Debemos proteger las victorias climáticas de Biden por el bien de la salud de los Latinos

Los californianos están familiarizados con los peligros del metano, un gas inodoro e incoloro 80 veces más eficaz para atrapar el calor atmosférico que el dióxido de carbono. En el 2015, una fuga de metano en las montañas de Santa Susana, conocida como la fuga de gas de Aliso Canyon, desplazó a miles de familias y dejó a cientos más con problemas de salud a largo plazo. Fue uno de los peores desastres ambientales en la historia de este estado. Se liberaron a la atmósfera unas 100.000 toneladas de gas y los expertos siguen analizando una serie de problemas de salud, muchos de ellos graves, que sufren los residentes cercanos.

A pesar de que un desastre tan masivo ocurrió a las puertas de miles de californianos, continúan ocurriendo fugas tanto en los pozos de petróleo y gas como en las instalaciones de almacenamiento, especialmente en comunidades vulnerables. El sector del petróleo y el gas es la mayor fuente industrial de contaminación por metano en los Estados Unidos. Esta peligrosa contaminación afecta a más de 10 millones de estadounidenses que viven en comunidades de primera línea cerca de operaciones de petróleo y gas, incluidos más de 1,8 millones de latinos.

Conozco el impacto que la contaminación por metano puede tener en las comunidades desatendidas, incluidas las comunidades latinas. Yo primero me postulé para el concejo municipal para luchar para proteger nuestros océanos y nuestras comunidades que se habrían visto directamente afectadas por un sitio de perforación petrolera propuesto en el sur de California. Nuestras comunidades merecen algo mejor. Por eso soy una firme defensora de regulaciones estrictas sobre el metano y de una transición a energías limpias.

Desde que asumió el cargo, la administración Biden ha tomado medidas audaces en materia de clima. El presidente Biden y los demócratas en el Congreso aprobaron importantes inversiones en energía limpia y clima a través de la Ley de Reducción de la Inflación para reducir los efectos del cambio climático, crear empleos en energía limpia y combatir la contaminación, todo para garantizar que nuestras comunidades estén protegidas. Esto incluye programas de Reducción de Emisiones de Metano para cobrar a la industria por las emisiones derrochadas de metano de los pozos de petróleo y gas, y de las instalaciones de almacenamiento de gas como Aliso Canyon.

Hace aproximadamente dos años, como presidenta del Grupo de Trabajo sobre Cambio Climático del Caucus Hispano del Congreso, mis colegas y yo entregamos una carta a la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) para pedir regulaciones más estrictas sobre el metano para los pozos de petróleo y gas.

En diciembre, la EPA finalizó un nuevo conjunto de reglas para reducir la contaminación por metano y otros contaminantes del aire del sector del petróleo y el gas, un paso significativo hacia la solución de la crisis climática y la protección de la salud pública. Recientemente, el presidente Biden suspendió todas las aprobaciones de nuevas instalaciones de exportación de gas natural licuado hasta que se pueda evaluar su impacto climático, una decisión que evitará al menos 200 millones de toneladasde emisiones que calientan el planeta y causan el cambio climático y ponen en peligro la salud de las comunidades de primera línea que viven cerca de estas instalaciones de exportación.

Las comunidades de color que viven cerca de pozos de petróleo y gas se beneficiarán de estas nuevas reglas. Una de esas áreas es Wilmington, California, una comunidad de mayoría latina que experimenta una de las peores calidad de aire en el área de Los Ángeles. También enfrenta las consecuencias de pasadas fugas de pozos petroleros. En el 2021, recibí al administrador de la EPA, Michael Regan, en Wilmington, CA, para escuchar las inquietudes de la comunidad. Sabemos que estas fugas de petróleo han aumentado los niveles de contaminación y posteriormente han creado y exacerbado problemas de salud como asma, accidentes cerebrovasculares, diabetes y enfermedades hepáticas. De hecho, uno de cada tres hogares en Wilmington informó tasas de cáncer y más del 50% de los hogares tiene un miembro que sufre de asma.

Las nuevas regulaciones promoverán el uso de tecnología, reducirán la quema de exceso de gas en los sitios de perforación (lo que se conoce como quema) y requerirán monitoreo de fugas para garantizar inspecciones periódicas que protegerán a la gente de Wilmington y comunidades similares.

El presidente Biden ha logrado enormes avances para reducir la contaminación por metano, más que cualquiera de sus predecesores. Las regulaciones actuales creadas por la EPA de Biden evitarán que más contaminantes impacten nuestras ciudades, vecindarios y hogares. Esta es una parte importante del legado climático de Biden y será visto como una de sus mayores acciones para abordar la crisis climática. Si bien tenemos más trabajo por hacer para reducir las emisiones y acelerar la transición a la energía limpia, los nuevos estándares de metano y la pausa en las instalaciones de exportación de gas natural licuado son pasos importantes hacia adelante. El presidente Biden y los demócratas de la Cámara de Representantes están poniendo al pueblo estadounidense en primer lugar.