Darle mantequilla de maní a los bebés podría prevenir futuras alergias: estudio
Introducir mantequilla de maní en la dieta de los bebés desde los cuatro meses y hasta los cinco años puede reducir en un 71% el riesgo de desarrollar alergia al maní
Los primeros años de vida son cruciales para que el sistema inmunológico aprenda a diferenciar entre sustancias inofensivas y amenazas reales. Crédito: Brent Hofacker | Shutterstock
Investigaciones recientes han revelado que la introducción temprana de mantequilla de maní en la dieta de los bebés puede ofrecer una protección duradera contra la alergia al maní.
Un estudio realizado por un equipo de científicos del King’s College de Londres encontró que los adolescentes que habían consumido mantequilla de maní regularmente hasta los cinco años tenían un 71% menos de probabilidades de desarrollar esta alergia en comparación con aquellos que evitaron el alimento.
Este hallazgo contradice las recomendaciones anteriores, que sugerían evitar el maní hasta los tres años debido al riesgo de alergias. La alergia al maní es una condición creciente, afectando actualmente a uno de cada 50 niños y resultando en la prohibición del maní en muchas escuelas.
La investigación del King’s College apunta a que los primeros años de vida son cruciales para que el sistema inmunológico aprenda a diferenciar entre sustancias inofensivas y amenazas reales. La exposición temprana a alérgenos como el maní puede enseñar al sistema inmunológico a reconocerlo como seguro, reduciendo así el riesgo de una reacción alérgica severa en el futuro.
El estudio comenzó hace unos 15 años con la participación de 640 niños con alto riesgo de desarrollar alergia al maní. Estos niños fueron divididos en dos grupos: uno evitó el maní por completo, mientras que el otro lo incluyó regularmente en su dieta desde los cuatro meses hasta los cinco años. Los resultados iniciales mostraron que la inclusión del maní redujo significativamente la incidencia de alergias al alcanzar los cinco años de edad.
Los hallazgos, publicados recientemente en NEJM Evidence, confirmaron que la protección contra la alergia se mantenía incluso en la adolescencia, independientemente de si los niños continuaban consumiendo maní después de los cinco años.
Específicamente, el 15% de los niños que evitaron el maní desarrollaron una alergia, en contraste con solo el 4% de aquellos que lo consumieron regularmente. Esta diferencia representa una reducción del 71% en el riesgo de desarrollar alergia al maní.
Ofrecer mantequilla de maní suave
Los investigadores recomiendan que los padres ofrezcan mantequilla de maní suave a sus bebés durante el destete y continúen haciéndolo de forma regular hasta los cinco años. Los niños menores de cinco años no deben consumir maní entero o picado debido al riesgo de asfixia.
En cambio, se sugiere utilizar mantequilla de maní suave o productos similares, una vez que los bebés estén listos para comer sólidos. Los signos de preparación para sólidos incluyen la capacidad de sentarse con la cabeza erguida, la coordinación ojo-mano-boca y la capacidad de tragar alimentos sin escupirlos.
El equipo de investigación recomienda una ingesta de mantequilla de maní de tres a cuatro veces por semana, sumando aproximadamente una y media a dos cucharadas por semana. La introducción temprana permite que el cuerpo reconozca el maní como alimento seguro a través del sistema digestivo, reduciendo la probabilidad de una respuesta alérgica que podría ocurrir si el primer contacto es a través de la piel.
Aunque el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) sugiere introducir mantequilla de maní a partir de los seis meses, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aboga por la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, el estudio del King’s College indica que comenzar a los cuatro meses podría ser beneficioso, ya que las alergias alimentarias generalmente no se desarrollan antes de esta edad.
El profesor Lack, uno de los autores del estudio, aconseja que lo más seguro es mantener la práctica durante los cinco años completos. Destaca que se trata de alimentos nutritivos comunes, no de medicamentos. El equipo estima que esta intervención podría prevenir 100,000 casos de alergia al maní a nivel mundial cada año.
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