Documento 79: China tiene un plan ultrasecreto para decirle adiós a la tecnología estadounidense
China quiere dejar de depender de la tecnología estadounidense y cuentan con un plan ultrasecreto para lograrlo antes de 2027
China está dando pasos importantes hacia la autonomía tecnológica con un plan ultrasecreto conocido como el Documento 79, el cual tiene como objetivo eliminar cualquier vestigio de dependencia de tecnología estadounidense para el año 2027. Este movimiento estratégico podría marcar un hito en la historia tecnológica mundial y redefine las dinámicas globales de poder.
El Documento 79, también conocido en círculos selectos como “Eliminar A”, abreviatura de “Eliminar América”, ha sido catalogado como altamente confidencial, con acceso restringido incluso para altos funcionarios y ejecutivos, quienes solo pueden visualizarlo personalmente y sin la posibilidad de hacer copias. Esta medida extrema resalta la importancia y la sensibilidad que China atribuye a este ambicioso proyecto.
El presidente Xi Jinping ha puesto en marcha esta iniciativa como parte de un esfuerzo más amplio para reducir la dependencia de proveedores extranjeros en sectores críticos como el financiero y el energético. Este movimiento responde tanto a razones económicas como de seguridad nacional, en un contexto de crecientes tensiones comerciales y tecnológicas con Estados Unidos.
Posibles consecuencias
El impacto de esta transición no se limita solo a las fronteras chinas, sino que podría tener implicaciones significativas para gigantes tecnológicos estadounidenses como Microsoft y Oracle, que han tenido una presencia destacada en el mercado chino durante décadas. La pregunta que surge es cómo responderán estas empresas a la disminución del atractivo que alguna vez representó China como mercado prometedor.
El Documento 79 no solo busca limitar la dependencia del hardware estadounidense, sino que también impulsa la innovación tecnológica local, conocida como “Xinchuang” o “innovación de TI”. Este enfoque hacia el uso exclusivo de tecnología nacional no solo fomenta la innovación, sino que también se convierte en una cuestión de seguridad nacional para Beijing, especialmente en un contexto en el que Washington ha intensificado el control sobre las exportaciones de alta tecnología hacia China.
El objetivo declarado de China con el Documento 79 es lograr la autosuficiencia total en todas las facetas tanto productivas como militares para el año 2027. Este plazo ambicioso refleja la determinación del gobierno chino de acelerar su progreso tecnológico y reducir su vulnerabilidad a las decisiones políticas y económicas de potencias extranjeras.
El impacto de este plan podría extenderse mucho más allá de la esfera tecnológica, afectando las relaciones internacionales y la geopolítica mundial. Si China logra su objetivo de independencia tecnológica, podría fortalecer su posición como potencia global y desafiar la hegemonía tecnológica y económica tradicionalmente liderada por Estados Unidos.
Sin embargo, este ambicioso plan no está exento de desafíos y riesgos. La transición hacia la autonomía tecnológica implica enormes inversiones en investigación y desarrollo, así como la superación de obstáculos técnicos y regulatorios. Además, la desconexión abrupta de proveedores extranjeros podría generar tensiones adicionales en las ya complicadas relaciones internacionales entre ambos países.
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