China responde al veto de la administración Biden y prohíbe estos chips en su mercado
China quiere eliminar todo rastro de tecnología estadounidense de su gobierno por lo que adoptó nuevas restricciones para la compra de procesadores de Intel y AMD
China ha tomado medidas drásticas en respuesta al veto tecnológico impuesto por Estados Unidos, anunciando nuevas directrices que prohibirán la adquisición de microprocesadores estadounidenses de Intel y AMD para su uso en PC y servidores gubernamentales. Esta medida marca un hito significativo en los esfuerzos de China por reducir su dependencia de la tecnología extranjera y promover soluciones locales en medio de las crecientes tensiones con los Estados Unidos.
Las directrices, reveladas discretamente por el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT), exigen que las agencias gubernamentales y los órganos del partido a nivel municipal adquieran procesadores y sistemas operativos “seguros y confiables”. Esto implica la exclusión de productos de Intel, AMD y Microsoft en favor de opciones chinas, como los chips de Huawei y del grupo estatal Phytium, que figuran en la lista de procesadores aprobados por China.
Impacto multimillonario
El impacto de esta medida se extiende más allá de las fronteras chinas, afectando directamente a gigantes tecnológicos estadounidenses como Intel y AMD. China representa un mercado crucial para estas empresas, con el país asiático contribuyendo significativamente a sus ingresos anuales. De hecho, China fue el mayor mercado de Intel el año pasado, generando el 27% de sus ventas totales, mientras que AMD obtuvo el 15% de sus ingresos de este mercado. La prohibición de adquisición de sus productos en China representa un golpe financiero considerable para ambas compañías, con posibles pérdidas estimadas en hasta $74 mil millones de dólares.
Esta decisión de China refleja su determinación por reducir su dependencia de la tecnología estadounidense, especialmente en sectores críticos como el militar, gubernamental y estatal. La estrategia nacional de autarquía tecnológica, conocida como “xinchuang” o “innovación de aplicaciones de TI”, busca impulsar el desarrollo y la adopción de soluciones tecnológicas nacionales, mientras se limita la influencia extranjera en el mercado chino.
Empresas afectadas
Además de los fabricantes de microprocesadores, la medida también impacta a otras empresas tecnológicas estadounidenses, como Microsoft, cuyo sistema operativo Windows está siendo relegado en favor de alternativas locales. Esta tendencia hacia la tecnología nacional es parte de una campaña más amplia de China para reemplazar gradualmente la tecnología extranjera en todos los aspectos de su infraestructura tecnológica.
El proceso de evaluación para que las empresas estadounidenses sean consideradas para su inclusión en la lista de proveedores aprobados por China se presenta como un desafío. Se requiere que presenten documentación detallada sobre el diseño, desarrollo y producción de sus productos, con un énfasis en la cantidad de trabajo realizado en China. Este criterio podría dificultar que empresas como Intel y AMD cumplan con los requisitos necesarios para ser consideradas proveedores confiables en el mercado chino.
En última instancia, la decisión de China de bloquear las compras de procesadores de Intel y AMD representa un paso significativo en su búsqueda de independencia tecnológica y soberanía digital. Sin embargo, también intensifica las tensiones entre China y Estados Unidos en el ámbito tecnológico, aumentando las preocupaciones sobre una posible guerra fría tecnológica que podría tener repercusiones globales en el futuro.
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