Los cárteles echan a pelear a canadienses entre sí y contra mexicanos
El periódico canadiense Global News publicó en 2017 informes de inteligencia que ubican al cartel de Sinaloa como protagonista en diversos hechos de violencia “gracias a la facilitación de los viajes a Canadá de mexicanos con antecedentes penales”
MÉXICO.- Una provincia que exige a los inmigrantes recién llegados un nivel avanzado de francés en tres años: Québec; cifras inéditas de deportaciones; políticos rivales del primer ministro Justin Tradeu que arremeten contra él con la palabra “mexicanos”, un lenguaje cada vez más frecuente que relaciona a organizaciones criminales con lo peor que pasa en un país.
La imagen bonachona que los canadienses han tenido con México, uno de sus principales socios comerciales, como el país del asilo político y las políticas de puertas abiertas se está derrumbando con los cárteles de la droga procedentes de aquí como telón de fondo.
Las políticas de hostilidad tomaron su forma más reciente el pasado 29 de febrero, cuando Canadá anunció oficialmente que pedirá en adelante visa a todos los mexicanos, pero el tema viene cocinándose al interior del país como una olla de presión política.
El predecesor de Trudeau implementó por primera vez el requisito de visa en 2009 con el argumento de que los mexicanos abusaban de la exención de visa para presentar solicitudes de asilo falsas a gran escala.
Luego, el actual primer ministro reemplazó el requisito de visa con un pase de visitante de autorización electrónica de viaje, un trámite en línea de siete dólares canadienses, que permitía a los mexicanos volar a voluntad como la mayoría de los ciudadanos estadounidenses.
“Levantar el requisito de visa profundizará los lazos entre Canadá y México y aumentará el flujo de viajeros, ideas y negocios entre ambos países”, dijo Trudeau.
En respuesta, los conservadores canadienses advirtieron sobre lo que vendría. Argumentos tales como los que se presentaron en los últimos días, cuando Canadá reconoció oficialmente el problema.
El ministro de Migración, Refugiados y Ciudadanía, Marc Miller, precisó que la imposición de la visa es “una consecuencia del mal uso de las Autorizaciones Electrónicas de Viaje y de un incremento significativo en las solicitudes de asilo por parte de mexicanos”.
Y dio cifras: en 2016 solamente se presentaron 260 peticiones de asilo, en tanto que en 2023 esta cifra llegó a las 24,000 solicitudes.
El año pasado, los requerimientos presentados por mexicanos en este rubro representaron el 17% de todos los que recibió Canadá alrededor del mundo; a la par, otros cinco mexicanos fueron deportados diariamente en el mismo año para sumar al final 1965, según estadísticas de la Unidad de Política Migratoria aquí.
En 2023, la Real Policía Montada, principal fuerza de seguridad del país, había advertido públicamente que los mexicanos se encuentran entre los grupos del crimen organizado que están siendo investigados por contrabando de personas a Canadá.
Lo dijo el comisionado Richard Burchill al comité de inmigración de la Cámara de los Comunes que lo citó a comparecencia: “Podemos decir a partir de nuestras investigaciones en todo el país, que hay crimen organizado mexicano involucrado en esto”.
Esto no solo significa el tráfico de indocumentados, sino de cocaína, trata de personas (con mujeres y niños a la cabeza) y explotación de trabajadores con visa temporal.
A pesar de las constante críticas de los rivales de Trudeau, el primer ministro aplazó la decisión “por la importancia de la relación comercial”. Incluso uno de los críticos de inmigración, el conservador Tom Kmiec, advirtió que no debía “minimizarse la gravedad del problema” pero sugirió manejarlo con cuidado.
“México es uno de los socios comerciales más importantes de Canadá y el tema involucra un proceso tanto interno como con el Gobierno de México”.
Horas antes del anuncio de la cancelación de la visa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que su gobierno “convenció” al del expresidente estadounidense Donald Trump de mantener a Canadá en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que entró en vigor en 1994, y que se convirtió en el T-MEC en julio de 2020.
“Nosotros los ayudamos, y él (Trudeau) lo sabe, para que se aceptara que Canadá participara en el T-MEC”, sostuvo López Obrador en un aparente recordatorio de buenos socios, pero al consolidarse el requisito de visado, el gobierno mexicano amenazó con tomar medidas en reciprocidad.
“México se ha convertido en la piñata de las campañas electorales ya no solo de Estados Unidos sino también de Canadá”, dijo la canciller Alicia Bárcena.
EXPORTACIÓN DE MODELO
En 2021, los periodistas Peter Edwards y Luis Nájera publicaron el libro “The Wolfpack” que siguió la historia de un grupo de jóvenes motociclistas, miembros de pandillas callejeras y mafias italianas e irlandesas que hoy trabajan con el Cartel de Sinaloa. Iniciaron como compradores y luego como aliados para la distribución de cocaína.
Los cárteles mexicanos han exportado su modelo de negocio criminal al mundo aliándose con delincuentes locales que conocen el terreno. Canadá no fue la excepción, según la investigación.
“Hasta 2013, el hampa estaba bastante definido por el parentesco/etnia (‘Ndrangheta, Cosa Nostra), la membresía (motociclistas como los Hells Angels) o la geografía (pandillas locales como los Red Scorpions en Vancouver), pero en 2013, murió Vito Rizutto, el “padrino canadiense”, que de alguna manera logró mantener cierto equilibrio entre los grupos del Este.
“Luego, los delincuentes más jóvenes rompieron algunas reglas no escritas y comenzaron a asociarse sin importar afiliación, etnia o ubicación. Entre los miembros de Wolfpack, identificamos al menos una persona que estaba activa y al día con su membresía en seis grupos criminales diferentes”, detalla.
Para 2017, poco después de la liberación de la visa, el periódico canadiense Global News publicó informes de inteligencia que ubican al cartel de Sinaloa como protagonista en diversos hechos de violencia “gracias a la facilitación de los viajes a Canadá de mexicanos con antecedentes penales”.
Dos años después, el Toronto Sun informó que al menos 400 delincuentes mexicanos conectados con el tráfico de drogas, incluidos sicarios, ejercían sus negocios en el país no solo del Cartel de Sinaloa sino de la Familia Michoacana y del Cartel Jalisco Nueva Generación.
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