el pionero en el cobro de piso, el desmembramiento de rivales y del uso de un método terrible conocido como “cocinar”, consistente en deshacer los cuerpos en tambos con ácido y derretirlos en aceite.
Pero aquel hombre que sembró terror en gran parte de México y lo sigue haciendo desde la cárcel, tuvo unos inicios muy diferentes, según señala un reportaje realizado por el diario Milenio, el cual indica que comenzó lavando autos y como mensajero, ¿en qué momento cambió su camino?
Aunque el “Z-40” nació en Nuevo Laredo, Tamaulipas, sus padres lo llevaron junto a sus 13 hermanos a Dallas, Texas, allí conoció el mundo de las drogas, pues su hermano mayor, Juan Francisco “Kiko” Ozuna, se dedicaba al tráfico, por lo que fue acusado formalmente y condenado a 22 años de prisión.
Esto no impidió que al menos otros seis de los hermanos siguieran en el mundo del narcotráfico, pero dos fueron los que lideraron uno de los cárteles más sanguinarios.
Osiel Cárdenas, el hombre que “despertó” al monstruo
Osiel Cárdenas Guillén, un cruento narcotraficante líder del Cártel del Golfo, conoció a Miguel Ángel Treviño, en él vio una mina de oro, pues el sujeto sabía inglés y conocía el movimiento en EE.UU., por lo que lo unió a sus filas, aunque empezó lavando los coches y como mensajero.
Pero Treviño era un hombre hábil, rápidamente se ganó la confianza y fue escalando posiciones, hasta convertirse en sicario de Antonio Ezequiel Cárdenas, alias “Tony Tormenta”, quien fue abatido en noviembre del 2010 por marinos en la ciudad de Matamoros.
El “Z-40” quedó en medio de dos fuerzas brutales, a finales de los 90, cuando Osiel Cárdenas conforma Los Zetas como brazo armado del Cártel del Golfo con desertores del Ejército, Treviño Morales trabajaba bajo las órdenes del Cabo de Infantería, Heriberto Lazcano Lazcano.
Los Zetas se separaron del Cártel del Golfo, incluso se volvieron sus enemigos, con el tiempo generarían muchos más, pues sus actividades criminales eran terribles, no solo extorsionaban y traficaban drogas, también lo hacían con migrantes.
Mientras eso ocurría, “Z-40” fue enviado a Veracruz, allí demostró un poderío enorme, sometió la región y comenzó una disputa con Lazcano, la cual dejó un derramamiento de sangre brutal, que menguó tras el asesinato de su rival, también conocido como “Z-3”.
El sangriento legado de “Z-40”
Muchas son las atrocidades que se le atribuyen al “Z-40”, su historial criminal está plagado de sangre, dolor, muerte y desapariciones; gente inocente sufrió su embate, dentro de toda la barbarie que cometió, destacan tres hechos.
La masacre de migrantes de San Fernando, donde 256 personas que buscaban llegar a EE.UU. fueron asesinadas; el ataque al Casino Royale en Nuevo León, donde 53 personas fueron quemadas dentro del negocio y, finalmente, los trágicos sucesos de Allende, Coahuila, donde la furia de los hermanos Treviño Morales causó la muerte de decenas de personas y un número indeterminado de desapariciones.
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