EE.UU. eliminará 5 químicos en agua potable del país: qué debes saber
Los PFAS se utilizan en el agua para repeler el aceite y el agua, y son resistentes al calor, lo que los hace populares para una variedad de productos. Pero ahora se ha descubierto que estos son tóxicos
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha dado un paso histórico al anunciar una regulación nacional para limitar las peligrosas sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) presentes en el suministro de agua potable. Estas sustancias, conocidas coloquialmente como “químicos eternos”, han sido una preocupación creciente debido a su persistencia en el medio ambiente y sus posibles impactos negativos en la salud humana.
La nueva regulación de la EPA requiere que las empresas públicas de agua realicen pruebas para detectar seis tipos diferentes de PFAS, con el objetivo de reducir la exposición de al menos 100 millones de personas en los Estados Unidos. Esta medida se considera vital para prevenir miles de enfermedades y muertes relacionadas con la contaminación por PFAS.
Michael S. Regan, administrador de la EPA, expresó su preocupación por el impacto continuo de la contaminación por PFAS en las comunidades de todo el país, afirmando que “el agua potable contaminada con PFAS ha afectado a las comunidades de todo el país durante demasiado tiempo”. Este anuncio marca un hito importante en los esfuerzos por garantizar agua potable segura y limpia para todos los ciudadanos estadounidenses.
Para respaldar la implementación de estos nuevos estándares, la EPA está asignando $1 mil millones a los estados y territorios para llevar a cabo pruebas y tratamiento de PFAS en los sistemas públicos de agua. Esta inversión forma parte de un compromiso más amplio de $9 mil millones, establecido en la Ley Bipartidista de Infraestructura de 2021, destinado a ayudar a las comunidades afectadas por la contaminación por PFAS.
Brenda Mallory, presidenta del Consejo de Calidad Ambiental de la Casa Blanca, respaldó firmemente estas medidas, afirmando que “el presidente Biden cree que todos merecen acceso a agua potable limpia y segura, y está cumpliendo esa promesa”. Este enfoque integral refleja un compromiso claro con la salud pública y el medio ambiente.
Las PFAS han sido ampliamente utilizadas desde la década de 1940 en una variedad de productos debido a su resistencia al calor y al agua. Sin embargo, investigaciones han demostrado que la exposición a estas sustancias puede tener graves consecuencias para la salud, incluyendo problemas reproductivos, impactos en el sistema inmunológico y ciertos tipos de cáncer.
A pesar de este progreso, algunos críticos argumentan que la regulación de la EPA no es lo suficientemente amplia, ya que solo aborda seis de las más de 15,000 sustancias químicas PFAS conocidas. Además, existe preocupación por la falta de responsabilidad de los contaminadores en la limpieza de la contaminación por PFAS.
Erik D. Olson, del Consejo de Defensa de Recursos Naturales, destacó que si bien estas medidas son importantes, los costos asociados con el tratamiento del agua contaminada pueden ser significativos. Sin embargo, enfatizó que los beneficios para la salud pública superan con creces estos costos.
La regulación de las PFAS ha sido objeto de una larga lucha política y de presión de la industria química, pero este paso representa un avance significativo hacia la protección del medio ambiente y la salud humana. A medida que las comunidades trabajan para implementar estos nuevos estándares, se espera que se produzcan mejoras significativas en la calidad del agua potable en todo el país.
Para aquellos preocupados por la contaminación por PFAS, se recomienda comunicarse con su empresa de agua local para obtener información sobre las pruebas de detección de químicos y considerar el uso de tecnologías de filtración disponibles para reducir la exposición. Además, la EPA continúa monitoreando de cerca la situación y trabajando para abordar los desafíos persistentes asociados con las PFAS en el medio ambiente y la salud humana.