Equipos de respuesta a crisis de desamparados sustituyen armas por diálogo
La Opinión observó de primera mano el trabajo que realiza el programa CIRCLE que evita la intervención policiaca salvo en casos graves
David Luna y Chuck Colton trabajan hombro a hombro casi todos los días respondiendo a los llamados para proveer una respuesta desarmada a las crisis de salud mental de la población desamparada en el área metropolitana de la ciudad de Los Ángeles.
“Comenzamos a las 7 de la mañana y terminamos a las 3:30 de la tarde. Si no recibimos una llamada de inmediato, recorremos varios focos rojos alrededor de Little Tokio para saludar a algunos comerciantes o propietarios de negocios, y ver cómo andan las cosas”, dice Chuck.
Ambos son parte de un equipo de 99 trabajadores del programa Circle (Crisis and Incident Response through Community-led Engagement) que funciona 24 horas, siete días a la semana. Solo en febrero pasado, respondieron a un total de 3,667 llamadas no violentas relacionadas con personas sin hogar que atraviesan una crisis.
Este programa tiene como particularidad que todos los trabajadores son expresidiarios, exadictos o fueron desamparados.
David es expresidiario, y Chuck lleva años que dejó atrás sus adicciones y el desamparo.
“En 1995, durante un año y medio, viví en la calle, en el parque MacArthur”, dice Chuck.
Mientras que David cuenta que pasó casi 25 años en prisión, y en octubre fue liberado.
“Parte de mi cambio es un compromiso para regresar a la comunidad y ayudar a otros”.
David fue contratado a finales de diciembre, Chuck lleva 20 meses trabajando para Circle, aunque acumula 27 años de experiencia en salud mental.
El programa CIRCLE fue creado por la organización no lucrativa Urban Alchemy, y trabaja en colaboración con el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) y la alcaldesa Karen Bass para abordar los incidentes no violentos y apoyar a las personas que viven una crisis.
“Es acerca de responder a la crisis a través de la comunidad. Un miembro de la comunidad llama al 877 Ask LAPD (877-275-5273), el número del LAPD para llamadas que no son de emergencias. El LAPD nos llama a nosotros”, dice Chuck.
Citó algunos ejemplos de las solicitudes de ayuda que reciben.
“La gente nos avisa que hay un campamento de personas sin hogar cerca de su casa o negocio, y piden que vayamos para que les llevemos servicios como conseguirles un techo o cuidado de salud”.
Detalla que algunas de las llamadas son sencillamente para inscribir a las personas en programas que les ofrezcan recursos, pero en algunos casos les avisan de individuos que tienen pensamientos o planes suicidas.
“Hemos encontrado personas en los techos, con una soga atada al cuello; o gente desnuda en medio de la calle realmente en un estado psicótico, y debido a la esquizofrenia están de alguna manera atrapados en la calle”.
Así que dice que el equipo de CIRCLE acude con la intención de calmarlos y llevarlos a un lugar seguro para que reciban la ayuda que necesitan.
“Les ofrecemos agua, ropa, y los referimos a un equipo móvil de respuesta psiquiátrica (PMRT) en la ciudad. A veces, si ellos aceptan un raite a la sala de emergencias de un hospital y es seguro transportarlos, los llevamos”.
Precisa que las tres principales llamadas para atender una crisis de salud mental tienen que ver con gente tratando de cometer suicidio; personas sin hogar que están interrumpiendo el flujo de un vecindario y que necesitan servicios.
“Una tercera llamada que recibimos con frecuencia es cuando nos llaman de un edificio de departamentos reportando que una persona sin hogar está viviendo en su cuarto de lavado o que están en la puerta de un negocio y no pueden abrir; y piden que los reubiquen y se les proporcionen servicios”.
Chuck dice que a diferencia de los oficiales del LAPD que normalmente tienen ocho horas de entrenamiento de salud mental, en el equipo de CIRCLE, poseen un consejero de salud con años de capacitación que trabaja junto a un practicante que tiene experiencia de vida y que por tanto se puede relacionar con las personas que viven una crisis.
David es un elemento muy valioso en el equipo de CIRCLE, no solo por su experiencia de vida sino porque habla español.
“Soy el único que habla fluido en inglés y español. Puedo comunicarme con las personas sin hogar que solo hablan español y ayudarlos con las decisiones que necesitan. Es muy importante tener gente que hable español en el equipo porque la población desamparada de habla hispana está creciendo en Los Ángeles”.
Dice que cuando las personas sin hogar que solo hablan español, descubren que se pueden comunicar con ellos en su idioma natal, comienzan a abrirse.
Chuck dice que la conexión de las personas desamparadas en crisis con los servicios, una vez que logran tranquilizarse, depende de que estén listas.
“Es un proceso y a veces necesitan tiempo para procesar que deben aceptar la ayuda”.
El jueves 2 de mayo, Chuck y David visitaron a Benjamin, una persona de 44 años que vive en un callejón cerca del Parque MacArthur. Benjamin tiene una pierna infectada, y después de mucho insistir lograron que aceptara ser llevado a la sala de emergencias de un hospital.
“No quería ir porque teme que le roben su carpa y sus cosas. Para una persona sin hogar, sus pertenencias son lo más valioso que posee. Pero conseguimos que un vecino del barrio del cual se ha hecho amigo, se quedara a cargo, mientras él es atendido en un hospital”.
Chuck dice que incluso pueden recibir salud mental de inmediato si así lo desean, hay instalaciones en la ciudad de Los Ángeles, donde los pueden recibir de inmediato.
“Yo tuve una historia de adicciones, y es realmente difícil dar un paso hacia adelante cuando estás arriba, piensas que al día siguiente las vas a dejar, pero una vez que pasa el efecto y viene la caída y la depresión, no puedes hacer nada. A mi me ayudó mucho un comerciante, que me vio en el barrio y me ofreció trabajo. Así fue como empecé mi rehabilitación y dejé la calle y las drogas hace más de 20 años. En esa época no había todos los programas de alcance que existen ahora”.
Explica que CIRCLE es una respuesta a una crisis que no involucra a la policía, lo cual está muy bien porque ellos llegan de una manera mucho más relajada que la policía; y aportan sus experiencias de vida que usan si se requiere.
“Cuando comenzamos a platicar con las personas en crisis, usualmente bajan la guardia y se abren, y así conseguimos que vayan a los servicios de una manera más suave y fácil que si interviniera la policía. Esto se debe a que tenemos más tiempo para hablar con la gente y contamos con la experiencia de vida que nos relaciona con las personas sin hogar”.
Chuck dice que regresar a ayudar a otros al Parque MacArthur, a los mismos lugares donde se ponía a tope con las drogas en los 90, le despierta una mezcla de emociones.
“Nunca espere que mi vida iba a dar un giro de 180 grados, y que iba a trabajar en una organización no lucrativa como Urban Alchemy donde me siento como en mi casa y no tengo que ocultar mi pasado”.
Lo que es más, dice que es muy bello encontrar un lugar de trabajo en el que un aspecto negativo de tu vida pasada se convierta en algo positivo.
“Es un gran beneficio”.
Latoya Stephenson, directora de salud mental y directora interina del programa CIRCLE, dice que este programa ha servido esencialmente para llenar un hueco.
“El desamparo se ha visto como un crimen en lugar de un problema de calidad de vida. Al intervenir nosotros no solo cerramos una brecha sino que mitigamos las interacciones de las personas sin hogar con la policía y los conectamos con servicios importantes”.
Dice que lo que falta en cuanto a los servicios para los desamparados es la conexión diaria porque los equipos están sobresaturados y no pueden proporcionar una respuesta inmediata.
“Todo está tan atrasado debido a que hay un gran número de individuos sin hogar, y nuestros equipos pueden llenar ese vacío y salir a la comunidad a diario y ser visibles para la gente que necesita ese servicio”.
CIRCLE opera en el centro de Los Ángeles, Hollywood, el sur de Los Ángeles, Venice, el Valle de San Fernando y Sherman Oaks.